El Gobierno debe poner en marcha un nuevo plan, “lo antes posible”, para solventar las “deficiencias” de las obras de ampliación entre el cruce hacia Río Frío y el centro de Limón, sobre la ruta 32. Esta recomendación proviene del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), en un pronunciamiento divulgado este lunes.
La sugerencia de iniciar un nuevo proyecto surge como resultado de la “preocupación” expresada por este órgano técnico debido a las declaraciones realizadas por el Gobierno en entrevistas y conferencias de prensa sobre la situación actual del proyecto. Estas declaraciones insinúan que debido a “restricciones contractuales”, no se garantizará una ejecución adecuada en términos de costo, plazo y calidad.
Específicamente, Lanamme hizo referencia a las declaraciones del presidente Rodrigo Chaves, quien afirmó que “debido a su defecto inicial, la ampliación de la ruta 32 nunca llegará a ser una carretera de primer nivel”. Por su parte, el ministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador, manifestó que el proyecto heredado por esta administración no podía ajustarse en términos presupuestarios y que no era posible “manejar y buscar otra fuente de financiamiento”. Ambas afirmaciones fueron proporcionadas al periódico La República el 10 de agosto.
La preocupación del Laboratorio radica en que se esté construyendo una obra que no cumple con los estándares necesarios para una vía que maneja cerca del 80% de las importaciones y exportaciones del país, principalmente en vehículos pesados. Según Lanamme, esta vía debería tener un diseño funcional coherente a lo largo de toda su extensión, permitiendo la movilidad ágil de este tipo de tráfico y garantizando la fluidez y seguridad de los usuarios.
“Debe tener un diseño funcional coherente a lo largo de toda su extensión, que permita la movilidad ágil de este tipo de tránsito, garantizando el flujo y la seguridad de los usuarios”, recordó.
De acuerdo con Lanamme, desde 2014 hizo advertencias sobre el impacto que tendría en el costo de la obra la falta de un un anteproyecto completo. Ahora, como parte de su labor de fiscalización realiza una auditoría técnica en la cual se han identificado problemas por la ausencia de una “completa y pertinente” preingeniería.
Entre esos problemas se encuentran “incumplimientos de la calidad especificada en el contrato y diseños no ajustados a la normativa vigente ni con carácter integral que considere a todos los usuarios (peatones, ciclistas, motociclistas, vehículos livianos, vehículos pesados y transporte público) aspectos amigables con el ambiente y una sostenible gestión de las expropiaciones”.
Además, se mencionan debilidades en la gestión de la reubicación de los servicios públicos afectados, diseños pendientes para la reconstrucción y mejora de puentes, señalización y demarcación vial, así como movilidad segura, entre otros aspectos.
La Nación envió consultas al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), tanto al despacho del jerarca como mediante la oficina de prensa. Confirmaron recibido a la 1:25 p. m. de este lunes, pero al momento de publicación no se tenía respuesta.
Menos funcionalidad y más riesgos
El Laboratorio también recordó que estas situaciones han causado un retraso en la ejecución de 44 meses hasta la fecha, considerando que la obra debía haberse completado en octubre de 2020, y se requieren $200 millones adicionales según el Gobierno. La construcción está a cargo de la empresa China Harbour Engineering Company (CHEC).
Sin embargo, indicó que disminuir los estándares al sustituir pasos a desnivel por rotondas, omitir rutas marginales en sectores estratégicos u otras obras complementarias afectan velocidades de operación, funcionalidad de la vía, además de que eleva los riesgos y el gasto energético.
“El principal propósito de un proyecto no debe ser su finalización, sino la satisfacción del interés público, ya que el objetivo principal de toda infraestructura es promover la calidad de vida de los usuarios por medio de una conectividad segura y, además, promover la reactivación económica y el desarrollo del país por medio de infraestructura moderna y adaptada a la demanda y necesidades particulares de cada corredor vial”, concluyó Lanamme.
‘La más cara y desastrosa’
El director de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC), Rándall Murillo, resumió la situación de la 32 de otra forma: “Lo que mal empieza, mal termina”.
Murillo también hizo referencia a la problemática del proyecto, luego del pronunciamiento del Lanamme. El representante de los empresarios reprochó que la ampliación de la ruta 32 tiene sus orígenes en una contratación “a dedo” y “sin mayor criterio técnico”.
“No se hizo una licitación para comprobar que se estaba contratando a la mejor empresa, hemos tenido falta de definición de alcances de la obra, falta de coordinación con las demás instituciones públicas (...) es un proyecto que empezó mal y va a terminar mal y cuando terminemos habremos tenido posiblemente la carretera más cara en la historia del país y la más desastrosa que hayamos hecho”, sentenció.