En su “urgencia” por equilibrar las finanzas, procurar liquidez y atender deudas, el Grupo ICE evalúa la venta de sus activos.
Así quedó planteado en la llamada Estrategia 4.0, que es la nueva hoja de ruta empresarial para el periodo 2019-2023. Esta se divulgó en una actividad donde participó únicamente personal de las empresas del Grupo ICE el 19 de junio.
“Identificar y vender aquellos activos o inventarios infrautilizados sobre la base de estudios técnicos que permitan generar liquidez para la atención de obligaciones y reducir los costos de depreciación”, señala el texto en la sección de Lineamientos Estratégicos para la Estabilización y Sostenibilidad Financiera.
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A nivel contable, los activos son todos los bienes, derechos y demás recursos de los que dispone una empresa que, en el caso del Grupo ICE, incluye desde muebles, edificios, flotillas vehiculares, equipos informáticos hasta propiedades, maquinaria pesada y plantas de generación eléctrica.
El eje del documento reside en superar una complicada situación financiera para el conglomerado que integran el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), Cablevisión de Costa Rica S. A., Radiográfica Costarricense S. A. (Racsa) y Gestión Cobro Grupo ICE S. A.
Los estados financieros consolidados confirman que el Grupo cerró el 2018 con un déficit neto contable de ¢256.944 millones. Un año antes ese déficit fue de ¢63.725 millones, es decir, en el último año creció en ¢193.219 millones, lo que equivale a 303% de incremento.
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"En el contexto actual, toma relevancia con sentido de urgencia reconocer que los recursos materiales y financieros son altamente escasos y limitados”, añade la Estrategia 4.0.
Por lo tanto, el Grupo ICE propone que una vía para estabilizar sus finanzas incluye vender sus posesiones como una forma de generarse liquidez. El documento, sin embargo, no precisa cuáles de estos bienes podría poner a la venta.
Entre las posesiones más valiosas solo del Instituto están incluidas 15 plantas hidroeléctricas, cinco de generación térmica y seis campos de geotermia; una planta eólica y un parque de generación solar, pero todos están en uso y la estrategia habla de los activos “infrautilizados”.
Según los estados financieros consolidados para el 2018, el Grupo ICE tiene activos por ¢5 billones, entre equipos, plantas y propiedades.
Mauricio Barrantes Quesada, director corporativo de Estrategia de Grupo ICE, evitó detallar cuáles bienes se podrían poner a la venta y se limitó a responder que “el proceso de identificación de estos activos se inició hace unos meses”.
Por el momento, tampoco se conoce si hay algún plazo para poner en ejecución la estrategia, que incluye otras serie de cambios, aparte de la venta de activos.
“Este proceso está en marcha, tanto para el segundo semestre del presente año como para el proceso que se ejecutará en el período 2020-2023”, respondió Barrantes.
En la estrategia también se contempla que el ICE adquirir “los financiamientos que sean estrictamente necesarios, para liberar recursos que permitan hacer frente a los compromisos de pago de deudas de los próximos años”.
Negocio eléctrico
La eventual venta de bienes se vincula a una nueva realidad que encara el ICE y que este reconoce en Estrategia 4.0: un cambio en el negocio eléctrico lo cual impactará los ingresos del sector energía.
Esta actividad, explica el documento, se fragmentará ante el arribo de nuevas tecnologías las cuales borrarán las fronteras tradicionales entre quién produce la electricidad, quién la distribuye y quiénes la consumen.
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El ICE espera una crecida en la cantidad de abonados que generan su propia electricidad (generación distribuida) y la almacenan por sus propios medios, además infraestructura de medición eléctrica avanzada y mayor eficiencia energética entre distintos sectores productivos.
Estos factores permiten predecir que habrá una transformación en los patrones de consumo eléctrico y por lo tanto en las expectativas de ingreso del ICE en comparación con el modelo tradicional actual.
“El cambio de paradigma está en la posibilidad de que los clientes, de forma individualizada, puedan seleccionar las tecnologías de su preferencia, conectarlas a la red y, eventualmente, realizar transacciones con otros recursos distribuidos y centralizados”, señala el documento en la sección de Energía limpia, Inteligente y Distribuida.
El intento del Grupo ICE es tomar previsiones para que el cambio no le resulte perjudicial.
“Así las cosas, el negocio actual de electricidad se enfrenta a un gran riesgo de destrucción de valor, toda vez que, sino se captura el beneficio de los recursos energéticos distribuidos, los activos productivos tradicionales quedarán ociosos por la inminente deserción del cliente de la red. Este riesgo representa una razón más para identificar y tomar acciones controladas que permitan gestionar la transición de forma tal que sea rentable”.
Carlos Montenegro, subdirector ejecutivo de la Cámara de Industrias, coincide en que la generación distribuida y el cambio tecnológico presionan por eficiencia y, en su criterio, por mejorar tarifas eléctricas, que ha sido el reclamo sostenido por años por los industriales.
Para lograrlo, señala, cada operador público o privado debe analizar los ajustes necesarios para mantenerse competitivo.
“Nosotros pensamos que no puede solo ser una reingeniería financiera en el caso del ICE o la CNFL, sino que se requiere una reingeniería también real, pero será cada operador el que tomará las decisiones y estrategias. En el caso del ICE, cómo buscará mejorar su salud financiera y beneficiar las tarifas al consumidor, será importante, para que no tenga una estampida de clientes si sus tarifas suben”, expresó.
Organigrama
Para cumplir el plan de ruta, el ICE requiere la contratación un nuevo gerente general y un gerente financiero, y prevé como separaciones de gerentes y directores. Sin embargo, por el momento, tampoco hay fecha para concretar las modificaciones en el organigrama.
“El Consejo Directivo del ICE está en el proceso de revisar y ajustar la estructura (organigrama) del Instituto”, respondió Barrantes ante consultas de La Nación.
Para Sergio Olivares, secretario general de la Asociación Nacional de Técnicos en Telecomunicaciones (Anttec), el plan es apenas un mapa que orienta hacia dónde va la organización pero aseguró que el tema de finanzas es lo más crítico o de otro modo “los demás objetivos serían prácticamente inalcanzables”.
“Tenemos un sentido de urgencia, no solo de cuándo se entregarán los planes operativos de los negocios y cómo se establecerán, también quiénes serán los jerarcas y mandos medios que van a establecer estas acciones.
"¿Seguiremos con la misma red de cuido heredada de la administración anterior? Esperemos que la actual genere confianza y pasemos de una cultura de opacidad a otra de rendición de cuentas y transparencia”, afirmó.