Carlos Manuel Rodríguez, ministro de Ambiente y Energía, anunció este miércoles que el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) alista medidas para sanear finanzas.
Entre las posibles acciones están la renegociación de las deudas que tiene la entidad y recortes de gastos fijos que podrían impactar su planilla.
El anuncio, según el ministro, lo realizaría la presidenta ejecutiva del Instituto, Irene Cañas, en el transcurso de este mes.
La Nación intentó confirmar con la jerarca, pero no se obtuvo respuesta a varias consultas.
Según Rodríguez, la situación financiera del ICE inquieta al presidente Carlos Alvarado Quesada, a tal punto que este solicitó medidas extraordinarias para asegurar su sostenibilidad financiera pero sin subir las tarifas que pagan los consumidores.
“Doña Irene viene trabajando fuerte y el presidente ha dado instrucciones claras en el sentido de cuidar la sostenibilidad financiera. Hay una serie de medidas que se comunicarán en próximos días y ella es la vocera”, agregó en declaraciones a La Nación.
Las acciones atacarán lo que él calificó como“dos problemas serios”: uno es la carga financiera por el nivel de su deuda principalmente en dólares y el otro los costos fijos del Instituto.
“En esta administración manejaremos toda la información con absoluta transparencia. El sangrado financiero ya se detuvo por dicha y la discusión grande es ahora la sostenibilidad”, explicó.
Rodríguez insistió en que ese saneamiento no pasa por subir las tarifas de electricidad, porque las actuales “generan poca competitividad”.
La posibilidad de que las medidas incluyan recortes en la planilla no se descarta, pues como admitió el ministro, “renegociar la deuda y administrar la carga financiera no serán suficientes”.
“Hoy la descentralización en la generación de energía hace que el ICE vaya perdiendo clientes y clientes con el tiempo manteniendo intactos sus costos fijos. Eso no es sostenible y estos elementos están bajo análisis y formarán parte de los anuncios”, señaló.
La información se da a conocer un día después de que el Instituto presentara su informe de rendición de cuentas del 2018 al Consejo de Gobierno..
Irene Cañas confirmó el mes pasado en una entrevista a este diario que su prioridad este año sería sanear las finanzas del ICE, las que ella misma declaró en noviembre “en números rojos”.
En apuros
EL ICE registró en el 2018 su peor desempeño económico se acuedo con cifras divulgadas por directivos de la entidad, el 4 de abril en la Asamblea Legislativa.
Jesús Orozco, gerente corporativo financiero del ICE, explicó entonces a los diputados de la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Públicos cómo se desglosan los “números en rojo” que, según las cifras expuestas este día, ascendieron a ¢252.400 millones de déficit neto ese año.
Ese registro equivale a un incremento de 388% en el déficit neto respecto al año anterior, cuando fue de ¢51.700 millones; una diferencia de ¢200.700 millones. Para 2016 este cerró en ¢30.377 millones y en ¢2.400 millones en 2015.
Déficit neto resulta al restar el costo de la variación cambiaria, el pago de impuestos y las cargas financieras.
La diferencia entre los años se explica en primer lugar por el alza en el precio del dólar y el consecuente pago de intereses de los préstamos del Instituto en esa moneda; uno de los aspectos que el ministro Rodríguez calificó de “problema serio”.
Esas fluctuaciones cambiarias del colón frente al dólar cerraron en ¢121.714 millones al 31 de diciembre de 2018. En los dos años previos, rondaron los ¢50.000 millones.
Eso supone un aumento de 143% equivalente a ¢71.714 millones del 2017 al 2018 por variaciones en el tipo de cambio del dólar; moneda en la cual el ICE tiene 85% de todo su endeudamiento.
Precisamente, Orozco indicó que el pago de comisiones e intereses al servicio de la deuda, principalmente por inversiones en obras de generación, contribuyeron al deficiente resultado del 2018.
El déficit neto del 2018, explicó Orozco, también se vincula con la decisión del Instituto de trasladar a la casilla de gastos de ese año los $146 millones que usó en obras iniciales y estudios del megaproyecto hidroeléctrico El Diquís, en Buenos Aires de Puntarenas, ya descartado por el ICE.
El reconocimiento de El Diquís como gasto explica por qué los ingresos del Instituto parecen menores en el balance anual del año pasado.
Según explicó Orozco, el ICE cerró el año pasado con un excedente operativo de ¢115.900 millones. Sin embargo, al cancelar los $116 millones por El Diquís (unos ¢88.000 millones), el excedente de operación cayó a ¢27.300 millones.
Esa cifra contrasta con los excedentes del 2017 y 2016 de ¢147.300 millones y ¢178.900 millones, respectivamente.