Este sábado el presidente Carlos Alvarado no recibió las obras definitivas del muelle petrolero de Moín, como estaba previsto en su agenda desde hace dos días. En su defecto, inspeccionó los avances de una obra que acumula cuatro años de atrasos y cuyo arranque se sigue postergando.
Ahora la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) trasladó para octubre el supuesto inicio de operaciones de la nueva Terminal Portuaria de Hidrocarburos, según confirmó un comunicado enviado este viernes.
“Toda la infraestructura de la terminal está concluida, lo que representa el 97% de la obra, y entrará en funcionamiento luego de las pruebas de operación finales y la capacitación y entrenamiento del personal de Recope durante el mes de octubre. Esto representa el 3% restante”, indicó la entidad en su mensaje.
La construcción de la Terminal Portuaria Petrolera del Atlántico se inició en 2012 y su conclusión estaba prevista para 2014. Su propósito es aumentar la capacidad de almacenamiento de combustibles de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) al permitir el ingreso de buques de mayor volumen con gasolina, diésel y otros carburantes.
En la marcha, sin embargo, se sucedieron una serie de atrasos.
El último escollo data de marzo del 2017, cuando quedaba por instalar el “cerebro” informático, es decir, los programas de cómputo para manejar la millonaria infraestructura. Ese específico escollo es el 3% al cual alude Recope en su comunicado y explica el traslado a octubre de la supuesta entrada en operaciones.
La confirmación de Recope vino luego que este diario consultara el jueves a esa empresa y Casa Presidencial cuál era el propósito de que el presidente Alvarado cortara la cinta inaugural de esa terminal si todavía no es posible utilizarla.
Específicamente, se solicitó confirmar la ausencia de cableado eléctrico en la instalación sin el cual por ahora no es posible utilizar los equipos pesados que harán posible la descarga de combustible de los tanques que atraquen en esta infraestructura.
También se consultó cuál era el estado de avance en el área de electro-mecánica de esta ampliación si la ficha oficial del proyecto indicaba con fecha del 3 de agosto pasado una alerta porque hay “falta de suministros importantes”.
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Se consultó también si es cierto que hace un par de semanas se realizó un de simulacro con un barco que se ancló al puerto como si se tratara de un desembarque de producto aunque ninguno de los brazos de carga o válvulas motorizadas se utilizaron. Al respecto, la entidad expresó en su mensaje que “como parte del proceso de revisión de la infraestructura se atracó un primer buque en la nueva terminal para verificar el funcionamiento de los equipos de amarre. En las siguientes pruebas de operación se continuará con la revisión de los equipos de descarga y demás componentes de la infraestructura”.
La empresa también reveló un incremento en el gasto constructivo el cual ronda ahora los $112 millones. La ampliación se estimó en $98 millones iniciales, pero ya había aumentado a $103 millones (5% más) por ajustes en obras y complicaciones que datan del 2014, según ha admitido la Refinadora el año anterior. El nuevo monto de $112 millones representa una diferencia de $14 millones adicionales, equivalente a 16%.
“Por tratarse de una infraestructura que contempla obras en tierra y mar, es compleja y ha tenido que enfrentar las condiciones climáticas adversas y otros aspectos técnicos que prolongaron la ejecución del proyecto”, agregó Recope en su comunicado.
Bajo revisión
Ante los reiterados problemas que ha tenido la ampliación, la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) realizará en setiembre una inspección de campo para conocer el estado real de esa terminal en la parte de automatización y control operativo, confirmó Mario Mora, Intendente de Energía de la Aresep.
Mora agregó que la visita es parte del seguimiento que hace la Aresep sobre las inversiones de Recope, luego que la empresa estatal intentara cargar a las tarifas de los combustibles ¢88.000 millones en forma indebida por inversiones sin requisitos o sin avance confirmado.
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La detección de dicha irregularidad sobrevino durante el análisis de una solicitud de alza que planteó Recope a Aresep correspondiente al ajuste ordinario de este año. Ese único ajuste anual consiste en un incremento en los precios específicamente para financiar gastos y operaciones de la entidad.
“Preocupa a esta Autoridad Reguladora, los errores de fondo identificados en la información presentada por Recope, considerando que de no haber sido detectados por esta Intendencia implicarían una afectación directa a los usuarios del servicio público de suministro de combustibles”, indicó entonces la Intendencia de Energía en su resolución RIE-030-2018.
La ampliación de la Terminal Portuaria Petrolera del Atlántico está entre los 24 proyectos cuyos costos la Autoridad rechazó porque “se detectan ampliaciones, reclamos y acuerdos que requieren mayor justificación”.
Personal técnico de Recope, citado por la Aresep como parte de sus hallazgos, reveló que los retrasos se debieron a “muchos inconvenientes con el contratista en lo que se refiere al manejo contractual del muelle que ha derivado en reclamos económicos”.
Para la Intendencia, tales inconvenientes reflejan "problemas en el manejo contractual a lo largo de la vida de este proyecto entre las partes, tanto de la administración de Recope como el consorcio ICA-MECO, dando pie a una mala gestión del proyecto, provocando varios reclamos económicos; además de postergar la entrega final de la obra".
Según la Aresep, la mayoría de deficiencias descubiertas se vinculan con limitaciones en planificación y gestión del proyecto.