Texto original publicado por La Nación el 10 de diciembre de 1971.
El hermoso edificio de la antigua Biblioteca Nacional fue cayendo ladrillo por ladrillo, en el proceso de demolición realizado con la ayuda de poderosos mazos. La enorme estructura, ejecutada a principios de este siglo, era una pieza compacta de arquitectura, cuyas paredes costaron mucha energía a los obreros que las derribaron.
El viejo edificio era una obra a la antigua, levantada con fuerte ladrillo rojo, incrustaciones de piedra y pesados postes de hierro que le daban respaldo. Al ver incólumes esas pesadas vigas de acero, recuerdan los transeúntes cuando se temía que el edificio se derrumbara. Hoy ven que las paredes han caído, pero por la acción del hombre, no del tiempo.
En ese espacioso sitio se instalará próximamente un nuevo estacionamiento, porque su propietario, quien piensa levantar un moderno edificio, no está en disposición aún para hacerlo así. El recinto que dio abrigo y luz a las claras inteligencias del país, lo dará ahora a muchos cientos de vehículos que circulan por San José.
En otras noticias:
Tráiler se fue en guindo y ocasionó dos muertes
En San Isidro del General, un tráiler se precipitó en un abismo de más de 150 metros de profundidad. El vehículo que transportaba cemento, se destrozó totalmente. Su cabezal fue a parar 50 metros más abajo de donde quedó la otra parte del vehículo.
Cuando las autoridades fueron informadas del lamentable accidente, se apersonaron al lugar. La Cruz Roja, con empleo de cables y otros implementos, logró llegar al sitio donde yacían muertos dos hombres, el conductor y el ayudante.
Uno de ellos tenía un reloj de pulsera marcando 3:50, se presume que de la madrugada. Este detalle hace suponer a las autoridades que el móvil del accidente obedeció a que el conductor se durmió mientras manejaba. Por los golpes y destrozos que presenta lo que fue un poderoso tráiler, se presume que ambos murieron instantáneamente.
Piden a Alemania Occidental que abra el muro por navidad
El alcalde Klaus Schuetz exhortó hoy al primer ministro de Alemania Oriental, Willi Stoph, a abrir el muro divisorio de esta ciudad, a fin de que los habitantes de la zona occidental puedan visitar durante la Navidad a sus familiares en Berlín Oriental.
En una carta dirigida a Stoph, Schuetz señala que está dispuesto a firmar un acuerdo permanente en relación con el muro si Alemania Oriental está dispuesta a mantener los puestos de verificación de pases abiertos durante los fines de semana y los días feriados próximos.
El alcalde berlinés señaló que la semana pasada los alemanes orientales dijeron que autorizarían las reuniones familiares en la semana de navidad por primera vez en seis años tan sólo si Berlín Occidental había llegado a un acuerdo relacionado con los pases.