Hace siete años, el país firmó los primeros contratos con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, (Unops, por sus siglas en inglés), con la idea de acelerar y abaratar costos de grandes obras de infraestructura.
Para UNOPS, este ciclo fue “exitoso”, a pesar de que los objetivos principales de su participación en la construcción de obra pública no se cumplieron, pues proyectos que debían tomar menos de tres años se extendieron más de cinco, lo que ocasionó un incremento en costos.
Alejandro Rossi, director de la agencia en Costa Rica, atribuye los atrasos al proceso de licitación.
Esta es parte de una conversación de ‘La Nación’ con el representante.
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–La agencia fue llamada para agilizar procesos constructivos, pero al final la mayoría de obras encargadas no resultaron tan ágiles como se planeaba.
– Los términos de la ecuación de UNOPS eran, primero, la elaboración de los diseños; la elaboración del cartel y todo el proceso de adjudicación; el tercero tiene que ver con la ejecución de la obra y el cuarto término tiene que ver con el período de garantía.
“Cuando el Gobierno de Costa Rica, por el 2014, bajo la administración de doña Laura Chinchilla, decide ver la opción de UNOPS como una solución, lo hace mirando estos cuatro términos. Ahora estamos llegando a la finalización de muchos de esos términos y podemos sacar conclusiones muy interesantes.
“La primera conclusión es que de los cuatro términos, tres de ellos han funcionado muy bien ¿Dónde estuvo el gran problema? En el proceso de licitación, o sea que de los cuatro términos, hay uno en el proceso que nos encontramos con circunstancias imprevistas.
“La circunstancia imprevista fue la necesidad de articular un proceso híbrido formado por normas de derecho interno y normas de la UNOPS. En la práctica eso originó que los procesos de licitación en lugar de tener tres meses, como estaba previsto, llegaran a durar hasta 10 meses.
“Con la recursividad a nivel de la Contraloría (General de la República) y, por supuesto, la recursividad no es la demora de la Contraloría, tiene que ver con la cantidad de reclamos y objeciones que fueron presentadas, que no ocurrió en obras de agua y saneamiento, sino en el sector vial y, tiene que ver, según nosotros, con un cambiar las reglas de juego, mayor transparencia para ofertar y luego tener un contrato mucho más rígido, que no permita hacer reclamos por parte de las empresas”.
–¿Qué ganó el país y por qué debería seguir usando el mecanismo de UNOPS?
–Un primer logro fue volver a la vida a proyectos que estaban demorados a lo largo de muchos años, un segundo componente, es lograr ejecutarlos.
“Fue adecuada la decisión de traer una agencia especializada en gerenciamiento de proyectos para asegurar que las obras tuvieran lugar. El 100% de las obras que se solicitaron a UNOPS pasaron por este ciclo y estuvieron en condiciones de ser ejecutadas y, el tercer elemento, fue salir del enfoque tradicional de ver la obra como un contrato y pasar a gestionarla como un proceso que tiene que ver con aspectos constructivos.
“Además, dejar capacidad instalada de cómo gestionar adecuadamente los proyectos. UNOPS ha trabajado codo a codo con las unidades ejecutoras.
“Para evaluar si UNOPS le sirve al país es importante mirarlo en términos de resultados y los resultados están a la vista”.
–El país está por entrar en una nueva fase de proyectos enfocados a mecanismos como alianzas público privadas (apps) y concesiones ¿Creen que su participación en la ejecución de infraestructura vial finaliza?
-Lo que estamos logrando es llegar al final de un ciclo que fueron aquellas obras que se definieron por el 2015 y esas obras que todos quisieran que se ejecutaran rápidamente, pero cinco años después estamos teniendo esas obras finalizadas.
“¿Qué viene? En diciembre del año pasado firmamos un acuerdo con el Gobierno de Japón y también con la Caja Costarricense de Seguro Social para implementar una donación de equipamiento de salud, de manera que es un proyecto que está comenzando.
“Por otro lado, estamos a la mitad de camino de un proyecto importante para dotar a Puerto Viejo (Limón) de una planta de tratamiento de aguas de tecnología única en el país; también estamos con un acuerdo para proveer servicios de infraestructura básica en La Carpio.
