“Categoría 2 significa que incumple las normas de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI)".
Desde el lunes, la Administración Federal de Aviación Civil (FAA) de Estados Unidos degradó a Costa Rica a esa categoría en una lista mundial de 96 naciones en la cual aparece con esa nota junto a cuatro países: Tailandia, Bangladés, Ghana y Curacao.
Los restantes 91 países, entre ellos, Nicaragua, Venezuela y Nigeria, tienen categoría 1, de “sí cumple”.
El por qué de la decisión se sustenta en al menos cuatro “deficiencias” de supervisión de la Dirección de Aviación Civil (DGAC) de Costa Rica, explicó un comunicado de la FAA.
Detalló que categoría 2 indica que “la autoridad de aviación civil es deficiente en una o más áreas, como experiencia técnica, entrenamiento de personal, mantenimiento de registros o procedimientos de inspección”.
De seguido, explica por qué antes el país estaba en categoría 1: desde “1996 a Costa Rica se le asignó una calificación inicial de categoría 1, lo que significa que la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) cumplió con las normas de la OACI para la supervisión de la seguridad de la aviación”.
¿Qué implica la decisión? Al entrar en categoría 2, las aerolíneas que operan vuelos con código costarricense, como Avianca o Volaris, no podrán aumentar su número de viajes a Estados Unidos ni tampoco variar las rutas que ya tienen hacia ese país.
Esta medida no afecta en nada la operación de compañías estadounidenses como Delta, United, American, Spirit y JetBlue, o de otros países, que si lo desearan pueden hasta ampliar operaciones.
El golpe, más que todo, es a la imagen de la seguridad aérea de Costa Rica al aparecer entre los cinco países que incumplen normas de la OACI, una agencia de la Organización de las Naciones Unidas responsable de regular la aeronáutica mundial.
El director de Aviación Civil, Guillermo Hoppe, descartó ayer que Estados Unidos haya rebajado la calificación por el accidente ocurrido el 13 de diciembre del 2017, cuando 10 turistas estadounidenses y dos pilotos costarricenses, murieron al desplomarse un Cessna Grand Caravan, de Nature Air, en Corozalito de Nandayure.
Sin embargo, Jorge Fernández Chacón, exdirector de Aviación Civil (2007-2013), cree lo contrario.
“Para mí ese accidente fue el detonante de esto. Lamentablemente a la empresa que le ocurrió le habían quitado los aviones porque no podía pagarlos. Aviación Civil incluso les suspendió la licencia de operar pero luego se la autorizaron de nuevo”, señaló Fernández en alusión a decisiones que se dieron en la gestión del director Enio Cubillo Araya, durante el gobierno de Luis Guillermo Solís.
De hecho, el 2017 fue trágico para Nature Air pues el 5 de setiembre de 2017 otro vuelo de esa empresa con un avión alquilado terminó en tragedia al despegar del aeropuerto de Pavas. Murieron una costarricense y otro estadounidense.
¿Qué sigue ahora? El presidente Carlos Alvarado giró órdenes para que el país se ajuste a las normas de seguridad aérea de la OACI.
“Estamos en toda la necesidad de resolver eso y esa ha sido la instrucción al ministro (de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez Mata)”, dijo.
Tanto Méndez como Hoppe dieron una conferencia de prensa en la cual admitieron debilidades, pero aseguraron que se arrastran de los gobiernos de Laura Chinchilla y Solís.
“Es complejo poder corregir deficiencias de los últimos 9 a 10 años en cuestión de unos meses”, dijo Hoppe, quien asumió el cargo hace un año.
Informó de que una de las recomendaciones de la FAA es el nombramiento de más inspectores para que supervisen las operaciones de aeronaves y la aeronavegabilidad.
Además, reconoció que también hay debilidades en la capacitación de los inspectores aéreos, lo cual, dijo, esperan subsanar con ayuda técnica de la misma FAA.
Méndez Mata, por su parte, indicó que la FAA se queja de la lentitud de Costa Rica para atender las normas de supervisión aérea que exige la OACI. "Ellos han reclamado lentitud en el procedimiento de atención oportuna de normas”, señaló.
Explicó que esa lentitud apunta a atraso en normativa relacionada con las licencias que se otorgan al personal aeronáutico.
“El tema principal que salió es el atraso en implementar enmiendas que salen del seno de OACI, a nivel macro es lo que mencionaba el ministro, por años no se le dio el debido seguimiento a esas enmiendas”, añadió Hoppe.
Ahora, “la idea es implementarlas nosotros para que los operadores las apliquen, se trata de cumplimientos muy específicos que deben hacer los operadores (empresas aéreas)”, dijo.
Según él, la degradación de la FAA los tomó por sorpresa el lunes cuando recibieron una comunicación de la Embajada de los Estados Unidos. Agregó que, hasta febrero, Aviación Civil había aportado pruebas a esa entidad de las mejoras implementadas.
El detalle del informe de la FAA, añadió, hasta ahora no lo conocen.
“No vamos a tapar el sol con un dedo. Había oportunidades de mejora importantes en la institución y ahora nos concentramos en implementar los cambios”, aseguró el director.
Los cambios para volver a la calificación 1 se harán “en el plazo más corto e inclusive hemos recibido de la FAA un ofrecimiento para que ellos nos ayuden con asistencia técnica”, declaró el ministro.
Asalto a la imagen
¿Afectará esta decisión al turismo? Méndez Mata cree que no. “Entendamos que esto no tiene afectación para el turismo que nos visita, tiene un único efecto con las empresas aéreas costarricenses que con licencia de Costa Rica hacen vuelos a EE.UU”, afirmó.
Sin embargo, Shirley Calvo Jiménez, directora de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), no ocultó su sorpresa y preocupación por la rebaja en la categoría.
“Jamás tuvimos alerta de nuestras autoridades al respecto, para de alguna manera contribuir con ellas para evitar esta mala calificación. Que esto pasara es motivo de profunda inquietud”, señaló.
Para Calvo, hay un daño pues supone un impacto a la imagen del país como destino turístico, porque la calificación anterior estuvo vigente por 20 años.
“La imagen nacional ante el mundo se ha dañado, la seguridad jurídica ahora se ve comprometida y todo esto nos deja al mismo nivel de países menos desarrollados en turismo que nosotros sin esta afectación, que tomará tiempo reparar al margen de las medidas correctivas de las autoridades”, enfatizó.
De hecho, cuando se dio la caída del avión de Nature Air, el 31 de diciembre del 2017, la noticia caló en todo Estados Unidos con las historias de los pasajeros.
En ese momento, James Hall, exjefe de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (National Transportation Safety Board, NTSB por sus siglas en inglés), declaró en Fox News que su recomendación a todo estadounidense que quisiera viajar en vuelos locales costarricenses es: “No lo hagas”.
“Estos vuelos turísticos privados no tienen el tipo de supervisión y regulación que tenemos en los Estados Unidos”, dijo.
(*) Colaboró con esta información la periodista Patricia Recio.