Mientras la temporada lluviosa se intensifica en el país, las rutas nacionales se llenan cada vez más de huecos y maleza, ante la falta de contratos de conservación.
El jerarca de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador Jiménez, reconoció la situación crítica de las calles, pero también admitió que no puede “tapar todos los huecos del país en un año” ni hay recursos para hacerlo.
¿Cuál es la solución? Amador aseguró que por ahora apostarán a los contratos de tope máximo por ¢150 millones que se comenzaron a ejecutar a principio de año mediante contrataciones directas y que se enfocan únicamente en tareas de chapea, bacheo y atención de emergencias.
Además, la Junta Directiva del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) aprobó recientemente la instauración de una mesa de diálogo con los principales contratistas que aún tenían líneas de conservación vigentes con monto y plazo.
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“No tiene sentido que no estén trabajando por disputas a nivel de ajustes de precios y cosas similares; vamos a sentarnos y discutir y ver cómo nos comprometemos las dos partes, para que lo que sea pago de facturas que ya hayan ejecutado, moverlo. Lo que sea reajuste no nos va a paralizar la obra, porque los que quieren reajustes los mandamos a arbitraje o que se sienten a discutir en alguna comisión, lo que quiero es que se reactive”, apuntó.
El ministro también mantiene su fe puesta en la rehabilitación de las plantas de asfalto que había mandado a cerrar el anterior jerarca, Rodolfo Méndez Mata.
“En paralelo, estamos trabajando en contratos para reconstrucción, mantenimiento y conservación para que estén listos el próximo año, para que no pase lo que hoy. Mandé a pedir que fueran estándar, por niveles de servicio y desempeño con medidas de calidad que permitan tener indicadores para controlar lo que me están entregando”, explicó.
Ese mecanismo implica que a las constructoras se les paga un monto previamente acordado, siempre que mantenga las condiciones de la ruta que le corresponde atender en ciertos niveles fijados en el cartel y no como se hacía hasta ahora, que se pagaba por cantidades, es decir, según la mezcla que colocaban o la cantidad de chapia que hacían sin importar en qué estado se mantenía la ruta.
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Mal manejo de pavimento
El jerarca achacó el mal estado de las rutas nacionales a la mala gestión de los pavimentos que se ha venido haciendo, así como al ya conocido abandono de la red vial que se agravó tras el escándalo por supuesta corrupción conocido como Caso Cochinilla, conocido en junio de 2021.
“Tenemos dos años sin contratos de conservación, después de los casos de corrupción hubo una parálisis, no había nada con lo que se pudiera atender la red vial y antes de eso veníamos con dos décadas de un mal sistema donde no se planifica como se debe hacer la atención”,
Amador también reconoció el ajustado presupuesto con el que deberán hacer frente a la apremiante situación de las vías.
“Vamos a empezar a trabajar, ya cuando se tiene un hueco es porque ese pavimento falló, el hueco es el producto de que no se hizo nada a tiempo, significa ‘aquí se olvidaron de esto’. Si usted, antes de que llegue al hueco, hace algo, el hueco no aparece. Los huecos significan que fallamos. Vamos a empezar a recuperar, pero tenemos recursos limitados y no puedo tapar todos los huecos del país en un año”, dijo.
Ese panorama, agregó, los obligará a priorizar la atención en las rutas de mayor flujo y por las que los vehículos circulan a mayor velocidad.
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“Es una situación complicada porque estamos en medio invierno y el nivel de deterioro es muy rápido cuando se está en invierno y no se hicieron las cosas bien porque, por las grietas, se mete el agua y erosiona y se hacen los huecos”, explicó.
De acuerdo con las últimas evaluaciones del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), el 26% de las rutas nacionales (unos 1.380 km de los 5.300 km que componen la red pavimentada) están en condición frágil, lo que significa que estos tramos sufrirán un empeoramiento con las lluvias y conforme pasen el tiempo sin que se hagan reparaciones.
Lanamme también advirtió del mal mantenimiento en las vías construidas en concreto, como Cañas-Liberia y la radial a Alajuela. Según señaló el Laboratorio, estas carreteras quedaron en abandonado pese a su costo.
La situación pone en riesgo inversiones importantes.