Una plataforma de financiamiento internacional eligió a Costa Rica entre 41 aspirantes para acceder a unos 25 millones de euros (alrededor de $28 millones) en fondos no reembolsables para impulsar soluciones a base de hidrógeno verde y así disminuir el uso de combustibles fósiles que agravan la crisis climática.
El llamado hidrógeno verde hace referencia a la obtención de hidrógeno al dividir moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno mediante electrólisis, siempre y cuando ese proceso sea con electricidad de fuente renovable. En foros políticos mundiales, se prevé que el hidrógeno verde podría servir como transición energética en sectores donde es difícil que la electricidad sustituya el uso de hidrocarburos, como es el caso de algunos procesos industriales, camiones de carga pesada y transporte marítimo y aéreo.
El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), con apoyo de la Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ) y miembros de la Alianza por el Hidrógeno, presentaron una propuesta a nivel país a la llamada NAMA Facility durante la cumbre del clima COP26, celebrada en octubre, en Glasgow (Escocia). Esta semana, esa organización confirmó que el país avanzará hacia la siguiente etapa que consiste en presentar un proyecto a cambio del financiamiento.
Rolando Castro Córdoba, viceministro de Energía, confirmó que con el visto bueno de NAMA Facility ahora disponen de un año para consolidar el proyecto en términos de metas, actividades y el esquema de financiamiento correspondiente.
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“Ahora debemos avanzar en cuáles serán las aplicaciones del hidrógeno verde en Costa Rica. El sector de transporte pesado y algunas actividades industriales podrían ser parte del proyecto. Ahora disponemos de un año para detallar en cuáles áreas de la economía se puede utilizar mejor, cuánto ayudaría a sustituir en estas el uso de carburantes y cómo las implementaremos”, explicó Castro.
Una oportunidad
Para el funcionario, la presentación del proyecto y los fondos radica en que acelerarían algunas ideas para proyectos ya en discusión, en momentos en que el financiamiento público y privado es menos abundante debido a la contención del gasto público o limitaciones financieras impuestas debido al impacto de la pandemia en la economía.
Según los parámetros de la propia NAMA Facility, la asesoría que recibiría el país y los fondos persiguen crear condiciones habilitantes para producir y utilizar hidrógeno verde. Incluye, por ejemplo, identificar modelos de negocio y desarrollarlos para su despliegue en distintos sectores a base de proyectos piloto. Los fondos incluso servirían como incentivos específicos para instalaciones donde se produzca el hidrógeno y para sus compradores.
La NAMA Facility es un programa internacional de fondos ambientales creado en el 2012 por los gobiernos de Alemania y el Reino Unido, a los cuales se han sumado Dinamarca, la Unión Europea y la Children’s Investment Fund Foundation.
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En octubre, el Banco Mundial divulgó su último informe semestral regional para el 2021 en el cual indicó que la producción y exportación de hidrógeno verde podría impulsar el repunte de la economía de América Latina y el Caribe después del impacto financiero por la pandemia.
Según el Banco, a los países latinoamericanos y caribeños la pandemia sumó otra “década perdida” en términos de expansión económica luego de la crisis de la deuda en la década de 1980. Por esto, indicó el informe, “alimentar un futuro energético sostenible” es una de las prioridades para recobrar el crecimiento.