El ahora exgerente financiero del Conavi, Carlos Solís Murillo, de 60 años, amenazó a uno de los gerentes de MECO, Abel González Carballo, para que recontratara a su “suegrito” o, de lo contrario, “todos los favores que él les hace en el Conavi se van a acabar”.
Así consta en el expediente Caso Cochinilla, donde se detalla la investigación que condujo la Fiscalía Anticorrupción, junto con agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), por posibles actos de corrupción entre empresas constructoras de obras viales y funcionarios, sobre todo, del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).
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A partir de las escuchas telefónicas –y sus respectivas transcripciones consignadas en el expediente 19-000025-1218 PE, la Fiscalía y el OIJ transcriben lo ocurrido luego de que el “suegrito” fuera cesado por MECO, al finalizarle el contrato.
En específico, según el expediente, Solís Murillo solicitó recontratar a un hombre de apellidos Brenes Valerín, de 64 años, quien vive en Limón y es el papá de una mujer de 28 años.
“Si no, no lo vuelvo a ayudar hijueputa a su alma, no le meto plata, no le meto ni verga, ah resoluciones, ni modificación, ni ninguna verga”, le advierte Solís a González.
La llamada se registró el 15 de abril del 2020, a la 1:46 p. m, entre los intervenidos Abel González Carballo, gerente general de MECO, y Carlos Solís Murillo. Esta es la transcripción de la llamada contenida en el expediente judicial.
Carlos Solís: Echaron a mi suegrito del brete.
Abel: Ya terminó, mae.
Carlos Solís: Terminó el contrato.
Abel: Sí, ya se le terminó todo; pobrecito, él es buena gente el señor.
Carlos Solís: Cuando puedan, le ayudan; otro bretecito.
Abel: Apenas pueda, lo vuelvo a meter, el señor es buena gente.
Carlos Solís: Si no, no lo vuelvo a ayudar, hijueputa, a su alma. No le meto plata, no le meto ni verga, ah, resoluciones, ni modificación, ni ninguna verga.
Abel: ¿Si no le meto el suegro a trabajar?
Carlos Solís: Si no me mete el suegro a trabajar, hijueputa; por lo menos, a esa zona, no vaya usted a pretender que le suba el presupuesto.
Abel: Ya lo vuelvo a meter, entonces, para que apruebe la modificación que estamos ofertando; ya, ya lo meto.
Carlos Solís: Si no se aprueba la modificación, pero es en serio, hijueputa, démele brete, menos con este covid. No ve que tiene que ayudar a la suegra.
Abel: Déjame ver, déjame ver.
Carlos Solís: Revisate eso, revisate eso.
Abel: ¿Cuándo lo quitaron mae?
Carlos Solís: María me dijo que hace como quince o un mes o una vara así.
Abel: ¿Porque no me había dicho nada usted?
Carlos Solís: No, a mí se me había olvidado huevón, sí.
Abel: Déjame ver…
Carlos Solís: No me deje al suegro, aunque le paguen lo mínimo, huevón.
Abel: No sabía, no sabía, déjame qué puedo hacer para ayudar al señor, el señor no es mala gente, déjame que puedo hacer(...).
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En la siguiente conversación, según el expediente, Abel González interviene “de forma irregular”, y se comunica con Alejandro Bolaños Salazar (otro de los gerentes de la empresa MECO) a quien le comenta que Io acababa de llamar Carlos Solís y que le reclamó por haber dejado sin trabajo al suegro (refiriéndose a Brenes Valerín).
Dicha llamada quedó registrada el 15 de abril del 2020 a las 3:05 p.m.
Abel: Huevón, este, ahora me dijo, mae, echaron al papá de María, puta mae…
Alejandro Bolaños: No.
Abel: Me está reclamando que echaron al viejillo del quebrador de Guápiles…
Alejandro Bolaños: ¿Ahí lo tenían?
Abel: Yo lo tenía ahí trabajando, mae, al viejillo y Io echaron y me dice ‘puta, mae, María, vea qué, mae’, reclamando que echaron al papá de María, mae.
Alejandro Bolaños: ¡Ay! Jueputa torta.
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Abel: Me dice, ‘mae vea a ver cómo lo mete huevón’. Así me dijo, mae.
Alejandro Bolaños: ¿Y qué Io tenían haciendo ahí?, ¿No era un peón?
Abel: Era albañil, el señor, mae. Voy a ver dónde lo acomodo, al viejillo ese, dice que ayer se fue con María y un despiche hizo.
“Tanto para Solís Murillo y González Carballo, como para Bolaños Salazar, es clara la necesidad de realizar esa contratación pues el primero tiene el dominio de cierto esquema relativo al pago y aseguramiento de fondos para el desarrollo de obra adjudicada a MECO, a proyectos que son de su interés y que podrían verse afectados por la determinación sancionatoria de Solís Murillo, quien, expresamente, condiciona sus favores al hecho de que Brenes Valerín tenga trabajo seguro en MECO. Esa situación, relacionada con el despido de Brenes Valerín, es entendida por los empresarios como ‘una torta’ que no significa otra cosa sino un problema” se lee en el informe policial.
Carlos Solís Murillo se pensionó recientemente y justo el 15 de junio, un día después de su detención, cumplió los 60 años.