En octubre del 2010, un tramo del kilómetro 47 de la carretera a Caldera, entre Escobal y Concepción de Atenas, cedió y provocó un hundimiento que obligó a cerrar la ruta durante 18 días.
Para remediar el problema, Autopistas del Sol, concesionario de la vía en ese entonces, instaló dos puentes bailey para rehabilitar el paso. Las estructuras provisionales permanecieron meses en el sitio hasta que estuvo listo el arreglo permanente.
Una situación similar se podría repetir en el kilómetro 44, entre Atenas y Orotina. Allí, una gran grieta atraviesa la carretera y gana terreno cada día.
El pasado 1.° de diciembre, el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) envió un oficio al Consejo Nacional de Concesiones (CNC) y al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) para alertar sobre la gravedad del asunto.
“Resultan evidentes las deformaciones y los asentamientos diferenciales que están teniendo lugar en el sitio (km 44) . Las grietas tienen patrones de entrada y de salida en el pavimento muy bien definidos”, expresó Lanamme en el escrito enviado al CNC y al MOPT.
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El daño es tan visible que hay varios desniveles sobre la calzada, grietas de varios centímetros a ambos lados del camino y las barreras de protección están deformadas.
Arreglos se quedan cortos
Para maquillar el defecto, Globalvia, concesionario actual de la ruta 27, coloca asfalto para nivelar la superficie. Sin embargo, esa medida parece insuficiente.
"Estos trabajos son de carácter paliativo y no correctivo, es decir, no atienden las causas reales del problema que se está presentando en el lugar. Además, su efecto dura pocas semanas o incluso pocos días, las grietas y los asentamientos vuelven a reflejarse en el pavimento y nuevamente deben ser objeto de intervención, lo que afecta el nivel de servicio de la carretera", sentenció Lanamme en otra nota enviada el 23 de octubre a Germán Valverde, ministro del MOPT.
El mismo criterio tiene Julio Torres, profesor de geología de la Universidad Estatal a Distancia (UNED).
"Nivelar la carretera colocando asfalto es una acción inadecuada, eso es una solución de corto plazo para no cerrar la carretera. Pero en invierno, cuando los niveles de agua sean más altos y esa agua lubrique el terreno, va aumentar el problema", dijo Torres.
"El problema no se soluciona colocando mezcla asfáltica, que es lo que el concesionario ha venido haciendo. Cada vez que eso se hunde le ponen mezcla asfáltica y recuperan un poco la superficie, pero se vuelve a hundir", comentó Roy Barrantes, ingeniero del Lanamme.
La carretera, de 77 kilómetros, entre San José y Caldera, en Puntarenas, es la principal vía de acceso al Pacífico. La obra fue estrenada en el 2010 con un costo de $301 millones, luego se aprobaron trabajos adicionales por $35 millones.
Durante el 2016, el tránsito promedio diario en el puesto de peaje de Escazú –el más importante de la carretera– fue de 116.000 vehículos.
En busca de la causa
En la actualidad, Lanamme realiza estudios profundos para precisar la causa del deslizamiento, pese a que esa tarea es responsabilidad de Globalvia.
El Lanamme recomendó al CNC solicitarle a Globalvia hacer estudios geológicos y geotécnicos detallados para determinar las causas, corregir la deformación de las barreras de protección e implementar una solución "a la mayor brevedad".
Por medio de un correo electrónico, el CNC indicó que "han requerido la atención inmediata del problema, la realización de los estudios pertinentes y la presentación de soluciones constructivas".
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No obstante, el Consejo no indicó cuándo podrían estar listas las soluciones.
La Nación envió varias consultas a Globalvia sobre este tema, pero al cierre de esta información no había respondido.
Sismo agrava problema
En el oficio remitido al MOPT y al CNC el 1.° de diciembre, el Lanamme indicó que el sismo de 6,9 grados ocurrido el pasado 12 de noviembre desestabilizó aún más el terreno en el kilómetro 44.
Fotografías aportadas por el Lanamme muestran que las grietas en ese lugar aumentaron luego del temblor.
"El sismo del 12 de noviembre es uno más en la lista de eventos y condiciones que afectan la inestabilidad del terreno. Dicha inestabilidad se ha venido registrando, monitoreando y reportando oportunamente a la Administración desde hace mucho tiempo", señaló el Lanamme en el documento.
Los primeros reportes del Lanamme sobre el kilómetro 44 se dieron en el 2014. Sin embargo, existen informes técnicos de otras entidades o consultoras desde el 2011.
En 2012, Insuma S.A., consultor contratado por el concesionario, recomendó varias obras para estabilizar los taludes. Sin embargo, esas acciones no han sido suficientes.
Roy Barrantes, ingeniero de Lanamme: ‘Atención del deslizamiento debe ser inmediata’
Especialista manifestó temor de que ocurra un hundimiento y sostuvo que poner mezcla asfáltica para nivelar vía no es la solución
– El Lanamme hizo una inspección luego del sismo ocurrido en noviembre y menciona eso en un informe enviado al Consejo Nacional de Concesiones ¿Qué hallaron en esa inspección?
– Para aclarar, esto (inspeccionar) nosotros lo hacemos todo el tiempo porque tenemos un mandato de ley de evaluar esa carretera, aparte de que tenemos evaluaciones programadas. También hacemos inspecciones después de eventos que nosotros llamamos disparadores como tormentas o sismos.
“Eso lo hacemos porque este es un proyecto en concesión y lo que a uno le preocupa es que la responsabilidad del concesionario está establecida en el contrato de concesión y hay que tener claro qué es lo que provoca los deterioros (...) Lo que vimos es que aunque se haya dado un sismo, el problema que está presentando la carretera (en el kilómetro 44) no se puede asociar a ese sismo. Esa situación se suma al problema, pero no es la causa del problema”.
– ¿Desde hace cuánto monitorean el deslizamiento del kilómetro 44?
– No te puedo decir exactamente la fecha, pero es desde hace varios años. Se detectó, primero, algo pequeñito en el 2014, pero esto ha venido en aumento y a nosotros nos preocupa que se dé un hundimiento.
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– ¿Han podido determinar la causa del deslizamiento?
– Esa parte aún está en estudio. Sabemos que hay un problema y es un problema que no se soluciona colocando mezcla asfáltica.
– ¿Esa parte de la carretera se está moviendo?
– Sí, eso se está moviendo. Sabemos que el concesionario lo está atendiendo porque ellos están, prácticamente, todo el tiempo ahí porque eso se mueve mucho.
– ¿Cuáles pueden ser las consecuencias si no se plantean soluciones a tiempo?
– Este proyecto tiene un responsable (Globalvia), no es como cualquier otra carretera que pasa un hundimiento y no se sabe quién lo va arreglar. Ahí hay un responsable y la atención debe ser inmediata para garantizar la seguridad y el flujo de vehículos.
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– ¿Desde hace cuánto hay desplazamiento del terreno?
– Precisar eso con exactitud es muy difícil; desde el 2014 hemos detectado problemas. El punto clave es que ese problema existe y está activo. Tanto es así que ahí (kilómetro 44) tienen estacionado al contratista poniendo mezcla asfáltica todo el tiempo.