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El Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) incluyó animales silvestres como iguanas, tortugas y corales en una reciente actualización de especies de interés acuícola y pesquero que, según esa entidad, ahora son susceptibles de explotación comercial.
Así consta en el acuerdo AJDIP/057-2023 publicado el 28 de abril anterior en el diario oficial La Gaceta, según el cual aumentó de 34 a 234 la cifra de representantes de la flora y fauna que pueden ser explotados por los seres humanos.
La lista incluye la tortuga verde de oreja roja y la de oreja amarilla, a garrobos e iguanas. Además, ocho tipos de corales y 13 tipos de esponjas marinas; estas dos últimas familias de animales desempeñan funciones en su entorno de las cuales dependen otras formas de vida.
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También aparecen 29 especies de macroalgas y 31 de microalgas, las cuales sirven de base para tramas tróficas (la interconexión natural de de cadenas alimenticias entre especies), producen oxígeno para la respiración de organismos acuáticos, absorben dióxido de carbono de la atmósfera y dan refugio y hábitat a miles de especies.
El documento se titula “Lista de especies de peces y crustáceos de agua dulce y de interés acuícola en las aguas continentales, costeras y oceánicas”.
Según el Instituto, la elaboraron biólogos del Departamento de Fomento Acuícola del Instituto y fue sometida a consulta de entidades como el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), la Universidad de Costa Rica (UCR), Universidad Técnica Nacional (UTN), Universidad Estatal a Distancia (UNED), la Universidad Nacional (UNA) y el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR).
Sin embargo, el acuerdo publicado en La Gaceta no detalla ni a quiénes se consultó en cada una de esas entidades, ni cuál fue su respuesta o criterio técnico.
Posible daño ambiental
La diputada Kattia Cambronero Aguiluz, del Partido Liberal Progresista (PLP), denunció el jueves que la lista es motivo de alarma y preocupación, pues podría servir como portillo al tráfico de especies silvestres y su cautiverio, así como a una sobreexplotación de ecosistemas.
“Nos preocupa que esto flexibilice la explotación de especies sensibles para los ecosistemas marinos y se permita el tráfico irresponsable de vida silvestre para su tenencia como mascotas exóticas o su consumo alimenticio sin regulación o registros sanitarios”, manifestó la congresista.
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Cambronero reclamó también la inclusión de otras especies marinas como erizos, gusanos, esponjas, pepinos de mar, algas y zooplancton, sin indicarse justificación práctica de peso para su explotación comercial en nuestro mercado.
La congresista adelantó que solicitó al jerarca de Incopesca, Heiner Méndez Barrientos, copia de los criterios técnicos que permitieron subir de 34 a 234 el listado.
Por su parte, el ministro de Ambiente y Energía, Franz Tattenbach Capra, manifestó que la lista atiende a temas importantes para el sector costero y marino, pero prometió revisarla.
“Nos mantendremos vigilantes y analizaremos el listado”, declaró este viernes al ser consultado por La Nación en un encuentro de ministros de Ambiente de América Latina, el Caribe y la Unión Europea para discutir temas de cambio climático.
