Las cenizas de la iglesia católica de Copey de Dota, en San José, se suman a las de otros dos edificios patrimoniales que han sido consumidos por el fuego en los últimos años.
En el 2001, un incendio destruyó el 80% de la estructura de la Casona de Santa Rosa, en Guanacaste, y en abril del 2016, un siniestro devoró el mítico edificio Black Star Line, en Limón.
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En el primer caso, dos cazadores furtivos, identificados como de apellidos Mora, de 41 años, y Calvo, de 22 años, rociaron con gasolina las paredes de la vieja construcción de la casona de Santa Rosa e incendiaron el símbolo de la gesta heroica de 1856, por lo que fue necesario reconstruirla.
Ambos quemaron la Casona en represalia contra los guardaparques por las restricciones para cazar en el área protegida del Parque Nacional Santa Rosa.
La casona, que databa de 1663, aproximadamente, fue restaurada y abrió sus puertas el 20 de marzo del 2002. Sin embargo, el proceso constructivo fue deficiente y se utilizaron materiales de mala calidad, lo que hizo necesaria una nueva intervención que concluyó en el 2012. Esta segunda labor tuvo un costo aproximado de ¢245 millones.
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Los cazadores fueron condenados a 20 años de prisión por quemar la histórica edificación.
En cambio, una falla eléctrica en el Black Star Line, en Limón, acabó con toda la estructura de madera, en abril del 2016, apenas un mes antes de que el Ministerio de Salud girara una orden sanitaria al Ministerio de Cultura porque no había protección en el sistema eléctrico.
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El inmueble fue construido en 1922, como sede del Movimiento Universal para el Mejoramiento del Negro (UNIA) en Limón. En 1990 fue reconstruido y en el 2007 vivió una restauración por parte del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio del Ministerio de Cultura, el cual invirtió ¢50 millones.
Fue declarado patrimonio arquitectónico en el año 2000.
En agosto del 2016, el Gobierno anunció la inversión de ¢150 millones en la primera etapa de reconstrucción del edificio.
Esta fase contempla la elaboración de los planos constructivos y mecánicos, así como el desarrollo del sistema de incendios, el estudio topográfico y el de suelos.
Este domingo, el templo católico San Rafael Arcángel, en Copey de Dota, formó parte de los patrimonios nacionales consumidos por las llamas. Fue declarado patrimonio nacional en 1999.
Los investigadores de incendios trabajan en el lugar para tratar de determinar el origen de las llamas.