Un año después de la instalación de los primeros 23 dispositivos de seguridad en los cruces ferroviarios, la convivencia entre conductores y trenes se ha vuelto menos conflictiva.
Entre enero y noviembre de este año se registraron 55 choques de vehículos con trenes, 25 menos que los 80 ocurridos en el 2018 durante el mismo periodo, según datos del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer).
La mortalidad también bajó: de cinco decesos el año anterior por choques a ninguno en lo que va de este 2019.
El último accidente mortal registrado por La Nación ocurrió el 29 de noviembre del 2018, cuando un motociclista de 29 años chocó contra el ferrocarril en San Joaquín de Flores, en Heredia.
Elizabeth Briceño, presidenta ejecutiva de Incofer, afirmó estar “muy contenta y satisfecha” con estas cifras pues, según opina, evidencian que la colocación de los dispositivos fue un acierto.
En el transcurso de este año el número de dispositivos aumentó a 91 cruces en las rutas del tren urbano. En todos hay alarmas y semáforos, mientras que 53 además tienen agujas.
No obstante, la disminución en accidentes también es atribuida a otros factores. De hecho, entre 2017 y 2018 la cantidad de colisiones había sufrido una caída significativa (de 153 a 84 eventos), aunque todavía no había barreras.
Para Briceño, las campañas del Incofer han influido para que los choferes estén más alertas al paso del tren.
Los costarricenses dejaron de convivir con el tren de pasajeros entre 1995 y el 2005, luego de que la administración Figueres Olsen decidiera clausurarlo. El servicio se ha ido reactivando, en forma paulatina, en los últimos 14 años.
“La interrupción evidentemente hizo que toda una generación creciera aprendiendo a manejar sin el tren y las rutas fueron aumentando, la cantidad de servicios y frecuencia. Eso hace que, de pronto, no se sepa convivir con el ferrocarril”, indicó Briceño.
De hecho, entre el 2015 y el 2017 hubo un incremento del 118,57% en la cantidad de choques con el tren. Dicho aumento coincidió con la apertura de nuevas rutas del ferrocarril urbano.
Ese aumento coincidió, por ejemplo, con la inauguración del servicio de San José hacia San Joaquín de Flores, en enero del 2016.
En ese año, la ruta más accidentada, con 26 choques, fue la de Heredia-San José, la cual precisamente comprende el trayecto hasta San Joaquín.
Luego, en mayo del 2016, se abrió la ruta hacia Río Segundo de Alajuela, y en enero del 2017 esta vía se extendió hasta el centro de esta ciudad.
Aunque en el 2016 la vía hacia Río Segundo solo registró dos percances, en el 2017 el tren hacia Alajuela fue el segundo que sufrió más accidentes (33 percances), superado solo por el que viaja de Heredia a San José (43).
En contraste, en los últimos dos años no se abrieron rutas, y los accidentes disminuyeron en un 64%.
Percances con el tren y agujas
Los choferes han logrado acostumbrarse al tren, pero el desafío con las agujas persiste
FUENTE: INGENIERÍA DE TRÁNSITO || J.C / LA NACIÓN.
Mantenimiento de agujas
La colocación de las agujas dio resultados. Sin embargo, el otro desafío es su mantenimiento frente a conductores imprudentes y al vandalismo.
A octubre de este año, la oficina de Ingeniería de Tránsito registró 487 veces en que estos dispositivos fueron derribados, y 96 sufrieron quebraduras.
Carlos Rivas, asesor legal del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi), entidad encargada de la instalación de las barreras, afirmó que hasta abril de este año, los daños ocasionados a las agujas ya habían costado $51.000.
Detalló que si la aguja se cae y hay que colocarla de nuevo, el costo es de $180. En cambio, cuando hay que reemplazarla el costo se eleva a $730, y si se daña el cajón que contiene el sensor, el gasto sube a $8.000.
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Los diputados tomaron medidas: A finales de mayo, empezó a regir una multa de ¢215.000 para quienes dañen o irrespeten los dispositivos de seguridad. En un principio, esta infracción era de ¢52.000.
Además, se creó una multa de ¢318.000 para los conductores que choquen su vehículo con el tren.
Para Rivas, estas modificaciones influyeron para que los choferes fueran más cuidadosos.
De hecho, de los 92 incidentes con agujas reportados en agosto pasado, se pasó a 70 en setiembre y 69 en octubre, de acuerdo con datos de Ingeniería de Tránsito.
La nueva infracción por chocar con el tren se ha aplicado a 16 personas, de las cuales siete ya pagaron y el resto apelaron.
El asesor legal aseguró que los choferes multados acuden a cualquier argumento para apelar.
”Algunos argumentos son descabellados, como que no les dio tiempo de cruzar porque los vehículos que iban antes no tenían la velocidad, cuando en realidad ante ese tipo de casos la persona tiene que tener precaución”, aseveró.
Cifras valiosas
FUENTE: INGENIERÍA DE TRÁNSITO. || J.C. / LA NACIÓN.
Cámaras y más barreras
Debido a que solo se puede multar a los choferes que golpean las agujas si un oficial de Tránsito presencia el hecho, Cosevi planea instalar cámaras de vigilancia en los cruces a partir del próximo año.
Este proyecto ya cuenta con cinco empresas oferentes, y Carlos Rivas adelantó que se estaría adjudicando a principios del 2020.
Uno de los problemas que al parecer quedó atrás es el de las fallas propias del sistema, según el asesor legal, quien aseguró que los reportes de desperfectos eran usuales durante las primeras semanas.
Rivas indicó que todavía reciben denuncias de averías, pero que al llegar al sitio comprueban que el dispositivo volvió a operar.
El lunes 18 de noviembre, a las 3:55 p. m., un equipo de La Nación constató en el cruce ubicado cerca de la empresa Macopa, en Calle Blancos, San José, que la aguja no bajó hasta después de que pasó el tren.
Diego Rugama, de Ingeniería de Tránsito, explicó que la falla se pudo deber a un error del asistente del maquinista, quien tiene que presionar un botón al llegar a cruces cercanos a estaciones para que el dispositivo de seguridad funcione de forma efectiva.
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Las agujas continuarán en expansión y, para la segunda semana de diciembre, el Cosevi espera tener listos 45 dispositivos de seguridad, de los cuales 15 tendrán barreras.
Su instalación tiene un costo de $3,5 millones (¢2.000 millones) y se están colocando entre Heredia y Alajuela, así como de Belén a San Rafael de Alajuela.