Desde lejos, el inmueble parece ser un edificio más, quizás una escuela o un colegio del Cairo de Siquirres, en Limón.
Pero al acercarse, el panorama cambia: grandes rótulos con letras chinas decoran la entrada y anuncian que no es un sitio cualquiera.
En su interior, las paredes también lucen decoración asiática y varios chinos caminan de acá para allá, otros trabajan en sus oficinas frente a las computadoras o mantienen reuniones.
También, hay canchas para deportes, áreas de juegos de mesa, comedor, dormitorios y estacionamientos. Todo resguardado por un muro perimetral prefabricado y custodiado por dos guardas durante el día y otros dos durante la noche.
Se trata del campamento chino que servirá como base de operaciones para la ampliación de la vía a Limón (entre el cruce a Río Frío y el centro de esa ciudad). El lugar es una especie de pequeña aldea china en la que es imposible encontrar una bebida fría, abunda el té, los platos hondos para tomar sopa y los palillos chinos.
Mariano León, encargado de Relaciones Públicas de China Harbour Engineering Company (CHEC), constructora a cargo de la obra, explicó que la comida preparada es muy diferente a la que se acostumbra encontrar en restaurantes chinos en el país.
Dos cocineros chinos se encargan de elaborar los alimentos de los 62 trabajadores, la mayoría de ellos provenientes de Xi’an, la capital de la provincia Shaanxi. Es común el uso de mucho picante en sus platillos
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En la cocina aún quedan cajas de cerveza que se usaron para celebrar el Año Nuevo chino.
Por ahora, hay mesas rectangulares, pero pronto habrá redondas, como las que acostumbran usar los chinos. No puede faltar una pantalla con un canal de programación china.
León comentó que la edificación se hizo en un terreno cedido por la Municipalidad de Siquirres, con la idea de que en el futuro la construcción le quede a la comunidad y sea usada para otros fines.
Esa fue una de las razones por la que los baños se construyeron como los conocemos y, no de la forma oriental, en la que no existe una taza sanitaria.
¿Qué hacen?
En el campamento, los asiáticos revisan diseños, gestionan permisos, tramitan importaciones de maquinaria y coordinan con el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) todo lo necesario para el inicio de la obra.
Sus labores representan los pasos más visibles de un proyecto que lleva años deambulando entre el Conavi, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), el Ministerio de Hacienda, la Asamblea Legislativa y la Contraloría General de la República.
“Estamos en el proceso de preparación de obras complementarias, en este lugar (el Cairo) van a trabajar 80 personas entre chinos y costarricenses, pero van a vivir 40 personas entre locales y chinos”, explicó Wang Lei Lei, subgerente general de CHEC en Costa Rica.
El presidente Luis Guillermo Solís anunció este viernes en Limón que los trabajos en la carretera comenzarán en los próximos días.
Según CHEC, el 5 de marzo empezará la corta de árboles en el derecho de vía de la ruta y el 15 de marzo llegará la maquinaria especializada que requieren para la construcción.
Además, en abril, comenzará el reforzamiento y ampliación en los puentes sobre los ríos Corinto y Toro Amarillo.
Para llegar a este punto, el proyecto debió superar varias etapas desde 2013, entre ellas, la negociación del préstamo chino por $395 millones, el refrendo de la Contraloría, la aprobación de los diputados y la gestión de permisos ambientales, entre otras.
El costo total de la carretera es de $495 millones, de los cuales $100 millones saldrán de una partida estatal.
El campamento del Cairo será la base de operaciones de la obra, allí funcionará la Gerencia, Proveeduría, el departamento de Ingeniería y el área Administrativa, pero habrá dos campamentos aún más grandes en Pococí y Matina.
En esos otros lugares habrá más dormitorios, talleres de mecánica, plantas de asfalto y concreto, bodegas, laboratorios y áreas para el armado de estructuras de hierro.
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En los próximos meses llegarán más chinos al país hasta completar 200, esa es la cifra máxima de obreros orientales que necesitará la construcción durante su desarrollo. Ademas, los asistirán entre 400 y 500 trabajadores costarricenses.
Wang Lei Lei manifestó que harán todo lo posible por completar la construcción en los 34 meses que establece el contrato firmado con el Conavi, pero reconoció que será difícil porque en Costa Rica los procesos son más largos y burocráticos.
Agregó que una obra idéntica a la ampliación de la vía a Limón en China se ejecutaría en 20 meses, aproximadamente.
Esa demora con que el país ha ejecutado esta carretera provocará un aumento de varios millones dólares en el presupuesto, pero CHEC aún no se anima a estimar ese costo adicional.
Un ejemplo de la lentitud con que opera el Estado costarricense es que las 1.200 expropiaciones necesarias para la ampliación están pendientes. .