Antes de emitir una nueva pluma de materiales de 1.000 metros este lunes, el volcán Poás registró, al cierre de la semana anterior, una incesante actividad sísmica y eruptiva en el cráter, según captó en video un dron de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
Las imágenes evidencian la acumulación de ceniza en las inmediaciones del cráter y muestran cómo esta ha cubierto por completo la zona del mirador en el Parque Nacional Volcán Poás.
En otros videos cortos se aprecia la expulsión de material desde el centro del cráter y cómo queda esparcido en los alrededores, mientras el macizo emite gases y vapor.
El sábado, la CNE informó que comenzaron a bajar lodo, ceniza y ácidos del Poás por los ríos Desagüe y Agrio, tal como había previsto esa entidad.
“En diferentes fotos y videos que hemos visto en redes sociales, las personas están tomando con sus manos el agua de los ríos, que viene cargada de sedimentos muy ácidos, los cuales son perjudiciales para la salud”, indicó la Comisión en un comunicado.
Sin embargo, advirtió que el contacto con estos materiales podría provocar quemaduras en la piel debido a su alta acidez. Es importante no acercarse al cauce ni a las márgenes de los ríos Desagüe y Agrio.
Tampoco se debe exponer a los animales al consumo de esta agua.
“Acate las recomendaciones de las autoridades oficiales. ¡No exponga su vida! Con las lluvias, el material volcánico continuará descendiendo, y la presencia de este lodo podría aumentar”, añadió la CNE.
El viernes anterior, expertos en sismología y vulcanología del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), de la Universidad Nacional, descartaron la posibilidad de una gran erupción en el volcán Poás, aunque confirmaron que el macizo se encuentra en fase eruptiva y continuará así.
La frecuencia sísmica en el volcán se mantiene alta tras 13 días consecutivos de erupciones progresivas de gases y ceniza, como parte de un proceso de reactivación iniciado a finales del 2024.
Por ahora, la tendencia general es al aumento de la actividad. Sin embargo, la cantidad de gas emitido sugiere que el volumen de magma cerca de la superficie es pequeño, lo que, según Geoffrey Avard, coordinador de vulcanología del Observatorio, descarta la posibilidad de un evento de gran magnitud.
“El volcán sigue en proceso de actividad porque hay un aporte de fuente magmática que lo alimenta desde abajo”, explicó. Los expertos advirtieron el viernes que la actividad podría intensificarse, lo que generaría más emisiones de gases y ceniza.