La falta de contratos de conservación que mantuvo a la red vial nacional en abandono por más de dos años, así como la mala ejecución de los contratos que estuvieron vigentes hasta inicios del 2021, se tradujeron en deterioros prematuros, huecos y deformaciones que afectan incluso proyectos que fueron inaugurados en la última década.
Así lo determinó un informe del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), que fue dado a conocer este martes, el cual analizó el estado de las rutas nacionales que se ubican en las regiones Central, Chorotega, Brunca y Huetar Norte.
Según Lanamme, la ausencia de los contratos de conservación en la mayoría de la zonas del país ha perjudicado el estado de la Red Vial Nacional, donde los huecos, deformaciones y otro tipo de deterioros han alcanzado severidades que podrían estar conduciendo en muchas de las rutas a la necesidad de rehabilitaciones mayores.
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Entre los hallazgos del Laboratorio se mencionan deterioros como huecos y deformaciones, los cuales aparecieron en etapas tempranas, luego de las intervenciones que se venían ejecutando mediante los contratos de conservación, vigentes entre el 2015 y 2021.
Esas deficiencias, estimaron los expertos, podrían deberse a deficientes prácticas constructivas o de diseño.
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El documento señala además que se detectaron proyectos en los que, a pesar de la condición de deterioro presente, no se implementa un plan de mantenimiento específico por parte del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi). Este es el caso de las losas cortas de la carretera Florencio del Castillo, ya que a pesar del estado actual de este tramo de la ruta que une San José con Cartago, no hay un plan de conservación.
Sobre ese sector en específico, el documento señala que la vía presenta deterioros severos en la superficie, incluso la fractura y desprendimiento del concreto en las juntas; lo califica como una “situación generalizada de esta sección de la vía”.
A criterio de los expertos, esos deterioros comprometen la vida útil de esta estructura que fue diseñada para un periodo de 20 años, de los cuales han transcurrido la mitad.
Una situación similar se detectó en el Corredor Vial Chilamate-Vuelta Kooper, el cual fue puesto en operación a finales del 2017 y tampoco tiene un plan de mantenimiento. Esa es una vía clave para llevar productos de exportación desde la zona norte hasta los puertos del Caribe.
Las inspecciones realizadas en esa ruta, que costó ¢42.000 millones, determinaron que la capa de ruedo presenta desprendimiento de agregados de la mezcla asfáltica, que ha provocado la formación progresiva de huecos de importante magnitud.
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Además, la falta de atención de la limpieza de maleza disminuye la capacidad hidráulica de las cunetas, por lo que no hay un correcto manejo del agua pluvial, lo cual además de representar un riesgo para la seguridad de los usuarios favorece el deterioro de la superficie asfáltica.
Con los nuevos contratos
De acuerdo con el análisis, el Conavi indicó en estos casos que los proyectos se atenderían cuando se reactivaran los contratos de mantenimiento vial. Actualmente, ya hay líneas de conservación adjudicadas y algunas con orden de inicio, pero no se tiene detalle si las vías señaladas están incluidas.
“En los proyectos que se mencionan en el informe, la Administración indicó que se está a la espera de los nuevos contratos de mantenimiento vial para darles atención y además que se planea formular contrataciones específicas que permitan llegar a una solución viable, tanto técnica como económicamente a las problemáticas señalada”, afirma el documento.
El informe de Lanamme agrega que, además, se evidenció la construcción de obras sin diseño, donde se ejecutan soluciones temporales de gran magnitud y alto costo, y en las cuales no se resuelve definitivamente el problema existente, lo cual representa un uso no eficiente de los recursos.
También se advirtió en el estudio que, en el caso de los deterioros señalados por la Administración donde se identificó que la empresa contratista debía realizar correcciones de defectos, estos deben ser subsanados a la mayor brevedad, para evitar que provoquen o faciliten la aparición de otros daños de mayor severidad.
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Según el Laboratorio, adscrito a la Universidad de Costa Rica, anterior a la presentación del informe final se emitieron siete notas a la Administración, entre marzo y octubre del 2022. Además, se realizaron visitas técnicas de fiscalización (entre febrero y noviembre del mismo año).
A finales del año pasado, el Conavi comenzó a adjudicar los primeros contratos de conservación, para retomar la atención de la red vial nacional.
Sin embargo, según ha reconocido el mismo ministro de Obras Públicas, Luis Amador, en algunos sectores el deterioro es tal que se requieren tareas de rehabilitación o reconstrucción completa. Ese tipo de obras no están contempladas en las licitaciones que se han venido asignando para el mantenimiento periódico.
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La estimación del MOPT es que hay más de 700 km en esa condición y recuperar esos tramos de carretera destruidos requiere de una inversión que ronda el $1 millón por kilómetro-carril.