Al menos 11 puntos de la ruta 27, entre San José y Caldera, han ocasionado cierres de la vía por varias horas, incluso días, desde que la carretera a Puntarenas entró en operación, en enero del 2010.
Ese es el recuento de la afectación a los usuarios realizado por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), con base en los hechos reportados o documentados entre enero del 2010 y finales del 2022.
Dichos cierres fueron registrados en los siguientes kilómetros (km):
- Km47+000 en febrero del 2010.
- Km28+850 en mayo del 2010. En esa ocasión, se registró el único fallecido por esta causa en la ruta.
- Km48+780 con varios taludes entre setiembre y octubre del 2010.
- Km19+000 en setiembre del 2014.
- Km40+700 en noviembre del 2014.
- Km45+000 con suspensiones en junio del 2015.
- Entre Atenas y Orotina en varios puntos, el 4 y el 6 de octubre del 2017 por efecto de la tormenta Nate.
- Km38+600 y km40+800 en noviembre del 2020.
- Km75+000 en marzo del 2021.
- Km46+200 en mayo del 2022.
Según el informe del Lanamme, se han registrado 63 derrumbes y dos hundimientos en el trayecto de 76 km de carretera, aunque no todos han implicado suspensiones totales del paso.
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De esos 65 eventos, un 91% se concentró en el tramo entre Ciudad Colón y Orotina; además, un 52% de todos los deslizamientos se presentaron durante los primeros tres años de operación. El primero sucedió cuando la carretera tenía apenas un mes de estar en servicio, en febrero del 2010.
El año con más incidentes de este tipo fue el 2011, con 17 derrumbes, y el mes en el que suelen registrarse más deslizamientos es noviembre. Los puntos donde estos han sido recurrentes están entre el km 41-41 y el 46-47.
Según el documento, el cierre más prolongado fue entre setiembre y octubre del 2010 debido al hundimiento en el estacionamiento 46+800. Duró varias semanas mientras se colocaban puentes modulares y se trabajaba en la estabilización del sitio.
El segundo cierre que más tiempo consumió fue por la tormenta Nate, en el 2017, y duró tres días. Sucedió entre Ciudad Colón y Orotina, detalla el documento.
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Varios de los puntos citados en el recuento histórico han sido atendidos por la concesionaria Ruta 27 mediante la construcción de muros anclados y sistemas de drenajes.
Sin embargo, aún se mantienen, al menos, siete puntos vulnerables donde la empresa no ha podido realizar mejoras debido a la ausencia de permisos ambientales o expropiaciones.
Hundimiento cedió tres metros en cinco años
El documento, divulgado la semana anterior por Lanamme, hizo un análisis detallado del hundimiento del km 44+400.
Determinó que el desplazamiento de la carretera, entre el 2017 y el 2022, fue de casi tres metros, siendo esta especie de grada la principal afectación que han experimentado los usuarios en ese punto.
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El informe agrega que ese tramo ha impactado la capacidad de servicio de la vía por el cierre completo de un carril y la disminución de velocidad a la que se ven obligados a circular, principalmente los vehículos pesados.
Actualmente, la empresa trabaja en las etapas previas para la construcción de un viaducto de 145 metros. Esta obra se convertiría en la solución definitiva a dicho problema, ocasionado por una falla geológica.
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En adición, el Lanamme hizo referencia al deslizamiento registrado en setiembre del año pasado en el km 17, cerca del puente sobre el río Virilla.
En un informe preliminar, los expertos concluyeron que el enorme desprendimiento de material no representa un riesgo para la operación normal de la carretera. Tampoco ha afectado, de momento, la condición del puente.
“Es de esperar que una vez que las zonas cercanas a la corona del talud pierdan el volumen de material que se encuentra suelto e inestable, adopten una nueva pendiente que sea favorable para la estabilidad del talud, y con ello la RN N°27 pueda continuar operando de manera normal sin ver comprometida su funcionalidad ni seguridad. Sin embargo, no se debe omitir el constante monitoreo del sitio”, cita el análisis entre sus comentarios finales.
Atención
En sus recomendaciones, el Lanamme llama la atención al Consejo Nacional de Concesiones por dos zonas de taludes: los puntos ubicados en el km 38+600 y 46+200.
Los ingenieros destacan la necesidad de buscar una solución permanente para resolver los problemas de estabilidad del terreno que soporta la línea del ferrocarril que pasa por la parte alta del talud.
También recomiendan realizar mantenimientos periódicos para eliminar los sedimentos que se acumulan en las cunetas y diseñar un sistema de control de erosión.
En el caso del talud de tipo rocoso del km 46, sugieren eliminar el uso de barreras de concreto, que son diseñadas para la contención vehicular y están siendo usadas como un sustituto de medidas efectivas de protección contra caídas de material.