
Diversificar la oferta de concesión, más allá de las obras de infraestructura vial, es una de las prioridades del nuevo secretario técnico del Consejo Nacional de Concesiones, José Manuel Sáenz, quien asumió ese departamento del MOPT el 12 de julio anterior.
Según dijo el ingeniero civil a La Nación, para esto encargarán por primera vez un portafolio de potenciales proyectos, cuya viabilidad se evalúe previamente y que servirá a modo de oferta para atraer futuros inversionistas.
Para Sáenz ante la situación que enfrenta el país, las posibilidades de financiamiento que se van a tener de aquí en adelante, serán cada vez menos, por lo que la concesión y las alianzas público privadas son la única posibilidad para salir adelante mientras mejora el problema fiscal.
–¿Cuál ha sido en estos primeros meses el reto o tema que ha identificado al que hay que entrarle primero en el CNC?
–Hay que entrarle primero a un montón de cosas. Encontré una institución que ha venido muy a menos.
–¿Incluso en esta administración, en la que se ha venido hablando de levantar la función de este Consejo?
–Encontré cosas positivas como que a través del Banco Interamericano de Desarrollo, se hizo la contratación de algunos consultores que han venido ayudando, pero a nivel de la organización de la institución si la encontré muy debilitada.
“Un poco el fenómeno que se da con todas las instituciones con un aparato administrativo muy grande y la parte que uno dice sustantiva, operativa muy débil, pequeña; y eso es muy preocupante porque lo administrativo es de soporte y aquí de lo que se trata es de identificar, estudiar, desarrollar y contratar proyectos de concesión y esa parte es la que está muy débil”.
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–¿Eso quiere decir que en este año que llevamos de este Gobierno, no se había logrado avanzar en esa búsqueda, a pesar de que se dieron las iniciativas de Meco para la carretera a Cartago y Hernán Solís para la 32?
–En esa área no, esas son iniciativas que entran por intereses de privados.
–Cuando dice que esa parte estaba quedada, ¿entonces qué era lo que se debía hacer?
–En el caso de MECO y también de Hernán Solís, son iniciativas que tienen más de nueve meses de estar en la institución, uno debería poder resolver la iniciativa privada en un lapso de máximo unos tres meses.
“Si hay un reglamento al respecto y cumple con ese detalle, después hay una parte que se les envía a las instituciones que van a estar más afectadas, cualquiera que sea el proyecto, y entonces uno espera ver qué dicen esas instituciones. Ahí ha habido mucho atraso en que contesten, pero también no hay proactividad de ir a decir: ‘Si usted no contesta, damos por bueno’ ”.
“Después, a veces se traban mucho las cosas por la dificultad que se tiene para analizar ciertos aspectos donde usted no tiene el expertise; la gente con la preparación suficiente para identificar aspectos técnicos muy particulares de lo que están proponiendo. Aquí no podemos tener expertos en todo, pero debo tener la posibilidad de contratar en algún lado a alguien que diga: ‘Vea a ver lo que me está proponiendo este privado, a ver si cumple los requisitos o requiere más cosas’; ahí es donde tengo que trabajar en la capacidad de contratar muy rápido esas consultorías muy específicas”.
–¿Eso es lo que, a su criterio, impedía que el Consejo camine como debe ser?
–Eso venía frenando que este Consejo caminara como debía caminar en esta administración, correcto. Usted tiene dos iniciativas privadas importantes y el departamento que ve eso son solo dos personas, ninguno de los dos ingenieros, y al no tener ellos alguien de quien echar mano acá, tienen que recurrir a alguien más de otra sección. Ese tipo de cosas atrasa.
“Lo que estoy haciendo es viendo cómo logramos reforzar la parte sustantiva de la institución. Cómo, sacando alguien de la parte administrativa, donde considero que me sobra un poco, y pidiéndole casi que al presidente de la República que me ayude a meter cuatro plazas. Tampoco quiero una institución grande, esto debe ser una institución pequeña pero ágil”.
–El año pasado el presidente anunció que se iban a destinar ₡5.000 millones para fortalecer este Consejo, ¿esos recursos ya se están aprovechando?
–Esos recursos no han llegado. Los recursos que están en fila para reforzar el Consejo tienen que ver con un nuevo préstamo que se está tramitando ante el BID, el cual tiene un componente de cerca de $2 millones para apuntalar el CNC en el área de estudios.
“Después, el otro recurso que todavía no se materializa es el de la Ley 9710, que se publicó en setiembre y establece un 2% del impuesto al ruedo para reforzar el área de desarrollo del CNC, en la parte de estudio del proyecto. Eso no se materializa porque hasta que en el Presupuesto Nacional se contemple sacar ese 2% que se le quita al Conavi para pasarlo al CNC, no lo puedo presupuestar, pero seguramente el año entrante hacemos un extraordinario para contar esos recursos”.
¿A parte de las dos iniciativas para la vía a Cartago y San José-Pococí, ¿alguna otra empresa se ha acercado a presentar propuesta para un proyecto esperado?
–Hay dos iniciativas que estaban en estudio. Una es la del famoso canal seco, pero esa está en estudio, y la otra es la terminal de trasbordo en el Caribe, que está en la segunda etapa de estudios de factibilidad, pero no han podido comenzar a hacerlos.
“El del canal seco se había rechazado y lo volvieron a presentar trayendo información adicional. La terminal de transferencia ya es un proyecto que está viejito aquí. Estamos valorando qué es lo que vamos a hacer, porque no han iniciado, por diferentes circunstancias el estudio, pero ya ellos tenían la luz verde para pasar a esa etapa”.
–¿Usted se va a hacer cargo de la negociación de la ruta 27 o va a seguir a cargo don André Garnier (ministro de coordinación con el sector privado)?
No. Eso le corresponde al CNC. Don André ha sido medular en la parte de negociación, ha logrado destrabar el proceso y hacer que el concesionario vuelva a tener confianza de que el Gobierno quiere salir adelante, pero a nosotros nos corresponde seguir con el contrato; la parte de definir el proyecto técnicamente, eso no está.
–¿Cuál va a ser la labor del CNC para atraer empresas que se interesen en proponer proyectos de inversión?
–Eso es una de las cosas que encontré en este Consejo que me parece básica. Si algo tenemos que trabajar y lo estoy proyectando para el año entrante, es establecer un portafolio de proyectos concesionables. Pretendo contratarlo a una empresa que reúna expertos de diferentes disciplinas para que hagan un proceso de consulta con las diferentes instituciones y también ellos de su propio ojo visor y experiencia, y logren hacer un listado de 20 proyectos concesionables, grandes y pequeños, unos de carreteras, otros de hospitales, con municipalidades e instituciones…
“La idea es empezar a darle al CNC un sentido de concesión, no solo infraestructura vial. Para que esto funcione, tenemos que ir consiguiendo proyectos de concesión de diferente índole”.
–¿Ya han valorado también empezar a aprovechar el mecanismo de optimización de activos?
–Vender activos que ya están funcionando reduce el riesgo del que está invirtiendo, y entonces compra el activo y, por el costo de mantenimiento, cobra un peaje, y con eso podemos tener financiamiento para otro proyecto.
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–¿Pero ya hay algún proyecto que se esté valorando para esa modalidad? Se habló en un momento de Cañas-Liberia, por ejemplo?
–Es que Cañas Liberia es un poco obvio, porque es un proyecto de reciente construcción, pero puede haber otro. Parte de este estudio que pienso contratar, en uno de los capítulos por atender, va a ser buscar la posibilidad de algunos de esos activos.