La empresa China Harbour Engineering Company (CHEC), la cual arrastra casi tres años de atraso en el proyecto de ampliación de la ruta a Limón y en enero recibió 400 días más de plazo para terminar la obra, sería la encargada de completar el tramo de carretera entre Barranca y Limonal, en la Interamericana Norte.
Ese trayecto de 50,2 km también enfrenta una importante demora pues se inició en 2020 y debía estar concluido en este mes de febrero. Los atrasos se dan por problemas de diseño, expropiaciones de terrenos y la poca capacidad de ejecución del contratista H Solís, que estaría dispuesto a ceder el contrato a la firma china.
Aunque según el ministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador Jiménez, al menos cinco empresas mostraron interés en asumir la obra, solo los representantes de CHEC participan en las reuniones con directivos de H Solís. En los encuentros también interviene el jerarca u otras autoridades del MOPT.
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De acuerdo con Amador, “en su momento” hubo participación de otras firmas como Andrade Gutiérrez, de Brasil; Power China, del gobierno chino; Holcim de Costa Rica y Tradeco, de México. No obstante, de las interesadas, solo CHEC acepta los términos del proyecto.
“Hubo cinco empresas que estuvieron participando. Sin embargo, pidieron requisitos y condiciones que el contrato no permite. Así las cosas, hasta el momento la única que se ha adecuado a las condiciones del contrato es CHEC”, afirmó Amador al ser consultado por La Nación.
Hasta ahora, el MOPT no ha detallado cuál es el porcentaje de avance de Limonal-Barranca. El último reporte se dio a conocer a mediados del año pasado, cuando se había ejecutado apenas el 7% tras casi dos años de haber recibido la orden de inicio.
La obra, cuyo contrato fue firmado por $182,5 millones, se inició en agosto del 2020 con un plazo de ejecución de 30 meses, dentro del cual se incluía no solo la ampliación en la Interamericana Norte, sino la intervención de la vía de ingreso a Puntarenas, en el sector conocido como La Angostura.
CHEC, por su parte, es responsable de la ampliación de 107 km de la carretera San José-Limón o ruta 32, obra que recibió orden de inicio en noviembre de 2017. Hasta el momento ha recibido cuatro prórrogas (la última a marzo del 2024), debido a múltiples complicaciones, unas relacionadas con expropiaciones que el Estado no ha llevado a cabo.
No obstante, desde el gobierno anterior, el MOPT se ha quejado de problemas de comunicación y ejecución. El 15 de diciembre también Amador hizo fuertes declaraciones contra la firma china.
“La estrategia con CHEC es zanahoria y garrote. Se le pide que haga un segmento, lo hizo bien, seguimos bien, le pagamos. ¿No hizo el segmento? Ay qué pena, va a tocar meter penalidades”, dijo.
Tales conflictos, no obstante, quedaron de lado en este proceso que se negocia en reuniones donde participan representantes de CHEC, de H Solís y del Ministerio.
El ministro defendió la intervención suya o del MOPT en los encuentros. Según él, se justifica por el hecho de que la Administración tiene supervisores y fiscalizadores en el sitio de trabajo para llevar conteos de cantidad y calidad de los materiales que se utilizan, así como la condición de las labores ejecutadas hasta ahora.
Por esa razón, agregó, ellos deben confirmar que los datos que el contratista actual (H Solís) suministre, coincidan con los registros de la institución, para que el interesado pueda tener claridad sobre cuánto falta para terminar el proyecto.
Días atrás, el jerarca del MOPT prácticamente había descartado la posibilidad de ceder el contrato e incluso adelantó que la opción sería sacar una nueva licitación, cuyo proceso tardaría alrededor de ocho meses.
No obstante, en respuestas enviadas a este diario el 14 de febrero, sostuvo que junto con el presidente Rodrigo Chaves, se tomó la decisión de esperar a que CHEC confirme su interés. Mientras tanto, dijo, se mantendrían abiertas las dos opciones.
De acuerdo con el jerarca, la estimación es que para la próxima semana se tendrá definida cuál será la solución para el proyecto.
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Modificaciones a la obra
Amador dijo que en caso de que se lleve a cabo la cesión del contrato, se harían modificaciones, aunque no especificó en cuánto se reduciría el alcance del proyecto.
“Es un reajuste del tipo de obra, sea en los intercambios, sea en la superficie de las marginales, sea en el último sector de la carretera que ingresaba hacia el sector de Barranca”, expresó.
Originalmente, el proyecto de ampliación Barranca-Limonal incluiría cinco intercambios en Cuatro Cruces, Monteverde, Judas de Chomes, Guacimal-Pozo Azul y La Irma. También la duplicación y rehabilitación de todos los puentes en el trayecto, la construcción de 16 pasos peatonales y pasos de fauna.
Otro asunto que se debe resolver es la devolución del anticipo de $30 millones que el Estado le exigió a H Solís al iniciar la obra, los cuales se irían rebajando conforme se presentaban facturas tras el cumplimiento de determinadas labores en la ejecución del proyecto. Eso lo tendrá que determinar H Solís con su eventual sucesor o con el MOPT, en caso del finiquito.
Según el ministro, en caso de que se dé la cesión, el consorcio debe trasladar ese dinero al nuevo contratista y si se da el finiquito lo deberá devolver al MOPT.
BID no ha dado visto bueno
A pesar de que el Gobierno estaría cerca de consolidar la cesión del contrato con la empresa china, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ente que financia ese proyecto, confirmó a La Nación que no ha recibido del Ministerio la solicitud de autorización para trasladar el proyecto a otra empresa.
Ese entidad financiera indicó, ante consultas de este diario, que el 7 de diciembre el MOPT informó de la intención del consorcio a cargo del proyecto de ceder el contrato, pero no se ha adjuntado la solicitud formal ni la documentación relativa a dicho caso.
“Como entidad financiera, el BID vela por el cumplimiento de sus políticas de adquisiciones para la contratación de servicios de consultoría y la adquisición de bienes y obras, bajo estándares internacionales. El Banco no participa directamente en las actividades de contratación y ejecución de las obras”, indicaron.
Amador confirmó que, hasta este momento, el BID no ha entrado a conocer ninguna solicitud de visto bueno.
Añadió que H Solis puede negociar con quien estime conveniente la cesión de cualquiera de sus contratos; después debería comunicar el resultado de tal negociación al Ministerio y luego al BID. “Pero todavía no hemos llegado a ese momento”, advirtió.
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