Una grieta en la megahidroeléctrica Reventazón (Siquirres, Limón) causa una "fuerte filtración" de agua en el macizo rocoso donde se construyó el vertedero de la represa, lo cual obligará a que "la planta salga tres meses de operación" para solucionar el problema.
Así lo admitió el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) en un informe dado a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) y en una respuesta a consultas de La Nación sobre este caso.
Estos trabajos "hacen necesario reducir el nivel del embalse" de siete kilómetros cuadrados para construir un blindaje de 33 metros de extensión en la zona donde se han dado "fracturas en la roca" una de las cuales generó una filtración de hasta 180 litros por segundo, indica un informe que adjuntó el gerente de Electricidad, Luis Pacheco Morgan, en su reporte a la Aresep.
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La grieta se localiza frente a las compuertas del vertedero de excedentes de agua del lado del embalse. Cuanto más sube el nivel del reservorio, más líquido se filtra e ingresa al macizo rocoso debido a la presión que ejerce el peso del agua.
“El ICE no está ejecutando reparaciones, ya que no existe ningún daño en la infraestructura. Lo que se desarrolla es un plan de intervención, cuyo objetivo es devolver la condición de impermeabilidad de la zona del vertedero de excedencias, restringir el movimiento en la zona y adecuar el vertedero ante la condición identificada”, informó el ICE en respuesta a preguntas de este periódico.
En respuesta a este diario, el ICE informó que ya "presentó el reclamo de póliza ante el Instituto Nacional de Seguros" debido a esa "condición identificada".
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El problema lo conocía el Instituto semanas antes de inaugurar la megaobra en setiembre del 2016, según revela el oficio 0510-0818-2017 que Pacheco Morgan envió el 24 de agosto anterior a la Aresep.
La filtración de esa agua hoy se evacúa mediante galerías de conducción o túneles localizados en la estructura subterránea de la obra. Esos ductos sirven para desaguar filtraciones las cuales se depositan en un canal que recoge el líquido procedente de dichos drenajes subterráneos.
Sin embargo, la grieta es tal que dicho canal de drenaje lleva meses arrojando agua al pie de la presa de esa planta con menos de año y medio de estrenada y que el ICE presentó como la “segunda obra de infraestructura más grande de Centroamérica luego de la ampliación del Canal de Panamá”.
Debido a la “insólita situación y necesidad de plantear soluciones no convencionales”, el Instituto contrató a consultores que detectaron el inconveniente entre el 22 y 25 de agosto del año pasado, señala una consultoría que contrató el ICE la cual también remitió a la Aresep en agosto.
“Durante el primer llenado del embalse”, indica el documento técnico de consultoría, se observó un “súbito incremento de las filtraciones de agua” en una de las galerías o túneles de conducción de la represa cuando el nivel del embalse se subía a 230 metros sobre el nivel del mar (Msnm). El nivel máximo de operación del embalse son 265 Msnm.
El problema se agravaba cuando se elevaba el nivel a 250 msnm al punto que una segunda galería o túnel también se inundaba.
En diciembre del 2016, la fuga llevó al ICE a lanzar material granular (piedra quebrada) aguas arriba del embalse para que, al pasar por la grieta, las piedras taparan la fisura. La medida funcionó ese mes, "no obstante, poco tiempo después, el flujo volvió a incrementarse debido al lavado y remoción del material granular", señala el informe.
La grieta, asegura el ICE, ha hecho que la filtración por una de las dos galerías afectadas ya capture hasta el 80% de capacidad de uno de esos túneles con valores de hasta 180 litros de agua por segundo. El ICE trató de tapar el agrietamiento colocando un revestimiento de refuerzo, "pero la grieta nuevamente se abrió" y su ensanchamiento ha continuado.
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"En consecuencia, el ICE está preparando un blindaje de 33 metros de extensión para instalar en ese tramo cuando se pueda bajar el nivel del embalse", precisa el documento.
Aparte de todo esto, el ICE también ha confirmado que la margen derecha del macizo "se desplaza hacia el río deslizando sobre una capa de lava volcánica muy alterada y de muy baja resistencia". Esto, afirma el informe técnico, ameritaría la colocación de puntos de anclaje para reforzar parte de la estructura y evitar que la grieta se ensanche.
Efecto en generación
En agosto, este diario consultó al ICE si estos problemas explicaban el bajo rendimiento de la hidroeléctrica de 306 megavatios de capacidad de generación durante su primer año de funcionamiento.
En vez de 1.560 Gigavatios (GW) que proyectó el Instituto para ese primer año, Reventazón aportó 973 GW, indican estadísticas de generación del Centro Nacional de Control de Energía para los 12 meses comprendidos entre el 18 de diciembre del 2016 y el 17 de diciembre del 2017.
Javier Orozco, director de Planificación y Desarrollo Eléctrico del ICE, declinó entonces responder a esa consulta. Solo aseguró que el Instituto ya había adoptado medidas para prevenir más efectos en la pared de la represa.
Parte de las obras que el ICE admite haber iniciado desde setiembre contemplan intervenir el canal de aproximación de las aguas al vertedero de la represa colocando una losa de concreto armado de al menos 45 metros de largo que incluya juntas de expansión de forma que pueda ajustarse a deformaciones.
La planta de $1.567 millones resultó $810 millones más de lo estimado en 2008, según información aportada por el ICE ante la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) en aquel año.