La carretera entre Paquera y playa Naranjo, en la península de Nicoya, deberá estar concluida el 31 de enero, para cuando el proyecto de 21 kilómetros cumplirá 16 meses de atraso, es decir, 500 días.
Originalmente las mejoras viales en esa zona turística que comenzaron en abril de 2018 debían estar terminadas por la constructora Azvi en setiembre de 2019, pero complicaciones de diversa naturaleza sumaron demoras.
Tantos fueron los problemas que el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) llegó a otorgar seis prórrogas.
Luego de informes de auditoría del 2020 que llamaron la atención sobre los atrasos en temas expropiatorios y los problemas estructurales en algunos puntos de la obra, el MOPT anunció que la entrega sería en diciembre, con una quinta prórroga.
Sin embargo, la quinta no fue la vencida.
Los bloqueos de octubre en vías y las emergencias por efectos de dos huracanes Iota y Eta llevaron a la empresa a solicitar la compensación de días, y de ahí la sexta prórroga, explicó el viceministro de Infraestructura, Tomás Figueroa.
Los días adicionales que se le otorgaron a la constructor en los meses anteriores, entretanto, estaban asociados a la reubicación de servicios (postes, cableado y tuberías) y el impacto de las lluvias.
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Actualmente, el proyecto presenta un 93% de avance. Labores como la colocación de base y subbase ya fueron completadas al 100%, mientras se estima que el asfaltado termine en los próximos días.
Sin embargo, los aspectos reclamados por la empresa y admitidos en los informes del MOPT, apuntan a lentos procesos expropiatorios, aunque el viceministro afirmó que esa situación fue solventada con la entrada en posesión de los terrenos por la colaboración de los propietarios, que voluntariamente las entregaron sin haber finiquitado los procesos.
Incluso dijo, es probable que la obra sea recibida sin que se cuente con la totalidad de inmuebles inscritos a nombre del Estado.
El más reciente informe de la Auditoría indicaba que al 4 de noviembre, 132 (42%) de los predios habían sido inscritos a nombre del Estado y 184 (58%) trámites se encontraban en trámite.
Ese mismo documento llega a una conclusión fundamental que ratifica fallas de planificación en las obras viales en el país.
“294 días de los que fueron reconocidos como compensables (67% del total), corresponden a actividades que debieron ejecutarse o resolverse desde la etapa de planificación del proyecto, tales como la reubicación de servicios y las expropiaciones, esto evidencia debilidades en dicha etapa”, aseveró.
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En ese momento se habían otorgado 440 días compensables, por lo que con la nueva fecha de entrega el proyecto sumará 500 días de atraso.
La Nación hizo gestiones para conocer criterios de representantes de la constructora AZVI, pero el encargado se encontraba fuera del país. Se comprometieron a comunicarse con este medio.
El proyecto Paquera- playa Naranjo tiene un costo de $27 millones, que son financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como parte del Programa de Infraestructura del Transporte.
Las obras incluyen la construcción y el asfaltado de los 21 kilómetros de carretera, la estabilización de taludes y mejoras en el trazado, así como de la construcción de los tres puentes mayores.
Además debe contar con aceras, bahías de autobuses en las zonas urbanas, y la rehabilitación de los sistemas de drenaje y pasos de fauna.
Obras adicionales
El viceministro de Infraestructura confirmó que está por firmarse una adenda que rondaría los $4,5 millones para que la empresa realice las mejoras señaladas desde febrero pasado por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) y que no fueron contempladas en el desarrollo de la obra.
Se trata de un punto donde hay problemas de inundación cerca del puente sobre el río Gigante, en Paquera, así como cuatro alcantarillas en el último kilómetro de carretera que se encuentran ahogadas y requieren entubarse.
Además, se detectó que hay seis zonas de taludes con problemas de estabilidad y en una de ellas incluso ya se han dado deslizamientos.
De acuerdo con Figueroa, estos problemas no se contemplaron originalmente en el contrato porque no se tenían detectados. Por eso, dijo, no son atribuibles a fallas en la construcción.
En el caso de las inundaciones cerca del río Grande, las autoridades habían indicado que se trata de un problema que existía desde antes de la construcción, debido a la existencia de viviendas muy cerca de la costa y prácticamente al nivel del mar. Por esa razón, cuando hay marea alta, lluvias intensas y suelos saturados, el agua del río se devuelve con la marea.
Las mejoras en ese lugar buscarán que las aguas puedan evacuar mejor, mediante la construcción de canales revestidos y alcantarillas pluviales, para que las inundaciones afecten en menor grado a los vecinos.
La empresa tendrá plazo para completar estas obras adicionales hasta el 30 de abril.
Aunque no se atreve a asegurar que las nuevas fechas sean las definitivas, el viceministro confía en que así sea ya que los días que restan al proyecto se enmarcan dentro de la época seca, por lo que no deberían existir reclamos de ese tipo.
Figueroa dijo que de no cumplirse los plazos pactados, el MOPT podría presentar sanciones económicas por atrasos.