Dos meses después de que el ministro de Obras Públicas, Luis Amador, y el director del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), Mauricio Batalla, dieran la orden de inicio para los trabajos de rehabilitación del puente sobre el río Virilla en la ruta 32, las obras en el sitio no han comenzado.
La demora se da por que la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS, por sus siglas en inglés), que funge como administradora en este proyecto, no ha firmado la adenda que se requiere al contrato con el consorcio Virilla 32 (Meco-Puentes y Calzadas), que será el encargado de esta obra.
Martín Arévalo, representante de UNOPS en el país, aseguró ante las consultas de este diario que la adenda se encuentra “lista para la firma” y se formalizará en los próximos días.
Desde finales de febrero, luego de que se conociera que el Gobierno giró la orden de inicio sin que se hubiera firmado el respectivo contrato, el director del Conavi aseguró que la Administración contrató con UNOPS, e insistió de que los trabajos en el sitio se habían enfocado en la preparación y limpieza de los terrenos.
Esto a pesar de que cuando se giró la orden de inicio, el mismo Batalla había anunciado que las obras que implicarían afectaciones en el tránsito se comenzarían a ejecutar desde el 14 de febrero, pero eso no ocurrió.
El pasado 7 de marzo, Batalla aseguró que se estaba cerca de firmar la adenda y que la parte legal ya estaba resuelta y nuevamente insistió que las obras ya habían comenzado en fases de “estudio y análisis”, al tiempo que sostuvo que esto también correspondía a “obra en campo”.
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En esa ocasión el director del Conavi dijo que UNOPS debería cumplir en tiempo, costo y calidad.
El pasado miércoles, nuevamente se enviaron consultas a Batalla a razón del atraso en los trabajos, pero no se tuvo respuesta. Este viernes, un equipo de La Nación constató que en el sitio no hay maquinaria, ni ningún tipo de movimiento o personal realizando labores previas.
Respuesta de UNOPS
Por su parte, el representante de UNOPS, al ser consultado por los motivos del atraso, afirmó que el proceso de revisión y autorización a nivel interno ya finalizó y añadió que el trámite incluyó un análisis “minucioso” de parte del equipo legal de esa oficina, directamente desde la sede en Copenhague.
Arévalo no brindó una fecha exacta para el inicio de las obras, pues reconoció que esta dependerá de la firma de la adenda, pero su estimación es que los trabajos comenzarían la última semana de abril. Es decir, tres meses después de que el MOPT diera la orden de inicio.
Según manifestó, tanto el Conavi como UNOPS y el consorcio a cargo se comprometieron a compensar los desfases en el cronograma debido al atraso en la firma de la adenda.
Originalmente el plazo de construcción de esta obra es de 12 meses desde que se dio la orden de inicio.
La intención de ejecutar la rehabilitación mediante una adenda con UNOPS y con el mismo consorcio que construyó el puente nuevo, obedecía según el Conavi a la intención de agilizar procesos y aprovechar obras realizadas en sitio como accesos en la parte inferior de las estructuras.
Sin embargo, el plan había quedado en suspenso desde el 2020, cuando se inauguró el nuevo paso, debido a las investigaciones por el Caso Cochinilla, ya que uno de los contratistas (MECO) figura entre los principales investigados en esa causa.
Por la estructura sobre el río Virilla pasan a diario cerca de 25.000 automotores. Una gran parte corresponde a vehículos pesados que transportan carga a los puertos limonenses.
El puente del Saprissa fue construido en 1986 y desde su habilitación ha sufrido daños y deterioro de elementos estructurales, además es necesario el reforzamiento para que cumpla con la normativa sísmica actual.
Los trabajos de rehabilitación incluyen el reforzamiento y ampliación del tablero, con lo que se agregará un carril, es decir ambos puentes tendrán tres carriles cada uno.
Además, será necesaria la demolición y reposición de las vigas prefabricadas y losas de concreto, así como un refuerzo de todas las pilas, bastiones y sus cimientos. Se sustituirán los apoyos, juntas y se instalarán topes sísmicos y se construirá un sistema de drenaje. El costo de la reparación es de $18,6 millones, financiados por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).