La urgencia de ahorro y la reducción en demanda eléctrica obligó al ICE a bajar todavía más el ritmo en la construcción del proyecto geotérmico Borinquen I y II, en Cañas Dulces de Liberia, Guanacaste.
El plan original era que estas plantas entraran al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en 2024, no obstante, ya se han dado dos posposiciones.
La primera se anunció desde el momento en que arrancaron las obras en 2018 cuando la presidenta ejecutiva del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), Irene Cañas, anunció que la puesta en operación ya no sería en el 2024, sino en el 2026.
Ahora, mediante un mensaje enviado este lunes a su personal, el Instituto informó de que el encendido de Borinquen se traslada al 2027.
En su comunicación, el ICE confirma que “no se visualiza en el mediano plazo la necesidad del proyecto”.
Por supuesto, la decisión ajusta las obras en ejecución y el proceso licitatorio para el diseño y construcción de la casa de máquinas.
Estas obras debían comenzar este año y ahora sería hasta el próximo mientras las gestiones para la ejecución de obras civiles de campo se desplazan al 2023.
El anuncio llega poco después de que Cañas confirmara una caída en la demanda de electricidad sobre el 3% en el 2020 por los efectos de la pandemia en la economía.
También sobreviene tras la decisión de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) de aplicar una rebaja en la tarifa eléctrica de 16%, a partir de enero.
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En noviembre de 2018, el Instituto también decidió olvidarse del megaproyecto El Diquís, en Buenos Aires de Puntarenas, luego de gastar $146 millones en estudios.
La idea era construir allí una planta hidroeléctrica de 650 megavatios (MW).
La cancelación de este proyecto es parte de un plan de ahorro del Instituto y cambio en su negocio, el cual incluye programas de movilidad laboral voluntaria, venta de activos entre edificios, vehículos y maquinaria y mantener a unos 7.000 trabajadores en teletrabajo de forma indefinida.
Préstamo
Para la construcción de la Planta Geotérmica Borinquen I y II, los gobiernos de Japón y de Costa Rica firmaron en el 2016 una carta de entendimiento para formalizar un crédito por $224 millones.
El documento lo suscribieron la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), el ICE y el Ministerio de Hacienda.
Sobre ese crédito, el Instituto aseguró que mantiene “comunicación y coordinación permanente” con JICA.
“El préstamo se mantiene y se ajustarán oportunamente los flujos de desembolsos requeridos. Las medidas realizadas buscan conservar las condiciones favorables del préstamo, que las inversiones se realicen de forma coordinada y oportuna sin que los costos se incrementen”, dijo.
Cañas aseguró que el proyecto seguirá en ejecución, pero aclara que “ante el escenario actual, deben llevarse a cabo acciones que garanticen el uso eficiente de los recursos”, incluidos cronogramas de trabajo y la dinámica constructiva.
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Según el ICE, con los equipos hasta ahora instalados es posible continuar con la perforación de pozos para producción de calor extraído de la tierra (el cual impulsa turbinas de generación), como pozos de reinyección.
Esto supone menor necesidad de personal en el proyecto porque, resulta “innecesaria la instalación y operación de otra perforadora y su logística”.
“Estos ajustes lamentablemente conllevan la disminución del recurso humano asociado a acciones que se reducen o postergan.
“El personal está contratado bajo la figura de Proyectos, cuya planilla se ajusta al responder a cambios en los planes de desarrollo u otras situaciones que se presenten en la ejecución”, dijo.
No se precisa de cuántas personas se prescindirá. Solo señala que dejaŕa funcionarios de mantenimiento y operación de las instalaciones ya existentes.
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Dos semanas atrás, la presidenta del ICE adelantó en entrevista con La Nación que el Instituto haría cambios de fondo en sus procesos de generación y distribución de electricidad al considerar que el país dispone de 3.070 Megavatios (MB) de capacidad instalada, que están lejos de utilizarse, pues en los picos de demanda apenas han rebasado, de vez en cuando, los 1.700 MB.
La capacidad instalada toma en cuenta plantas públicas del ICE, las que tienen las cooperativas eléctricas y las de generadores privados.