La construcción de una carretera completa que conecta los 160 kilómetros entre la capital y la provincia caribeña tomó 20 años y seis administraciones presidenciales en Costa Rica. Generaciones nacidas entre 1967 y 1987 fueron testigos del fin del tren al Atlántico y del surgimiento de una carretera que atravesó montañas, evolucionando desde caminos de tierra hasta asfalto y túneles.
El último tramo, que va desde Guápiles hasta San José, alberga algunos de los hitos más destacados en infraestructura en la memoria de los costarricenses. El túnel Zurquí, completado oficialmente en agosto de 1984, sigue siendo un foco de fascinación y misterio. Aquellos que se aventuran a atravesar la montaña abriendo las ventanas de sus autos pueden escuchar su eco o sentir las pequeñas gotas de humedad que caen de las paredes de acero y concreto.
Durante los primeros meses de su construcción, cuando los vehículos aún no circulaban por el túnel, el gobierno de Luis Alberto Monge (1982-1986) permitió que los curiosos lo recorrieran a pie. Personas iban con gorros y bufandas y una linterna en mano, ya que no estaba iluminado. Era un lugar grande y oscuro, húmedo y extremadamente frío. El agua goteaba desde el techo y el suelo era de piedra y barro similar al ocre.
La gente gritaba o silbaba para escuchar la reverberación, aunque algunos decían que era mejor no hacerlo para evitar un derrumbe. El paseo culminaba al otro lado de sus 562 metros de longitud, en algún potrero, con un mantel de cuadros, comida y una bebida caliente.
Este túnel, ubicado en el kilómetro 79 de la vía, se convirtió en un hito en el Istmo. Según una nota del 19 de octubre de 1979, sería recordado como el primer túnel para automotores en el país y el más largo de Centroamérica construido en la Cordillera Volcánica Central. Aunque su construcción fue suspendida por varios problemas, la firma inglesa Kier Internacional retomó los trabajos en 1983 y concluyó en 1984. Con casi 11 metros de ancho y 8,5 de altura, es el primero en usar la técnica de concreto lanzado. Ha resistido terremotos y recientes estudios de ingeniería confirman su buen estado.
Aunque la idea de un túnel en el cerro Zurquí no surgió en los años 70 con el trazado final de la carretera, ya en 1958, José de Jesús Villalobos Chaves, exalcalde de San Isidro de Heredia, propuso un paso subterráneo a través del cerro Zurquí para llegar a las llanuras de Santa Clara. Sin embargo, en ese momento se consideró casi imposible. Su visión progresista se concretó casi tres décadas después.
Editora de Sucesos. Trabaja en la Redacción de La Nación desde 1998. Se especializó en temas de Infraestructura, concesión de obra pública, contratación administrativa y Transportes.
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