Los estudios hidrológicos e hidráulicos realizados para las obras de drenaje del proyecto de ampliación Barranca-Limonal carecen de la certeza requerida para la revisión y diseño de tales trabajos, advirtió este miércoles el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica (LanammeUCR).
Las obras de drenaje se vinculan con la capacidad que tendría este tramo de carretera de la Interamericana Norte de prevenir inundaciones sobre la superficie de rodamiento vehicular, en caso de fuertes aguaceros o eventual desbordamiento de ríos.
Según el estudio realizado por la Unidad de Auditoría Técnica del Laboratorio, considerando esos escenarios de alta precipitación, los análisis podrían no ser representativos para determinar aspectos como el diseño hidráulico de obras del drenaje transversal y longitudinal en ese tramo. El problema, señaló, resulta tanto de la información base utilizada en los estudios como de las propias metodologías empleadas.
“Los resultados de los modelos hidráulicos de las obras de drenaje mayor presentan una alta incertidumbre en algunos ríos debido a la información base utilizada y al modelo hidráulico seleccionado”, dice el análisis de LanammeUCR.
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Además, la auditoría advierte de que estaciones meteorológicas cercanas a este tramo en ampliación no fueron consideradas en los estudios hidrológicos. Del mismo modo, el Laboratorio detectó que no se tomaron en cuenta procedimientos recomendados para evaluar la estabilidad del río Seco y eliminar un problema de erosión evidenciado en el puente sobre ese mismo cauce.
El LanammeUCR solicitó a las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) revisar estas observaciones y sugirió utilizar los registros de precipitación más recientes, de mayor extensión y más representativos de las áreas de estudio para estos trabajos de drenaje y ajustar los modelos hidráulicos utilizados en sus análisis cuando, por ejemplo, el flujo de agua en planicies de inundación sobre la vía es considerable.
De igual manera, se identificó información faltante y “oportunidades de mejora” en el diseño hidráulico de las obras de drenaje menor del proyecto vial, cuyas obras deberían concluir en el primer semestre del próximo año.
El viceministro de Infraestructura, Tomás Figueroa Malavassi, quien además dirige la Unidad Ejecutora de esta obra, indicó ante los señalamientos que está en camino la contratación de un especialista que revisará y analizará la capacidad hidráulica con la que se elaboraron los diseños originales. Aseguró que “en unas semanas” se tendría un análisis completo de todo el tramo, una vez se realicen los levantamientos de campo, análisis de resultados y generación de informes.
La idea, agregó, es que se haga una revisión de las capacidades hidráulicas de las estructuras de los puentes, incluidos nuevos levantamientos topográficos y la aplicación de modelos hidráulicos apropiados.
La Angostura
En el caso de la ampliación de La Angostura, que es la vía de entrada a Puntarenas, el informe de Lanamme señaló que los escenarios propuestos para el análisis y el diseño hidráulico de las obras de drenaje menor se consideraron razonables. Según el Laboratorio, en este caso sí se consideró la variación del nivel de agua por las mareas y el posible aumento de nivel del mar debido al cambio climático, como parte de las condiciones hidráulicas de funcionamiento de los drenajes.
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Al respecto, la auditoría recomendó solicitar al ente responsable, la instalación de un mareógrafo el cual permita medir y obtener patrones sobre el nivel del mar que contribuyan a prevenir y mitigar posibles amenazas que podrían comprometer la operación de La Angostura en el largo plazo.
Todo el proyecto de ampliación que analizó el Laboratorio abarca la ampliación de dos a cuatro carriles y la rehabilitación de la ruta nacional 1 en la sección Barranca-Limonal a lo largo de 50,26 km y también de La Angostura. Todo esa mejora en infraestructura vial cuesta $182,5 millones que son financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El proyecto incluye los intercambios de Cuatro Cruces, Monteverde, Judas de Chomes, Guacimal-Pozo Azul y La Irma, así como la intervención de los puentes sobre los ríos San Miguel, Naranjo, Ciruelas, Seco, Aranjuez, Sardinal, Guacimal, Lagarto, Cañamazo, Congo y Abangares. Se suman 16 pasos peatonales, 39 pasos de fauna silvestre: 18 arborícolas y 21 terrestres.