Tras un año en el abandono, las carreteras nacionales tendrán en los próximos meses un mantenimiento reducido, básicamente, a tapar huecos, pues el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) dice tener recursos solo para 50 contrataciones directas para bacheo, chapia, y en caso de una emergencia, remover derrumbes y limpiar vías.
Esa atención “cosmética” conducirá a un deterioro acelerado de las rutas en el corto plazo, situación que se agravaría a partir de abril y mayo con la llegada de la época lluviosa, pronostican los especialistas del Laboratorio de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), de la Universidad de Costa Rica.
Hannia Rosales, directora del Conavi, explicó a La Nación que debido a la reducción de presupuesto para conservación vial, luego del escándalo de corrupción en el llamado Caso Cochinilla, destapado en junio, el número de contratos de mantenimiento disminuyó.
Inicialmente, dijo, tenían previsto publicar 100 “minicontratos” que se adjudicarían de manera directa por períodos de seis meses. Mediante esos convenios, además de la chapia y el bacheo, se incluirían otras labores esenciales como demarcación, atención de puentes y manejo de aguas. No obstante, señaló, en vez de 100 serán 50 los contratos para las 15 zonas en las que se divide el país.
Según Rosales, el recorte no implicará que se dejen zonas sin atender, porque lo que se redujo fueron las actividades. En total, se tiene previsto destinar a estas labores ¢7.500 millones, cuando antes, en un año normal, se destinaban cerca de ¢155.000 millones.
Con el dinero previsto para este año, los trabajos que hará el Conavi serán “cosméticos” y apenas paleativos, declaró el coordinador de la Unidad de Gestión y Evaluación de la Red Vial Nacional del Lanamme, Roy Barrantes.
Advirtió que la última evaluación detectó que el 26% de las rutas nacionales (unos 1.380 km de los 5.300 km que componen la red pavimentada) están en condición frágil, por lo cual, estos tramos sufrirán un empeoramiento con las lluvias y conforme pasen más meses sin reparaciones.
“Ante esta situación, son esos 1.380 km los que van a empezar a mostrar deterioros acelerados en el corto plazo. Vamos a empezar a ver esos deterioros en todo el país, pero, sobre todo en la Gran Área Metropolitana, es donde vamos a empezar a ver deterioros de forma más rápida, porque hay mayor densidad de carreteras y mayor densidad vehicular. Apenas venga el agua vamos a empezar a ver esta red vial sufrir grandemente”, pronosticó Barrantes.
Uno de los factores más preocupantes, de acuerdo con el ingeniero, es que esos deterioros acelerados harán más difícil llevar el estado de las carreteras al nivel óptimo. La estimación del Lanamme es que volver a la condición existente antes del 2021 requerirá una inversión de unos ¢235.000 millones “y no va a ser inmediato”.
Bacheo en espera
De los 50 “minicontratos”, ya se adjudicó la mitad. Algunos están activos o con orden de inicio, principalmente los relacionados con chapia y limpieza del derecho de vía. Sin embargo, los nuevos contratos de bacheo tendrán que esperar más.
“Lo que es bacheo es otra página, es un poco más complicado porque está sujeto a que se reciban los contratos anteriores, en algunas regiones ha habido alguna situación que ha atrasado y no se puede sacar una licitación nueva hasta que la anterior se reciba”, explicó la directora del Conavi.
La intención de esa entidad es que al término de la actual administración, el 8 de mayo, se hayan publicado y adjudicado los 50 carteles previstos.
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Hannia Rosales reconoció que el proceso ha tomado mucho tiempo, pero, aseguró que se debe al “análisis minucioso” que han realizado para asegurarse que los adjudicados cumplan con los términos de referencia, por ejemplo, que sean empresas de las zonas.
“No es un proceso machotero. Hemos hecho un trabajo de ir analizando paso a paso, además se está imponiendo una cláusula financiera, un análisis que antes no se hacía en contrataciones directas y pese a que eso ha implicado una demora, ha valido la pena”, dijo la jerarca.
Esta revisión cuidadosa se da luego del escándalo por supuesta corrupción con obras viales del llamado Caso Cochinilla que puso a Conavi en la mira, lo mismo que a grandes empresas constructoras como MECO y H Solís, que eran las ganadoras usuales de los contratos del Estado.
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Riesgos para conductores
La crítica situación presupuestaria implicará, para los conductores, un riesgo, alertó el ingeniero Roy Barrantes, de la Unidad de Gestión y Evaluación de la Red Vial Nacional del Lanamme. Dijo que si no se atienden la demarcación y señalización, las pinturas y otros elementos retroreflexivos, comenzarán a sufrir daños muy pronto, lo que convierte las carreteras en un mayor peligro.
Pero, adelantó, que hay más repercusiones. Los propietarios verán mayor deterioro en sus vehículos, un aumento en el gasto de combustible y también invertirán más tiempo en llegar a sus destinos. “Hay un montón de efectos negativos, eso le sale carísimo al país. Nosotros estimamos que en un 25% de la red vial vamos a empezar a ver esos efectos negativos de forma acelerada”, apuntó.
Asimismo, desatender el manejo de aguas superficiales y a nivel de subsuelo resultará en un riesgo de inundaciones y colapsos con la llegada de la época lluviosa debido a socavaciones o acumulación de basura.
Adicionalmente, se calcula que un 8% de las vías requieren ser rehabilitadas o reconstruidas, debido al nivel de daño que tienen. La directora del Conavi dijo que se tienen identificadas estas zonas, pero no se cuenta con el presupuesto.
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Rosales insistió en que la situación actual los deja con un presupuesto mínimo para imprevistos, que incluso han tenido que atenderse en pleno verano, tal como ocurre en este momento con el puente sobre Quebrada Honda en Puriscal.
Contratos para bacheo de carreteras
FUENTE: CONAVI || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.