Cada contenedor que es cargado o descargado de los buques que llegan a Limón necesita la guía de los estibadores. Sin ese grupo de hombres la actividad portuaria sería imposible.
Entre los oficios del puerto, el de estibador es el más peligroso y el peor pagado. Se estima que en Limón hay 3.000 personas que se ganan la vida en esta actividad.
Estos operarios son convocados al muelle cuando hay barco y su salario se calcula de acuerdo con el movimiento de contenedores.
La ley dice que tienen derecho a cobrar ¢355 por cada contenedor movilizado, pero muchas empresas estibadoras pagan menos para aumentar sus ganancias.
A este panorama, ahora, se suma la amenaza de desempleo. La apertura del megapuerto representa la reducción del número de estibadores, pues, el proceso de carga y descargue se modernizará.
“La cosa es complicada. Nosotros sabemos que nos vamos a quedar sin trabajo, en el megapuerto se ocuparán estibadores, pero no tantos”, comentó Henry Retana, quien labora en esa actividad hace 30 años.
Por su parte, Luis Cedeño comentó que están preocupados porque no saben a qué se dedicarán en el futuro. “Somos estibadores, eso es lo que sabemos hacer y no vemos opciones en otras áreas”, afirmó.
La mayoría de los miembros de este gremio tiene muy baja escolaridad.
De acuerdo con el relato de varios estibadores consultados por La Nación , su ingreso mensual es de unos ¢300.000.
Kenneth Waugh, gerente de APM Terminals, dijo que el nuevo puerto tendrá 350 estibadores, los cuales representan el 11,6% del total de operarios activos en la actualidad.
Para la firma holandesa, la apertura del muelle creará 14.000 empleos indirectos en Limón durante los primeros tres años de operación.
No obstante, Waugh advierte que para sacarle el máximo provecho al nuevo muelle, el Estado debe invertir para promover el turismo, crear una zona especializada en logística portuaria y educación, entre otras áreas.
Otra de las actividades que será absorbida por el megapuerto son los predios de contenedores, los cuales emplean entre 10 y 20 personas. Japdeva estima que la apertura del megapuerto dejará a 3.250 personas sin empleo en diferentes actividades.