En las tiendas libres de impuestos del IMAS no hay coloridos monitos de peluche, ni una artesanía fina costarricense o el juguete de moda entre los adultos: los Ipod o reproductores portátiles de audio y video.
Recorriendo los pasillos del aeropuerto Juan Santamaría, usted tendrá que agudizar la vista para encontrarse la minúscula tienda de artículos electrónicos que el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) abrió en setiembre.
Cuando la encuentre, se dará cuenta de que es una ventana empotrada en una pared, que se parece más a un guardarropa que a un local comercial.
Estas condiciones de venta y la posibilidad de que los operadores de tiendas libres en Centroamérica sean más rentables que en Costa Rica obligaron al IMAS a realizar un estudio de mercado.
Rodrigo Campos, gerente general del IMAS, aseguró que los resultados de esta investigación determinarán si el Instituto debe concesionar las tiendas y dejar la administración en manos de una empresa privada.
Aunque los resultados del estudio estarán en 15 días, Campos cree poco probable que un operador internacional esté interesado en hacerse cargo de las tiendas.
Los administradores de las tiendas del IMAS se declaran "arrinconados" dentro de la terminal aérea. Alegan que el administrador del aeropuerto (Alterra Partners) los ubicó en lugares "poco estratégicos" y con baja circulación de pasajeros.
En la otra acera, Alterra Partners asegura que los duty free no son tan rentables con la competencia privada, que sí paga impuestos y que le entrega más dinero al gestor de la terminal aérea.
Realidad. Lo cierto es que las tiendas del IMAS carecen de variedad. Lo que se vende, fundamentalmente, son licores, perfumes, bisutería fina y pocos artículos electrónicos. Además, algunos locales son poco llamativos y mal ubicados, lo cual afecta la rentabilidad.
Prueba de ello es que en 1999 las utilidades reales de estos locales cerraron en ¢1.535 millones, frente a los ¢1.067 millones del 2005.
Geovany Flores, gerente de empresas comerciales del IMAS, alega que las ventas más bien han aumentado pues en este período se redujo el número de locales de 9 a 5 y perdieron más de 100 metros cuadrados de espacio comercial.
"Somos el duty free más pequeño de Centroamérica, pero el más rentable por metro cuadrado".
Lo que no tienen claro los personeros del IMAS es si un administrador privado podría generarles más utilidades. A fin de cuentas, a mayor ingreso, más dinero para los programas sociales que desarrolla el Instituto.
Alfredo Aguileta, directivo de Alterra, aseguró que un operador internacional genera, en promedio, un margen de ganancias del 50% de las ventas.
Si sus datos son ciertos, el IMAS vendió ¢6.653 millones en el 2005, pero tuvo una utilidad neta final del 16% (¢1.067 millones).
Aguileta agregó: "Existen muchos operadores que estarían interesados en operar las tiendas. Bajo ese esquema el IMAS podría recibir mensualmente más recursos que los que ahora recibe".
Rodrigo Campos discrepa de esta apreciación e insiste en que el IMAS no se puede comparar con un administrador privado, pues el Instituto tiene que pagarle un 20% de las utilidades netas al Ministerio de Hacienda y otro 20% que se reparten Aviación Civil y Alterra. El restante 60% se destina a las labores propias del IMAS: ayuda directa a las personas más pobres del país, que son el 21,7% de la población.
Geovany Flores agregó que un operador privado en Costa Rica no tendría ese margen de ganancias, pues tiene que pagar hasta un 30% de impuesto de la renta, 30% para el IMAS, más el alquiler de los locales en el aeropuerto Santamaría.
Los representantes del IMAS también aseguran que sin los resultados del estudio de mercado, el Instituto no tiene elementos "jurídicos, técnicos y financieros" para entregar las tiendas a terceros.
Por ahora se defienden diciendo que el precio de los licores -el producto más vendido en las tiendas, es más barato en Costa Rica que en el resto de Centroamérica.