La Iglesia Católica solicitó a sus diócesis y parroquias denunciar cualquier tipo de violación a los derechos de los menores de edad.
En un mensaje destinado también a autoridades y ciudadanía, la Iglesia pidió ser intolerante ante la violencia intrafamiliar, los abusos sexuales, la explotación sexual y el trabajo infantil.
Monseñor Ángel San Casimiro, obispo de Ciudad Quesada, hizo el llamado ayer en la nueva Carta pastoral sobre los derechos de los niños, las niñas y las Personas Adolescentes . San Casimiro es también presidente de la Pastoral Social-Cáritas, de la Conferencia Episcopal.
La Iglesia debe ejercer la denuncia dentro de su ministerio profético, plantea el documento, según el cual el 30% de la población conoce algún caso de explotación sexual.
San Casimiro instó a las parroquias a organizar actividades, como jornadas de oración y foros, para difundir y proteger los derechos de los niños en las comunidades.
“Nuestros niños, niñas y adolescentes deben ser liberados de todo aquello que les impida tener una vida digna”, proclama la carta.
Sobre la familia, el pastor escribió: “Con dolor, debo constatar que los espacios familiares no son siempre lugares para la vivencia de los derechos. En muchos casos, son donde se producen actos de violencia”.
La carta sugiere mecanismos de información ciudadana para proteger los derechos.
Ataque a pobreza. La Iglesia insta al Gobierno a dar prioridad a la protección de los menores dentro de sus políticas públicas, en especial en educación y salud.
Pese al crecimiento económico, dice el texto, la brecha entre ricos y pobres se ensancha, sigue la pobreza y surgen formas de exclusión.
Por ejemplo, 440.000 menores viven en pobreza.
Según el obispo, muchos de los sectores con mayor crecimiento “no se ven con una buena disposición de aceptar la responsabilidad de colaborar con el desarrollo sostenido de nuestro país mediante una justa y eficaz distribución fiscal”.
San Casimiro dijo que los planes del presidente Óscar Arias sobre reducción de pobreza y mejora educativa van en el mismo sentido, por lo que ofrece la ayuda de la Iglesia para su ejecución.