El tramo de 50 kilómetros entre Cañas y Liberia, en la carretera Interamericana Norte, continúa con problemas que fueron alertados por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) desde 2019, entre los que destacan el desprendimiento de agregados y los agrietamientos lineales, según se consignó en un nuevo informe de evaluación de la ruta dado a conocer la mañana de este jueves.
Aunque según el estudio el tramo se encuentra en “buen estado” a nivel estructural, no es lo mismo a nivel funcional, en el cual está “regular”, lo que incide en los costos de operación de la carretera, tanto los directos por mantenimiento, como los indirectos por operación de flota vehicular, señaló Lanamme.
Además, los resultados obtenidos en los parámetros de regularidad superficial y escalonamiento de las juntas transversales se mantienen estables, pero con un leve deterioro en comparación a 2019.
“Se hace un llamado por el tránsito que circula en esta ruta, vehículos pesados que viajan a altas velocidades y que provocan cargas para las cuales no fue diseñada la carretera y que a su vez pueden provocar deterioros prematuros como agrietamientos en las losas y su eventual falla. Por esta razón, se recomienda realizar actividades periódicas de mantenimiento donde se le dé énfasis a la rehabilitación del componente funcional”, advirtió la entidad académica de investigación, adscrita a la Escuela de Ingeniería Civil de la UCR.
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El Laboratorio detalló que muchos de los sitios que ya habían sido señalados en el informe de 2019 aún presentan inconvenientes que deben ser atendidos oportunamente para evitar una posible falla en las losas.
Tal es el caso de grietas transversales y longitudinales, fracturas en las juntas de unión y reparaciones parciales en los extremos que exhiben agrietamientos severos. Aspectos que, en teoría, debían resolverse adecuadamente, pero que nunca se arreglaron por completo.
“Del análisis de la información obtenida con este equipo, el deterioro que más se observa en el tramo es el desprendimiento de agregados (que representa aproximadamente tres cuartas partes del total de deterioros identificados), seguido por agrietamientos lineales y de malla. En menor cantidad, se pueden identificar juntas y esquinas de losas fracturadas, así como grietas de esquina”, dice el informe.
Por último, Lanamme destaca que el tramo presenta una nota excelente en el parámetro PCI para ambos sentidos, pero que el sentido de ida (Cañas-Liberia) tiene una calificación inferior al otro, debido a la existencia de mayor cantidad de deterioros con nota severa en su recorrido.
Los análisis concluyen que la ruta requiere de mantenimiento para preservar su buena condición y que muchas de las recomendaciones dadas hace tres años aún son válidas:
- Realizar actividades que mejoren la superficie de ruedo como el cepillado o fresado de la superficie, ya que esto permitiría mejorar el agarre superficial. Valorar la posibilidad de aplicar límites de velocidad cambiantes según el estado del tiempo, para que en condiciones lluviosas este límite disminuya; y contar con controles más estrictos de las velocidades con las que circulan los distintos usuarios.
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- Establecer un sistema periódico de mantenimiento para la ruta que incluya la reparación y sellado de juntas y grietas de manera constante que ayudarían a evitar problemas de deterioro a mediano y largo plazo.
- Ubicar la totalidad de las losas con daños en forma de agrietamientos longitudinales, transversales y de esquina, esto para valorar la reparación a realizar.
- Dar mantenimiento periódico a la demarcación vial, reponiendo las captaluces, valorar la posibilidad de brindar una capa de sellado base en color negro para la demarcación horizontal.