Con 10 meses de atraso y ¢324 millones de costo adicional por inconvenientes con expropiaciones y reubicación de servicios públicos, el Gobierno inauguró este jueves el nuevo viaducto de Paso Ancho, en la carretera de Circunvalación.
El plan original era culminar la obra, valorada en $10 millones, en octubre del año anterior. Sin embargo, los contratiempos obligaron a correr la fecha, primero, para abril del presente año y luego para el mes de julio.
Carlos Villalta, ministro de Obras Públicas y Transportes, expresó que al trámite para el pago de los ¢324 millones extras solo le falta la aprobación del Consejo de Administración del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).
Villalta agregó que se requiere una nueva modificación a la ley de expropiaciones para evitar este tipo de problemas.
"Es necesario una modificación a la ley que ponga plazos a los procesos de expropiaciones en la etapa judicial", destacó el titular del MOPT.
En la actualidad, si el Estado necesita comprar un terreno para una obra pública debe superar 13 etapas administrativas y judiciales.
"El factor primoridial que hace que esta obra sufra retrasos y que sea necesario indemnizar a la empresa es por el tema de las expropiaciones (...) Estamos garantizando que la expropiación de los terrenos esté resuelta antes de darle orden de inicio a los proyectos que vienen de ahora en adelante", comentó German Valverde, director ejecutivo del Conavi.
Pendiente. Kenneth Solano, ingeniero de Conavi a cargo de la construcción, señaló que aún no se hará la recepción formal del proyecto, pues hace falta la sustitución de 24 aisladores sísmicos que presentaron fisuras.
Los aisladores son piezas de neopreno (caucho sintético) que se instalan entre los bastiones y las vigas de la obra para amortiguar sismos y el paso de vehículos pesados.
Por este asunto existe una retención contra MECO, constructora encargada de la vía, por ¢77 millones.
Además, la empresa debe finalizar una serie de obras en el sistema pluvial para eliminar el problema de inundaciones en dos comunidades aledañas.
"Lo que pasó es que los cojinetes (aisladores) tienen algunas fisuras que aminoran la vida últil del hule y podrían hacer que fallen antes, pero por algo se pone en operación la carretera, si estuvieran fallando no nos atreveríamos a abrir el paso", aseveró Pablo Vargas, ingeniero de Meco que dirigió la construcción.
Estos trabajos se concluirán en los próximos meses.
El paso a desnivel, de 410 metros de longitud, tiene seis carriles (tres en cada sentido). La infraestructura es financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).