“Nos enfocamos en personas que tienen dificultades para acceder al agua y saneamiento, tener calles con niveles de seguridad mínimo, iluminación, seguridad, estamos esperando que ese proyecto en breve pueda comenzar.
“Y tenemos fases de ejecución con el Centro Nacional de la Música para la construcción de escuelas”.
–¿Pero a nivel de infraestructura vial, ya la agencia no colaboraría con el país?
–Hay una nueva generación de proyectos que incluyen los del sector vial y también de agua y saneamiento, y los que tienen que ver con vivienda social y sector salud. Es un portafolio de nuevos proyectos que tiene su tiempo de maduración.
“En lo que tiene que ver con infraestructura vial, todavía tenemos pendiente la puesta en marcha de la radial Lindora, que es un proyecto avanzado, pero que todavía tiene que resolver algunos desafíos presupuestarios y, también la rehabilitación del puente Virilla (Saprissa) actual.
“Además, ya hemos leído varios informes en materia de la deuda que tiene Costa Rica sobre rehabilitación de puentes. Es un tema bien complejo que ha coincidido con la experticia que ha mostrado UNOPS en Costa Rica, esperamos que en estos frentes haya todavía la posibilidad de seguir cooperando y, por supuesto, en el sector de agua y tratamiento, que tiene la necesidad de acelerar el nivel de ejecución de proyectos con financiamiento que existen en el país, y lo que tiene que ver con el nuevo modelo a nivel Gobierno, que es trabajar más en las concesiones y apps , ahí UNOPS ha realizado en varios países de la región muchas contribuciones a la planificación y asistencia técnica.
“Dependerá del grado de maduración que imprima Costa Rica a esta nueva iniciativa”.
–¿Entonces si evalúan participar en esta nueva fase de proyectos viales viales con esos mecanismos?
–Desde el lado de UNOPS, nuestra vocación es la de continuar trabajando en Costa Rica en el sector de transporte, la razón para eso es capitalizar la lección aprendida en estos años de trabajo intenso.
“Se ha logrado un aprendizaje muy importante en varios sentidos, comprender las condiciones de funcionamiento del mercado, las condiciones de funcionamiento de la Contraloría y el sistema normativo y las oportunidades que hay de seguir apoyando a los equipos internos de la Administración.
“Más bien que cerrar el capitulo de la colaboración, nosotros creemos que hay una oportunidad de capitalizar ese conocimiento adquirido y ponerlo al servicio, la decisión de tomarlo o no le corresponde a la Administración”.
–¿En relación al plan para intervenir los puentes ya hay una intención o un acercamiento con el Gobierno?
–Hay un trabajo conjunto para evaluar las oportunidades, para entender las condiciones de los estudios previos que es el punto de partida y evaluar dónde están las mayores prioridades, entender dónde se requiere apoyo y donde podemos poner al servicio del país parte de la capacidad instalada.
–¿Cuál es el panorama en el caso de la radial Lindora, que es uno de los proyectos pendientes que tienen?
–Sabemos que Costa Rica, al igual que la mayor parte de los países de la región, enfrenta momentos de gran dificultad económica y financiera, se trata de evaluar cuál es la mejor inversión en términos de recursos públicos.
“Con respecto a estas dos obras (puente Saprissa y Lindora) sabemos que desde el MOPT se está trabajando seriamente para poder ponerlas en marcha este año. No estamos en condiciones ni de asegurar fechas ni de asegurar resultados que exceden a UNOPS, si esto se convierte en dos proyectos activos, UNOPS estará muy feliz de acompañar al Gobierno”.
–¿Qué ocurrirá en la eventualidad de que no se lograra poner en marcha Lindora que ya está incluso adjudicada?
–Si llegado a un momento razonable no se cuentan con los recursos necesarios habrá que dar de baja esos proyectos y dejar los diseños a disposición de la Administración para que los evalúe a futuro.
“El mayor de los desafíos que tiene el Ministerio de Obras Públicas y Transportes es que ahí donde se han invertido recursos para desarrollar proyectos, tratar de hacer lo posible para que se cierre el ciclo de obra”.