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Los gobiernos locales de San José, Alajuela, Heredia y Cartago estiman que en sus calles habitan al menos unas 3.500 personas, pero podrían ser muchas más. (Jorge Castillo.)
Falon Montero utiliza sombra rosada y brillo labial, lleva el cabello negro cuidadosamente peinado y combina los aretes plateados con una sonrisa.
Su presencia irradia seguridad, lo cual hace aún más sorprendente su relato: tiene pocos meses de haber superado la recaída en el vicio que arrastra desde los 11 años, –hoy tiene 33–, que la lanzó a las calles y la separa de sus seis hijos.
Con una fortaleza casi inexplicable, Falon asegura que ya todo eso quedó atrás.
“Ya lo logré una vez y lo voy a lograr de nuevo. Si mi familia cree en mí o no, no importa, yo sí voy a creer en mí. Poco a poco se están abriendo puertas”, dijo.
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Falon Montero, de 33 años, quien asiste al Centro Dormitorio desde hace un mes. (Rafael Murillo)
Entre las puertas que se abrieron están las del Centro Dormitorio de la Municipalidad de San José, donde cena y duerme desde hace un mes.
DEL ARCHIVO: 5.000 indigentes pasaron por albergue josefino en 8 años
El establecimiento cuenta con 102 camas para las personas en situación de calle que hacen fila por las tardes para ingresar, con el compromiso de mantener un comportamiento adecuado.
El Centro Dormitorio se abrió hace nueve años. Ahora, cantones como Cartago, Heredia y Alajuela buscan copiar la iniciativa, y gestionan la apertura de albergues propios.
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Estimación de población en calle (Diseño LN)
Tan solo en esos ayuntamientos, en conjunto con la capital, hay al menos unas 3.500 personas viviendo en las calles, según los cálculos de los mismos gobiernos locales. Las autoridades también notan que la población sin hogar ha aumentado con el transcurso de los años, aunque no haya estadísticas precisas que lo corroboren.
Reducción de daños. El paso de la casa a la calle casi siempre lo producen el alcoholismo y la drogadicción a sustancias como el crack , según sondeos realizados por los ayuntamientos en sus comunidades.
“La mayoría son ticos, hombres, jóvenes y en edad productiva. De hecho, cada vez están a más temprana edad en la calle, con problemas de adicción”, señaló Mariela Echeverría, jefa del Departamento de Servicios y Económicos Sociales de la Municipalidad de San José.
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El alcoholismo y la drogadicción a sustancias como el crack son las principales causas que empujan a cada vez más personas a las calles, según han identificado los gobiernos locales. | ALONSO TENORIO. (Alonso Tenorio)
Por ese motivo, los centros municipales para la atención de indigentes, además de dar cama, intentarán que sus usuarios poco a poco abandonen el consumo de drogas.
Las pautas se establecen en la Política Pública para la Atención de Personas en Situación de Abandono y Situación de Calle, presentada por el Ejecutivo el 4 de julio del año anterior.
En los centros se aplicará un modelo de reducción de daños.
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De acuerdo con María José Rodríguez, representante del Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) en el equipo interinstitucional que implementa la política, se trata de establecimientos en los que las personas podrán entrar y salir a voluntad. Se les ofrecerá comida, duchas y camas; así como información, terapia y oportunidades de estudio.
“Si la persona sabe que tiene un lugar donde estar, aunque consuma, posiblemente ya no lo va a hacer en un búnker y va a consumir menos (...) todo va en un ciclo positivo hacia el cambio”, explicó Rodríguez.
Esa es la transición que emprende actualmente Marco Vega, de 33 años. Aunque ya tiene tres años de frecuentar el Centro Dormitorio, él considera que su vida se ordena poco a poco, tras más de una década de vicios que lo llevaron fuera de su casa. Ahora piensa en conseguir un trabajo y espera que su familia note en él un cambio genuino.
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Marco Vega, de 33 años, tiene tres años de frecuentar el Centro Dormitorio de la Municipalidad de San José. Su plan es conseguir un trabajo que le permita llevar una vida autónoma y tranquila. | RAFAEL MURILLO. (Rafael Murillo)
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Al acercarse las 6 p. m., la fila empieza a crecer frente al Centro Dormitorio. Cada noche pueden entrar solo 102, usualmente un grupo numeroso queda fuera, según los administradores del lugar. (Rafael Murillo)
“Uno vive muchas calamidades, pero hay que hacerse la idea de que a como uno entró, hay que salir (de la calle). Es muy crudo pero es la realidad de cada uno”, expresó Vega.
Proyectos en marcha. El albergue municipal de Cartago abriría en setiembre, según informó el alcalde, Rolando Rodríguez.
El centro se construyó en el barrio La Pitahaya, con capacidad para 28 usuarios.
“La Municipalidad también los contratará temporalmente en recolección de basura y limpieza de vías”, indicó el alcalde.
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El albergue de Cartago, en barrio La Pitahaya, abriría en setiembre de este año. (Cortesía Municipalidad de Cartago)
El Concejo herediano, por su parte, informó de que el proyecto del albergue está en fase de preinversión. La meta es abrirlo en el 2022.
Mientras tanto, intenta coordinar a los 16 grupos ciudadanos que ayudan con alimentación y ropa a los indigentes, según Estela Paguaga, coordinadora de la Unidad de Igualdad, Equidad y Género del ayuntamiento de Heredia.
“Vamos a dignificar la vida de estas personas. A la par, se puede ir trabajando el acceso a los derechos, pues por ejemplo casi el 80% no tiene cédula”, señaló la funcionaria.
En Alajuela apenas se busca el terreno para construir el centro, según Laura Chaves, vicealcaldesa de ese cantón, quien informó de que a partir del 27 de julio se conformaría una red cantonal de ayuda social.
Según un informe de Casa Presidencial, los concejos de Paraíso y Pérez Zeledón también tienen trámites iniciados a fin de abrir centros de atención para personas sin hogar.
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Fue hasta julio del 2016 que el Estado implementó una política pública para la atención de personas en condición de indigencia. (Rafael Murillo)
La política pública tiene como meta que al finalizar este año, al menos un cantón de cada provincia tenga un sistema para atender a la indigencia.
El IAFA aportaría un albergue en Cristo Rey, San José, –el cual costó ¢40 millones– que abriría a finales de 2017 y atendería a 30 personas durante el día y 24 por la noche.
La entidad también prevé que a partir de setiembre, una unidad móvil recorra las calles josefinas con información y curaciones básicas para las personas que viven en la calle.
Falon Montero considera que la inversión en las personas sin hogar vale la pena.
“El que entra aquí es porque quiere. Hay veces que vienen solo a escapar del aguacero, pero hay mucha gente que de verdad quiere salir adelante”, dijo.