Entre la distracción del celular y el tumulto, un joven que caminaba por una de las aceras de la calle 6 de San José, entre la avenida central y la avenida segunda, dejó ir uno de sus pies en un hueco de unos 40 cm de profundidad en medio espacio peatonal.
Inmediatamente, se repuso y continuó como si nada, aligerando aún más el paso y más cuidadoso de dónde ponía los pies. La historia podría ser aún más grave si esto hubiese ocurrido a un adulto mayor o una persona no vidente como las que a diario transitan por este y otros puntos de la capital, o del país donde abundan huecos como el de la calle 6, pero también hay alcantarillas sin tapa, desniveles, piedras, pisos resbalosos y todo tipo de irregularidades que complican el transitar de quienes andan a pie.
Sino que lo digan Virginia Hernández y Kattia Castro. Ellas fueron el martes a vacunarse contra la covid-19 al centro de Cartago. Doña Kattia tiene una discapacidad física por lo que la acompañó doña Virginia. Ambas vecinas del Carmen de Cartago comentaron lo tortuoso que fue recorrer media cuadra para llegar al vacunatorio, empujando la silla de ruedas en medio de una acera empedrada y llena de desniveles.
“La mayoría de las aceras que yo he visto están con muchas gradillas, rotas, al menos esa acera por la que venía está muy mal, fatal, hay que hacer un zig zag para pasar”, dijo.
A unas cuadras, Nicole Guillén también se quejó de los desniveles pues por mal estado de aceras en el centro de Cartago se le hace muy complicado no solo caminar, sino empujar el coche donde viaja su hijo. La joven mamá confirma que muchas aceras están abandonadas porque los dueños de las casas ya no se preocupan por mantenerlas.
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¿Por qué el deterioro? Lo que menciona Nicole tiene sustento. Efectivamente, los dueños ya no se ocupan de mantener las aceras en buen estado porque desde abril del 2021 dejó de ser su responsabilidad.
Sin embargo, la ley que trasladó esa obligación a cada una de las 82 municipalidades y al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (en el caso de vías nacionales), dejó en el limbo la atención de aceras por al menos 18 meses.
La Ley de Movilidad Peatonal (Ley No. 9976) aprobada en marzo del 2021 y publicada un mes después, establece que los gobiernos locales serán los encargados de ejecutar las obras de mantenimiento, rehabilitación y construcción “de manera directa”. En un transitorio, se dio a los municipios 18 meses para reglamentar “lo correspondiente”.
Eso implica que, durante este período, mientras cada uno de los 82 municipios define cuánto, cómo y a quiénes cobrará, no hay una obligatoriedad de atender estas obras, pues desde la vigencia de la ley en abril tampoco es responsabilidad de los dueños de inmuebles.
Los municipios además tienen entre 18 y 24 meses para elaborar y aprobar los planes cantonales de movilidad sostenible en sus cantones. Estos planes definirán cuáles aceras y zonas irán atendiendo de primero y bajo qué modelos lo harán.
¿Qué dice la Ley?
De acuerdo con la legislación, las municipalidades deberán realizar un cálculo anual para los servicios de mantenimiento, rehabilitación y construcción de las aceras, que considere “el costo efectivo invertido”. A partir de ahí, los gobiernos locales cobrarán tasas que se fijarán tomando en consideración ese costo más un 10% de utilidad para desarrollarlos.
Además, se indica que esa suma se cobrará “proporcionalmente” entre los contribuyentes de cada distrito donde se desarrollan las obras. Ese cálculo también debe incluir lo necesario para cubrir aquellos casos donde, excepcionalmente, el propietario pueda demostrar que no tiene el dinero para pagar la tasa.
De acuerdo con Raúl Jiménez, asesor de incidencia política de la Unión de Gobiernos Locales, aunque la ley no lo específica, se acordó que la tasa se definirá por metros lineales de cada propiedad. Sin embargo, cada municipalidad puede crear su propia fórmula para calcular esa tasa, que será la misma si se trata de una vivienda, una pulpería, un supermercado o un complejo de oficinas. Lo que sí está claro es que el porcentaje será diferente de un cantón a otro.
La Ley también faculta a las municipalidades para que en los primeros años tomen recursos de los programas de atención de la red cantonal de carreteras para atender las aceras, mientras se comienzan a hacer efectivos los cobros a los propietarios. Pero esto también debe incluirse en el reglamento y los respectivos planes.
“Esto se va a usar como capital semilla para que las municipalidades puedan iniciar”, añadió Jiménez.
Para llegar a la fase donde se fijará y cobrará la tasa, los municipios deberán hacer estudios e identificar dónde se van a realizar las construcciones.
Jiménez reconoció que la norma no estableció un parámetro para la atención de esta infraestructura mientras las municipalidades completan estos procesos.
Reglamentos en proceso
En diciembre, la Unión de Gobiernos Locales (UNGL) envió a las 82 alcaldías, intendencias y concejos municipales un prototipo de reglamento que contempla los principales parámetros que cada una de las municipalidades debería considerar para hacer efectiva la legislación. Sin embargo, hasta ahora, solo la municipalidad de San Rafael, Heredia, ha avanzado en la “tropicalización” del prototipo.
El modelo presentado por la UNGL define los procesos de inspección, cómo se priorizaría la atención de las aceras en cada cantón, las responsabilidades de los propietarios y lo que ocurriría en caso de que realicen modificaciones o alteraciones en estas infraestructuras.
Además, detalla los modelos de participación que se podrían implementar en cada una de las zonas, tanto en las fases de diagnóstico, diseño y construcción de las obras, así como las características y materiales que tendrán las aceras y otras obras de mobiliario urbano.
Puntos claves
- Las aceras deben diseñarse y construirse de forma tal que se garantice la continuidad del tránsito peatonal, evitando cambios abruptos de nivel, pendientes mayores a lo permitido, existencia de diferencias de nivel, obstáculos y elementos peligrosos, presencia de texturas no antideslizantes o derrapantes.
- Toda infraestructura peatonal debe contar con un análisis previo para determinar una ruta accesible.
- Toda acera o infraestructura peatonal cuyo deterioro supere un 40% de la totalidad del área será considerada como obra nueva y deberá reconstruirse totalmente.
- Las aceras deben garantizar que son superficies antideslizantes, las cuales deben ser probadas en condiciones de humedad máxima.