Golfito, Puntarenas. Una cinta amarilla a la entrada anuncia el cierre de Golfito Marina Village, una millonaria inversión privada que construyó un atracadero lujoso para yates, con el que se pretendía atraer turistas extranjeros a los cantones del sur y dinamizar la inversión en la zona.
En menos de 48 meses, la hermosa obra pasó de ser una esperanza para la golpeada economía de Golfito a convertirse en un proyecto fallido cuyo futuro ahora es incierto.
El bar restaurante, el gimnasio, la cafetería, el negocio de pesca deportiva y otros cinco locales comerciales dirigidos a personas con altos ingresos, también cerraron sus puertas en junio.
El cierre de todo el complejo turístico de lujo dejó a unos 40 vecinos sin empleo. Hoy, solo queda el guarda que vigila la infraestructura que empieza a deteriorarse por el abandono, así como otro negocio de renta de automóviles que parece tener poca clientela ante la falta de turistas.
Cuenta el alcalde de Golfito, Elberth Barrantes, que el grupo de inversionistas extranjeros que concentra la mayoría de las acciones del complejo turístico, abandonó el país y perdió el interés en el proyecto.
“A final del año pasado, perdieron el interés y se fueron. Uno de los inversionistas gringos tenía casi dos años supervisando el proyecto, pero a final de año se fue a Estados Unidos y sencillamente no regresó.
"Eso hizo que hubiera un impase en el proyecto y quedara en manos del administrador local. Posteriormente, se conoce del tema con más detalle. Se nos dijo que ellos perdieron el interés en el proyecto y que se buscara otro socio”, manifestó Barrantes.
La obra abandonada por los inversionistas estadounidenses tiene 50 puestos de atraque para yates de diferente calado, 13 espacios para almacenamiento de navíos en seco, un faro de seguridad, un muelle de combustible y la elegante área comercial, además del estacionamiento para vehículos.
Las etapas siguientes prometían un desarrollo aún más fantasioso, pues se pretendía duplicar los atracaderos, construir un hotel de lujo de la mano con alguna cadena cinco estrellas y hasta un restaurante flotante.
La inversión total era de $50 millones. Con eso se generaría unos 400 empleos directos más, que a su vez impactaría a hoteles, restaurantes y comercios vecinos de los cantones del sur.
Para el empresario turístico nacional, Donald McGuiness, una de las razones que propició el cierre de la Marina de Golfito es la falta de afluencia de visitantes internacionales.
“Una inversión de estas se hace pensando en turistas extranjeros que se vengan a retirar acá, porque los yates valen miles de dólares. El problema es que Golfito está lejos de todo, no hay un aeropuerto internacional cercano que le permita al turista llegar en menos de media hora a aquí, por lo que se inclinan por otros destinos incluso con más desarrollo hotelero”, comentó McGuiness, quien ofrece tours de pesca deportiva en la zona sur del país.
Carlos Fernández, director ejecutivo de la Marina de Golfito, nos dijo que recibió instrucciones de no dar declaraciones, por lo que no fue posible conocer directamente las razones que mediaron para el abandono de la inversión.
La salida de los norteamericanos dejó al Banco Nacional como uno de los acreedores del inmueble, junto a un grupo inversionista nacional minoritario y a la Municipalidad de Golfito, que concesionó áreas de dominio público para el desarrollo de la Marina.
En la inauguración de la etapa inicial del proyecto en abril de 2017, el Gobierno había anunciado que el desarrollo fue posible gracias al financiamiento del 70% por parte del Banco Nacional.
“Este tipo de información está cubierta por el secreto bancario, por lo cual el Banco Nacional no puede referirse al respecto”, señaló la Dirección de Relaciones Institucionales de la entidad ante consultas de La Nación, que pretendían conocer si había atrasos en el pago de las cuotas o si se había iniciado un remate del complejo turístico.
Faro de luz
En medio de la desesperanza por el abandono del hermoso complejo turístico, todavía hay fe de que no quede en esa condición para siempre.
Existe la posibilidad de que un nuevo grupo de inversores asuma la Marina y retome las operaciones. Según el alcalde de Golfito, esto podría ocurrir muy pronto.
“Somos los más preocupados por el cierre de operaciones y hemos coordinado con el Banco Nacional para buscarle alguna salida. Se hacen esfuerzos y van muy encaminados para que un un grupo nacional de inversionistas retome la Marina”, afirmó Barrantes.
El gobernante local manifestó que el acuerdo podría cerrarse en los siguientes 90 días, para que la Marina de Golfito reabra sus puertas al público a finales de este año.
Sobre el tema, el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) manifestó tener “información limitada”, pero confirmó que se está negociando para no dejar el proyecto en el olvido.
“Sabemos que los inversionistas dejaron el país y giraron los poderes necesarios para que se ceda la concesión a otro grupo interesado”, aseguró Óscar Villalobos, director ejecutivo de la Comisión Interinstitucional de Marinas y Atracaderos Turísticos (CIMAT).