El Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) espera tener adjudicada para inicios del 2022 la reparación mayor en el puente sobre el río Tempisque, en la ruta entre Limonal y Nicoya en Guanacaste, el cual requiere una intervención que rondaría los $2 millones.
De acuerdo con la directora del Conavi, Hannia Rosales, actualmente están convocando a la comisión de adjudicación del llamado puente de La Amistad, para dejar en firme el proyecto que se realizará por medio de una contratación directa concursada. A pesar de los problemas presupuestarios que enfrenta ese consejo, la directora afirmó que los recursos para dicho arreglo están asegurados.
Una vez que se concrete la etapa de adjudicación, la empresa que resulte seleccionada tendrá un período de unos seis meses para el diagnóstico y diseño de la reparación y nueve meses para ejecutar las labores de reconstrucción que requiere el puente donado por el Gobierno de Taiwán hace casi dos décadas.
El cartel para estos arreglos fue publicado desde inicios de marzo y la estimación inicial era que la obra se adjudicara en junio, para comenzar la fase constructiva en enero del próximo año; sin embargo, todo el proceso de contratación arrastra más de seis meses de atrasos, por lo que se estima que la etapa crucial –en la que incluso será necesario cerrar el puente por al menos tres meses–, llegaría en el segundo semestre del 2022.
Rosales dijo que el momento exacto en el que se realizará el cierre se definirá una vez que la empresa resulte adjudicada y se avance en las reuniones de planificación, de modo que se procurará evitar una mayor afectación a las actividades turísticas y agrícolas que predominan en esa región guanacasteca.
Inicialmente el Conavi tenía la intención de realizar una contratación directa sin concurso para encargar los trabajos a la empresa Estrumet Metalmecánica S. A., pero ese mecanismo fue rechazado por la Contraloría General de la República, por lo que se decidió hacer una licitación abreviada pero abierta a múltiples ofertas.
Los trabajos que requiere el puente incluyen la sustitución de los sistemas de amortiguamiento y las juntas de expansión, sobre las cuales se indicó desde el 2019, luego de una visita del diseñador del puente, que una de esas piezas que unen el puente atirantado con la estructura de concreto rígida estaba “muerta”, por lo que se advirtió de que en caso de un sismo el puente corría un alto riesgo.
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Esto porque la función de esa pieza es permitir que el puente se mueva en caso de un sismo sin pegar con las estructuras adyacentes. Precisamente, esa es una de las razones que explica por qué las aceras tienen fracturas, ya que durante el terremoto de Sámara, en el 2012, la estructura “quiso moverse y chocó con las aceras”.
El otro punto urgente de intervenir son los apoyos que soportan la superestructura, que es la parte por donde transitan los vehículos.
Además, el Lanamme había recomendado en varios informes brindar mantenimiento al sistema de protección de pintura y la necesidad de reparar daños por agrietamiento y desprendimiento del concreto en las aceras y bordillos de las juntas, así como otros daños en la superficie de rodamiento asfáltica, y arreglos en sistemas de iluminación.
Dentro del nuevo cartel se incluyeron sistemas de iluminación autosustentables para reducir el mantenimiento, los cuales se colocarán de forma que se resguarden del vandalismo.
El puente de La Amistad no ha recibido mantenimiento desde que se inauguró en abril de 2003. El costo de la estructura, de 780 metros, fue de ¢10.140 millones.