De las 53 intersecciones del tren metropolitano que cuentan con agujas, ninguna es tan “salada” como la que se encuentra cerca de la empresa Macopa, en Calle Blancos, Goicoechea.
En lo que va del presente año, los conductores han derribado las barreras de ese cruce en 55 ocasiones y en otras 17 oportunidades llegaron a quebrar el dispositivo.
Los 72 incidentes registrados en ese punto duplican los 35 ocurridos en el segundo cruce con más incidentes, localizado por la Universidad Latina, en San Pedro de Montes de Oca. Allí, solo una aguja resultó quebrada.
A menos de dos kilómetros se encuentra la tercera intersección del ranquin. Las barreras ubicadas frente a Taco Bell, también en San Pedro, han sufrido 34 incidentes (29 derribos y cinco quebraduras).
Las autoridades desconocen las causas específicas por las cuales algunos cruces registran más accidentes que otros.
Carlos Rivas, asesor legal del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi), consideró que la alta incidencia obedece al alto flujo vehicular que hay en estas rutas y a la ansiedad de los conductores por evadir los dispositivos.
Durante una visita realizada por La Nación al cruce de Taco Bell, el viernes 8 de noviembre, a las 9:15 a. m., se observó al conductor de un pick-up que quedó por debajo de la aguja, siguió adelante y la derribó.
El chofer permaneció detenido unos segundos y luego emprendió la fuga. No obstante, la persona no será multada al no haber sido observada por un oficial de Tránsito.
Rivas explicó que este cruce es, precisamente, uno de los puntos en donde se planea instalar cámaras de vigilancia a partir del próximo año, con la intención de multar a choferes infractores.
Cerca de 20 minutos después de dicho incidente, dos empleados de la empresa Fapcom CR (de origen español), encargada de la reparación de los dispositivos de seguridad, se presentaron en motocicleta a revisar y atornillar el dispositivo.
El arreglo fue rápido y el aparato funcionó con normalidad al pasar el siguiente tren, 30 minutos después. Cuando la aguja se quiebra el proceso de reemplazo demora más, explicó el empleado de las cuadrillas de averías, Pablo Valverde.
“Si la aguja se quiebra se pasa otro reporte más largo. Hay que traer la aguja desde Belén (Heredia), hay que mandar otra cuadrilla, de los que andan en carro. Es un proceso que puede tardar hasta dos horas”, relató.