A dos meses de que se cumpla el plazo para entregar las primeras cuatro etapas de Circunvalación norte, los trabajos en las dos secciones pendientes de concluir se intensifican, mientras en el Gobierno niegan que haya una directriz de apurar las obras a fin de dejar este trayecto inaugurado antes del 8 de mayo.
Para que la promesa de dejar listo el recorrido entre La Uruca y la ruta 32 se cumpla al término de este mandato, aún deben completarse la intersección a tres niveles en La Uruca y el puente sobre la Quebrada Rivera. Ambas obras tienen avances del 90% según confirmó el encargado de la unidad ejecutora Carlos Jiménez a este diario.
De acuerdo con Jiménez, actualmente se avanza en labores como pavimentación en el nivel inferior, construcción de losas en el tercer nivel, colocación de vigas y barandas y está próximo a iniciarse en el asfaltado de la rotonda del nivel intermedio. El funcionario no se animó a garantizar que las dos secciones estén listas según el cronograma vigente, aunque a la fecha ese es el plazo oficial para finalizar el proyecto que está a cargo del consorcio La Estrella- H Solís.
Por su parte, el ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez Mata, insistió en que lo que ocurra se basará en una decisión técnica y no política y negó que se haya ordenado movilizar maquinaria de otras obras para agilizar los trabajos en Circunvalación. Esto debido a que mientras en las últimas semanas se hizo notorio el incremento en el ritmo de trabajo de Circunvalación, la otra gran obra encargada a ese consorcio (intercambios Taras- La Lima), registra movimientos mínimos en su avance.
“Son contratos que se manejan inclusive con distintas gestorías, el de Taras-La Lima es con base a un crédito con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la de Circunvalación es la unidad ejecutora del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), con la supervisión de UNOPS”, añadió el jerarca.
De acuerdo con el ministro, lo que ha sucedido es que algunas de las labores en Circunvalación se vieron afectadas meses atrás por especificaciones en la tubería que se tenía que instalar y tampoco se habían empezado a colocar vigas porque faltaban piezas de soporte que se retrasaron producto de la crisis de contenedores. Solucionados ambos inconvenientes, las obras se reanudaron por completo e incluso se trabaja las 24 horas del día, dijo el jerarca.
“Habíamos hecho una valoración que parecía que era factible (habilitar las cuatro secciones antes de mayo) si la Administración lo puede hacer se hará. Se supone que el proyecto debería estar terminado para abril, pero podría haber prórrogas”, dijo el ministro.
Las cuatro secciones que se pondrán en servicio comprenden la intersección a tres niveles en La Uruca (unidad funcional I); la unidad funcional II la conforman el puente sobre la Quebrada Rivera y la radial León XIII-Colima. Esta última fue una de las primeras obras en completarse.
Además, la tercer sección corresponde al viaducto que va desde Colima de Tibás hasta el intercambio de la ruta 32 (donde se ubicaba el precario Triángulo de Solidaridad). Dicho paso elevado, de 2,25 kilómetros de longitud, también se completó desde finales del año pasado.
La obra que se pondría en servicio finaliza con un intercambio a tres niveles sobre la ruta 32, que en un futuro se unirá a la quinta etapa que actualmente se encuentra en construcción, pues había quedado fuera del contrato original por falta de recursos.
Ese tramo de 1,5 kilómetros inicia en la ruta 32 e incluye un paso elevado de 600 metros con calles marginales a nivel y un túnel de 900 metros, que desemboca en Calle Blancos, donde se construirá una intersección a dos niveles, que en su parte inferior dará continuidad a la Circunvalación y en el nivel superior tendrá una rotonda que permitirá movimientos hacia los cuatro puntos cardinales.
En total, el proyecto de Circunvalación norte tiene un costo de $223 millones y es financiado mediante un crédito con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Las obras, cuya orden de inicio se dio desde setiembre del 2017, están a cargo del consorcio H Solís-La Estrella y arrastran más de 1.000 días de atraso.