El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) podría asumir el negocio de comprar autobuses eléctricos para luego alquilarlos a las empresas de transporte público, según la recomendación que hace el informe del plan piloto que se inició en Costa Rica hace un año, con tres unidades eléctricas donadas por Alemania.
Este plan piloto que arrancó en febrero del 2021, puso a funcionar los autobuses eléctricos en rutas urbanas con el fin de recopilar datos sobre su desempeño en condiciones normales de operación, para luego hacer análisis y recomendaciones. La iniciativa nació de una alianza del Gobierno con el proyecto “MiTransporte” de la Cooperación Alemana-GIZ.
Según el informe sobre esta experiencia, conviene que ICE alquile los vehículos al considerar que impulsar la tecnología en el país requeriría medidas como subir las tarifas a los pasajeros o dar subsidios a los transportistas para cubrir la sustitución de su flota por unidades eléctricas.
El documento ¡Buses Eléctricos para Costa Rica! Aprendizajes de un proyecto piloto y recomendaciones para el escalamiento se publicó el mes anterior y ahí se presenta al ICE como el instrumento para solucionar ese obstáculo que, dice el informe, hoy impide a los operadores hacer el cambio, según lo estipula la Ley de Incentivos y promoción para el transporte eléctrico (Ley N° 9518) del 2018. Esa ley dispone en su artículo 28, que los transportistas deben sustituir su flota vehicular a base de diésel por buses eléctricos a un ritmo de 5% cada dos años.
El Instituto asumiría el papel de “compañía de alquiler de buses para unidades eléctricas”, es decir, pagaría por los buses y luego se los alquilaría a los transportistas.
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“Esta compañía, al adquirir alto volumen, obtiene mejores precios, además de que recibe por parte del fabricante las capacidades técnicas para su mantenimiento. En consecuencia, se convierte en la importadora exclusiva para Costa Rica, e incluso podría concebirse un alcance de operaciones a nivel centroamericano”, propone el documento emitido a finales del año pasado.
Las opciones planteadas serían tres: alquiler de unidades, alquiler y mantenimiento o todo lo anterior, además de proveer la electricidad para recargar los vehículos.
En todas, sugiere el análisis, el servicio de alquiler sería a un costo fijo cuyo monto no consta en el informe por un plazo de 15 años, incluyendo una “devolución” temporal al cumplirse ocho años para efectos de renovación general y reacondicionamiento de la batería en cada unidad.
“Para Costa Rica, se ha teorizado que el ICE sería la empresa con mejor perfil para fungir como compañía de alquiler de buses. Esta solución le permitiría al ICE asumir un rol de liderazgo en el transporte eléctrico y, conforme la transición va ganando impulso, acceder a mejores precios, mejores marcas, y a generar una robusta base de conocimientos. Todo ello resultaría en mayor confianza entre las operadoras hasta que la transición se haya completado y el mercado esté consolidado”, se lee textualmente en el documento emitido por la Cooperación Alemana-GIZ.
Este miércoles, el ICE emitió un comunicado de prensa en el cual dice descartar la eventual compra de unidades.
“Cabe aclarar que la Institución ha valorado los reportes de otros consultores internacionales que han sugerido esta misma acción; sin embargo, se ha considerado que esta práctica no está dentro de los planes de negocio inmediatos”, indicó el comunicado.
Institución ha valorado los reportes de otros consultores internacionales que han sugerido esta misma acción; sin embargo, se ha considerado que esta práctica no está dentro de los planes de negocio inmediatos.
Participación
El diciembre del 2020, cuando la Embajada de Alemania en Costa Rica entregó oficialmente los autobuses a autoridades de Gobierno, estas informaron entonces que uno de los vehículos permanecería en el ICE para “realizar pruebas en otras rutas con condiciones diferentes” con el fin de evaluar la tecnología y contar con una unidad de respaldo si alguno de los autobuses sufría algún un desperfecto.
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No obstante, ya desde el inicio del proceso para la importación de los buses para el plan, según, reveló el informe, el ICE tuvo una participación protagónica en el proceso, pues por razones de normativa era la entidad que tenía autorización para recibirlos y luego darlos en préstamo a las empresas de transporte que participaron.
Ya en marcha el ensayo, el ICE asumió la instalación de la infraestructura eléctrica necesaria para los cargadores de las unidades en el plantel de los operadores participantes y, además, conservará las unidades una vez concluido el plan piloto.
Según GIZ, existen otros modelos de financiamiento posibles (leasing o arrendamiento) por ejemplo para realizar la transición hacia un transporte público eléctrico.
(*) Nota del editor: esta información se actualizó este miércoles a las 9 de febrero con declaración del ICE que emitió este día un comunicado de prensa.