En los últimos 15 años, el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) pagó ¢3.040 millones por los diseños de 32 carreteras que nunca se construyeron.
Esa es una de las múltiples deficiencias detectadas por una auditoría de la Contraloría General de la República (CGR) en la entidad creada en 1998 para dinamizar la construcción y el mejoramiento de carreteras del país, dado que en ese entonces el MOPT no daba la talla.
Los 32 proyectos viales nunca hechos en los que el Conavi gastó ¢3.040 millones representan el 65% de una muestra de 49 contratos analizados por el Área de Fiscalización de Infraestructura de la CGR. De esos 32 planes, 25 nunca han sido considerados entre las metas constructivas del Consejo.
Entre las obras que permanecen engavetadas, están la nueva radial a Desamparados, la ampliación Tibás-cruce de Pirro, Heredia, y la vía de Paso Real- San Vito- Ciudad Neily.
El ente contralor halló que de los 49 proyectos revisados, ninguno se basó en estudios de preinversión pese a que la Ley de Contratación Administrativa fija esto como un requisito antes de iniciar un contrato.
Además, la Contraloría señaló que el Consejo inicia vías sin tener claro cuántas fincas necesita expropiar y sin coordinar la reubicación de servicios públicos con otras instituciones.
El informe añade que de cinco proyectos de construcción y mejoramiento de carreteras finiquitados entre el 2010 y 2014, cuatro presentan un “bajo nivel de eficiencia global” en su gestión.
Se trata de Monterrey- San Antonio de León Cortés, La Teresa-Ticabán, Tilarán-Líbano y Los Ángeles -San Miguel de Santo Domingo. En estos casos, las carreteras demoraron 2,7 veces el tiempo establecido inicialmente y costaron 1,14 veces más que el monto original estimado.
Entre otros 14 proyectos examinados se descubrió que el 36% (5) tenía, a la hora de publicar su licitación, sus diseños desactualizados hasta en 7,6 años.
También se critica la ausencia de pruebas para verificar la calidad de materiales utilizados en las calles pese a que el Conavi adquirió equipos para pruebas. De cinco construcciones inspeccionadas, solo en una se efectuaron todos los ensayos de calidad.
La conclusión de la Contraloría es contundente.
“La gestión de Conavi en los proyectos de construcción y mejoramiento de carreteras de la Red Vial Nacional presenta falencias en términos de la eficiencia y economía que se traducen en la postergación de la puesta en servicio de las vías en condiciones más apropiadas para los usuarios, menoscabo de recursos financieros, y mayores erogaciones para concluir las obras, así como riesgo en la garantía de la calidad de los trabajos ejecutados”.
La Nación intentó hablar con Mauricio Salom, director del Conavi, pero su asistente dijo que se encontraba ocupado.
La oficina de comunicación del Consejo se limitó a señalar: “La institución es consciente de que existen deficiencias que la actual administración está tratando de corregir”. El Conavi tiene 346 empleados y su planilla cuesta ¢357 millones mensuales.
Sin sorpresas. Randall Murillo, director ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC) dijo que “esto viene a confirmar lo que ya todos sabemos; no nos sorprende ni es nada nuevo. Lo hemos dicho varias veces: hay una increíble incapacidad de gestión; definitivamente es una institución colapsada”.
Luis Guillermo Loría, del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales, afirmó: “Tenemos años diciendo que hay problemas de calidad en los proyectos, atrasos, y que muchos proyectos que se hacen sin diseños adecuados, ese tipo de cosas están en nuestros informes y coincidimos con la Contraloría”. Colaboraron las periodistas Patricia Recio y Vanessa Loaiza