El exdirector del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), Mario Rodríguez Vargas, narró este jueves ante la comisión legislativa que investiga irregularidades en obras de infraestructura, que fue en el 2018 cuando él hizo referencia al nombre de “cochinilla” para ejemplificar lo que en ese entonces se sospechaba que ocurría a lo interno de la institución que recién asumía.
Sin atribuirse el haber bautizado el caso de corrupción más importante de los últimos años, Rodríguez hizo un recuento de los hechos que dieron como resultado los allanamientos del pasado 14 de junio.
Como había manifestado meses atrás, relató que antes de asumir el cargo en el 2018, participó en seminarios donde escuchó a otros empleados del Conavi, hablar del problema de la corrupción que era conocido dentro de la institución.
Tras comentar este tema al ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez Mata, se tomó la decisión de buscar la colaboración del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), ya que previamente el auditor del Consejo le había manifestado la dificultad que tenía para lograr pruebas contra personas que, se sabía, actuaban incorrectamente.
Rodríguez dijo que aprovechó las acciones de la Policía Judicial por el tema de la ruta 257 (la llamada pifia en la vía entre la 32 y el megapuerto) para comentar la problemática y la necesidad de crear evidencia sobre hechos de corrupción. Fue durante una de esas conversaciones cuando, dijo, usó por primera vez el término “cochinilla”.
“Uso un ejemplo con ellos en una de las reuniones, donde les digo que veo el jardín que mi esposa cuida en la casa y que de pronto le aparece un bichito blanco y mi esposa dice ‘ya le cayó la cochinilla y si no le quito la cochinilla, esto va a generar un problema serio’”, recordó.
Meses después, según su narración, recibió la respuesta del OIJ de que se iban a involucrar en el caso que llevó más de tres años, que las autoridades denominaron Caso Cochinilla.
Rodríguez aseguró que desde su cargo hicieron lo que correspondía y que los mismos agentes del OIJ le habían advertido de que el éxito de lo que encontraran dependía del sigilo con el que se manejara el asunto a lo interno. Sostuvo que todo el tiempo, el ministro estuvo al tanto de lo que se estaba llevando a cabo.
Durante la etapa de consultas, el diputado del Frente Amplio, José María Villalta le pidió a Rodríguez detallar con ejemplos los hechos irregulares sobre los cuales acudió al OIJ.
El exfuncionario aseguró que para ese momento (2018) conocía “en general” que había situaciones en donde inspectores cobraban dinero para tramitar facturas, así como la problemática con las licitaciones y la forma en que eran analizadas.
Rodríguez declinó detallar sobre los supuestos favores que son citados en el expediente, y únicamente afirmó que sabía que había mecanismos que usaban las empresas para hacer que sus intereses caminaran en el Conavi. Además expresó que a su llegada también ordenó al exgerente de Conservación, Édgar Meléndez, que “ciertas personas” que llegaban al Conavi dejaran de hacerlo, sin ahondar en el tema.
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“Ese es el tipo de cosas que cuando hablaba con el auditor, decía ‘no tenemos forma de tener esas pruebas’, eso nos lleva a tratar de buscar cómo intervenir, ¿cómo hacemos para tener las pruebas? (...) Ahí es donde vemos la posibilidad y hablamos con OIJ”, afirmó.
Rodríguez acudirá nuevamente el próximo martes para terminar su rendición de cuentas ante la comisión legislativa.