Las estadísticas de tráfico confirman que algunos tramos de los 77 kilómetros de la carretera a Caldera ya están colapsados, pero, mientras tanto, la propuesta para ampliarla cumple tres años varada en el Consejo Nacional de Concesiones (CNC).
Por ejemplo, en los sectores de La Sabana y del peaje de Escazú a Santa Ana se registran saturaciones de hasta el 100%, esto significa que por esos sitios circulan el doble de vehículos que los previstos en el diseño original.
Para atacar el problema, Globalvia, empresa española concesionaria de la ruta, propuso en febrero del 2014 ampliar a seis carriles (tres por sentido) desde La Sabana hasta Ciudad Colón y otros cuatro de Ciudad Colón a Orotina.
De Orotina a Caldera no se prevé intervención porque en ese tramo, tanto ellos como el CNC, estiman que aún "no hay saturación".
Este proyecto también incluye la ampliación de puentes e intercambios viales, especialmente en la carretera de Circunvalación, en Escazú y Santa Ana.
Silvia Jiménez, secretaria del CNC, dijo desconocer por qué fue hasta febrero del 2016 que se ordenó el estudio de funcionalidad. Ese análisis es necesario para determinar si la propuesta es la idónea para satisfacer la demanda vial.
Mientras tanto, la cantidad de vehículos que se agolpan en un cuello de botella sigue en aumento.
Cuando se detectó la necesidad de una ampliación, el tráfico promedio diario por el peaje de Escazú era de 102.000 vehículos, cifra que para diciembre del 2016 registró un incremento del 14% (14.000 automotores más, 116.000 en total), según datos brindados por el CNC.
Por otra parte, en las casetas de cobro de San Rafael de Alajuela pasaban en promedio 34.000 vehículos al día en el 2014, dato que en el último mes del año pasado llegó a 46.000, una diferencia del 34%, que equivale a 12.000 unidades de transporte adicionales.
Pese a la urgencia reflejada en las cifras, Silvia Jiménez descartó que el diseño planteado se deba reajustar por una desactualización.
"Aún con crecimientos fuertes proyectados a nivel de carga, la capacidad estaría dando", afirmó la funcionaria.
La última estimación de costos para este proyecto se realizó en marzo del 2016, cuando se fijó un monto preliminar de $400 millones. No obstante, el precio podría variar cuando se aprueben los diseños, los estudios técnicos y se definan los terrenos por expropiar.
La concesión con la compañía europea vence en julio de 2033. El contrato establece que un eventual ensanchamiento debe hacerse con el concesionario, según indicó el CNC.
En ese caso, el Consejo Nacional de Concesiones, órgano adscrito al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), deberá definir las características de la obra, el precio, las condiciones del nuevo acuerdo y el plazo en el que se planea pagar. La legislación establece que no puede ser en un periodo mayor a 50 años.
De acuerdo con el CNC, a la hora de iniciar el proyecto se debería definir si se financia por completo con el cobro de peajes o el MOPT aporta una suma para no encarecerlos.
Análisis
Durante el 2016, el diseño conceptual presentado por Globalvia fue analizado por un grupo interdisciplinario, el cual hizo una serie de recomendaciones para que la concesionaria presente el anteproyecto.
"Nos encontramos revisando las observaciones recibidas recientemente por parte del CNC del diseño conceptual presentado", confirmó la compañía, sin brindar más detalles.
Jiménez comentó que el objetivo de tener una comisión es instaurar un modelo participativo, técnico y consultivo para "bajar la presión social".
Ese grupo está compuesto por el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), la Cámara Costarricense de la Construcción, el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), el Colegio de Geólogos de Costa Rica, el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) y el CNC.
"Desagregamos la propuesta en ejes temáticos y analizamos cada uno. Se revisaron componentes geológicos, geotécnicos, de seguridad vial, requerimiento de terrenos, vía de expropiaciones y cumplimiento de la norma SIECA" (de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana), explicó Jiménez.
Además, el grupo de expertos realizó un diagnóstico de los puentes de la ruta 27 para conocer cuál es su estado, pues se pretende incorporarlos al contrato de la concesión.
Una vez terminado el anteproyecto, de nuevo se analizará la propuesta, pero es en la Junta Directiva donde se tomarán las decisiones. La previsión de la secretaria técnica es que el diseño final quede aprobado antes de que concluya la administración Solís Rivera, en mayo del 2018.
Fase de expropiaciones y construcción
Superada la fase de papeles y planos, la ampliación de la carretera a Caldera exige nuevas expropiaciones, cuyo costo se desconoce. Además, el tramo entre Ciudad Colón y Orotina requiere más trabajo técnico para definir si se hacen pasos elevados, cortes en los taludes o rellenos.
LEA: Autoridades analizan tres opciones para ampliar en montaña
Estos procesos, especialmente los de expropiación, podrían provocar aún más atrasos en la ejecución del proyecto.
Jiménez reconoce que un año (lo que queda de este Gobierno) es poco tiempo para empezar a construir, pero confía en que los diseños estén aprobados y la adenda de ampliación enviada a la Contraloría General de la República.
Esto también implicaría extender la vigencia del contrato de concesión con Globalvia, aumentar las tarifas de los peajes y girarle a la compañía dinero para las obras.
DEL ARCHIVO: Contrato obliga al MOPT a ampliar la 27 con Globalvia