Al menos 500 puentes en condición crítica ubicados en rutas de todo el país son una bomba de tiempo, pues el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) no ha realizado el mantenimiento que requieren a pesar de que su estado de vulnerabilidad es conocido desde al menos hace dos años. Las estructuras están mapeadas, priorizadas y sus daños identificados, pero no se cuenta con dinero.
Lo más grave: además de que en cualquier momento podrían ocurrir situaciones como las registradas a finales de octubre, cuando cayó el puente Negro de Orosi, en Paraíso de Cartago, o a mediados de julio, con el lavado de los accesos del puente sobre el río La Estrella, en Limón, no se sabe cuántas estructuras adicionales a las 500 están en condición grave, pues las últimas inspecciones que conformaron el inventario se realizaron en el 2018.
De 1.669 estructuras de todo tamaño y tipo (incluidas alcantarillas y pasos elevados), hay 500 en condición deficiente, advierten informes del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) y el Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec).
De acuerdo con la información del TEC, los daños van desde sobrecapas de asfalto, faltante de elementos o deformación u oxidación de barandas, agrietamientos, así como problemas en juntas de expansión, socavación en bastiones y filtraciones.
Un recuento publicado por Conavi cifra en 495 los puentes necesitados de reparación. No significa que todos se encuentren en el peor estado, sino que están localizados en rutas muy importantes.
Según ese mismo reporte, del total de puentes con prioridad de atención “alta”, 179 se encuentran en rutas primarias. Por ejemplo, se citan los pasos sobre los ríos Barranca, Sardinal, Ciruelas, Aranjuez y Guacimal en la Interamericana Norte, así como sobre los ríos Siquirres, Cuba y Santa Emilia en la ruta 32, que comunica San José con Limón.
Otras estructuras en vías principales enlistadas por el Conavi, se ubican en la ruta 27. Mencionan los pasos sobre quebrada Salitral, río Segundo, río Agres y río Tiribí. En tanto, en la Interamericana Sur, están los puentes sobre el río General, río Ceibo, río Unión, río Cacao y río Caracol. También figuran estructuras a lo largo de la Costanera: los pasos sobre los ríos La Mona, Sucio, Jicote, Savegre y el de la quebrada Sin Nombre.
Giannina Ortiz Quesada, coordinadora del Programa de Puentes del Instituto Tecnológico, advirtió que como parte de la priorización se deben considerar fenómenos naturales y lluvias extremas que han impactado zonas del país en los últimos dos años. Por ello, la “fotografía” de las inspecciones realizadas entre 2014 y 2018 y cuyos resultados se presentaron en el 2019, podría no estar ajustada a la realidad.
“Es de esperar que los puentes cada vez tengan mayores problemas, principalmente en sus bases. Ya habíamos identificado una gran cantidad de puentes con esos problemas, es probable que la situación sea grave y que más bien algunos que estaban regulares ahora los tengamos deficiente”, indicó la experta.
Bajo este panorama se debería declarar la atención de los puentes como una situación de emergencia, que permita destinar recursos y personal a esta tarea con mayor agilidad, declaró Ortiz.
El principal riesgo que enfrentan los pasos, añadió, está asociado al socavamiento (daño que ocasionó la caída del puente Negro), por lo que ese debería ser uno de los primeros criterios a la hora de definir la atención.
Para la especialista, es necesario que en aquellos puentes donde se tienen daños identificados se realicen labores de señalización para que la población esté informada sobre el riesgo y, en caso de que lo requieran, se fijen restricciones de paso y rutas alternas.
“No podemos esperar un año, ya estamos tarde. Durante muchos años no se ha dado atención a los puentes, hemos invertido en mantenimiento en el pavimento, pero ¿y los puentes?”, afirmó Ortiz.
Rolando Castillo, coordinador de la Unidad de Puentes del Lanamme, declaró que es necesario que las inspecciones sean más frecuentes, pues como se vio en el caso de Orosi, el llamado puente Negro había sido revisado hace menos de un año y no presentaba daños en ese momento.
Otro ejemplo citado por Castillo es el puente sobre el río Toyogres, también en Cartago, en la vía que comunica el centro de la ciudad con el cantón de Paraíso, donde en agosto se alertó mediante un informe sobre el riesgo de colapso que no figuraba en los informes anteriores y que comenzó a ser atendido tras lo ocurrido en Orosi.
Castillo reconoció que el recorte presupuestario en el MOPT ha tenido un grave impacto en las inversiones que se deben hacer en puentes. Sin embargo, enfatizó que este tipo de infraestructura “no espera”, por lo que es necesario darle prioridad a dónde se invierten los dineros.
‘Estamos llegando tarde’
El ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez Mata, reconoció el problema de desatención que tienen las estructuras y afirmó que no se ha dimensionado la crisis financiera del Conavi, lo cual, dijo, es “un problema país” pues no se logra atender las necesidades identificadas, sino que se reacciona de emergencia cuando ya han ocurrido los daños.
“Es un problema de deterioro de la red vial, de desatención de posibles emergencias por falta de recursos, esto sobrepasa la dimensión que uno podría esperar de una situación crítica fiscal en el país. Nosotros estamos haciendo un enorme esfuerzo, pero estamos llegándole tarde a las soluciones, estamos llegando cuando ya no hay paso”, indicó.
“No contamos con esos recursos, tenemos los informes y las inspecciones que se realizan a través de los ingenieros del MOPT y Conavi. Hay un plan, un programa y todo un procedimiento para la administración de la conservación de los puentes, todo eso está muy bien, pero necesitamos los recursos”, dijo.
Hasta el año pasado, el MOPT pretendía disponer de un crédito de $140 millones con el Banco Centroamericano de Integración Económica mediante el Ministerio de Planificación, sin embargo dicha gestión no se concretó.
Ahora, según Méndez, la intención es procurar un financiamiento con ese mismo banco, esta vez por $350 millones, de los cuales $150 millones se destinarían a atender los puentes priorizados y $200 millones para asfaltar rutas en lastre. La idea, expresó, es que esos recursos queden encaminados para que sean ejecutados por la próxima administración.