Autoridades de Gobierno alertaron este miércoles que Costa Rica padece serios problemas de contaminación en sus cuerpos de aguas y cauces de ríos debido a aguas residuales y residuos sólidos vertidos en ellos.
“Costa Rica ha invertido en materia ambiental y somos nación de referencia en esa materia pero la calidad de las aguas en nuestros ríos y el deterioro de estos cauces por contaminación es bastante alto”, señaló Yamileth Astorga, jerarca del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
Algunos de los ríos más sucios, por contaminaciones elevadas, son los cauces metropolitanos del Tiribí, María Aguilar y Torres; entre otros.
La recuperación de esos cuerpos de agua, aseguró Astorga, requiere inversiones en infraestructura por un costo estimado de $6.222 millones hasta el año 2045. La mayoría de esos fondos, aclaró Astorga, sería mediante créditos.
Por ahora, en todo Costa Rica, las viviendas conectadas al sistema de alcantarillado sanitario suman 331.000 a enero de este año.
Esa cantidad de casas equivale a 21,5% de viviendas en Costa Rica, las cuales suman 1.540.000 según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) al julio del 2018.
De esa población conectada, solo 37% (unas 123.000 casas) reciben tratamiento en una planta. El 63% (208.000) adicional tienen alcantarillado sanitario pero sin tratamiento.
De ellas, el 76% depositan sus aguas jabonosas y fecales en un tanque séptico con manejo de lodos, lo cual, admitieron las autoridades, también tiene diversos problemas.
Astorga señaló que los tanques sépticos y drenajes tiene deficiencias en diseño, construcción y mantenimiento.
“Cada casa, comercio o sitio que se construye incluye un diseño correcto del tanque séptico pero, en la realidad, o no se construyó el tanque o no se conectaron las aguas al tanque. Eso nos lanza esas aguas a los ríos metropolitanos donde tenemos un contaminación extrema”, aseguró Astorga.
Este tipo de carencias afectan directamente zonas turísticas costeras a donde desembocan las aguas contaminadas de esos cauces metropolitanos. Eso eleva el riesgo allí de contagio de enfermedades por transmisión hídrica.
“No tener sistemas adecuados de manejo de aguas residuales crea problemas de salud básicos como malos olores. Esto puede conducir a deterioros de la salud mental; incluso depresión o, en casos peores, proliferación de plagas como roedores que potencialmente pueden causar brotes de enfermedades”, señaló Daniel Salas Peraza, ministro de Salud.
Las declaraciones de las autoridades concuerdan con los más recientes índices internacionales y contrastan con la imagen de país verde que también ostenta Costa Rica.
La posición del país en el Índice Ambiental de la Universidad de Yale pasó del quinto puesto en el 2011 al 54 para el 2013; específicamente por su aún escasa cobertura de saneamiento de aguas residuales.
“Nos vendemos como un país verde, pero en materia de aguas residuales y calidad de nuestros ríos no hemos sido consecuentes”, refirió Astorga.
Conferencia regional
El diagnóstico nacional llega casi un mes antes de la celebración de la V Conferencia Latinoamericana de Saneamiento (Latinosan 2019) prevista entre el 1.° y 3 de abril próximos en el Centro de Convenciones de Costa Rica.
El foro que convoca a 1.200 participantes procura promover el acceso universal a servicios de saneamiento de calidad y que sean sostenibles.
Realizado cada tres años, el foro reúne autoridades nacionales de Latinoamérica y Caribe que analizan cambios sociales, económicos, ambientales y políticos.
El programa aborda temas de urbanización y ruralidad, planificación de desarrollo sostenible y prestación de servicios de acceso universal a agua potable y saneamiento en comunidades vulnerables y zonas indígenas.