Al menos 25 proyectos inmobiliarios están varados porque la Comisión de Regeneración y Repoblamiento de la Municipalidad de San José no ha sido convocada por el alcalde Diego Miranda Méndez, afirmó la Cámara Costarricense de la Construcción. Se trata de edificios para apartamentos, oficinas y comercios cuyo desarrollo estaría en riesgo.
Para plantear esa preocupación, representantes de la Cámara se reunieron con Miranda en octubre. No obstante, según Rándall Murillo Astúa, director ejecutivo de la organización, Miranda les manifestó en el encuentro que no convoca la Comisión porque “no le gustan” algunos de los incentivos fiscales que reciben los desarrolladores inmobiliarios en la capital.
“Nos dijo que había cosas que no le gustaban, que los incentivos no los veía tan viables desde el punto de vista de la Municipalidad o del sacrificio económico que eso representaba para la Municipalidad”, comentó Murillo.
Dichos incentivos están contemplados en el Reglamento de Desarrollo Urbano que, por ejemplo, establece una rebaja en el costo de los permisos de construcción si la edificación cumple con una serie de condiciones como prácticas constructivas sostenibles, si destina un 12% del área constructiva a zonas públicas, o si invierte en arborización, iluminación o ampliación de aceras y vías. Según la norma, la licencia de construcción tiene un valor del 1% del costo de la obra, pero si es avalado por la Comisión se puede reducir hasta el 0,01%.
Además, si el proyecto inmobiliario cumple con esas condiciones, se les autoriza a aumentar hasta un 30% la cantidad de metros cuadrados de construcción con el objetivo de impulsar el repoblamiento de la capital, densificar la ciudad y aumentar, a corto y mediano plazo, la recaudación de impuestos territoriales y otros.
La Comisión, creada desde 2004, está integrada por representantes del Ministerio de Vivienda, la Universidad de Costa Rica, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, Acueductos y Alcantarillados y el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo.
La Nación solicitó este lunes 18 de noviembre una entrevista con Miranda, pero respondió a través de su encargada de prensa que solo contestaría preguntas por escrito. También se llamó al teléfono celular del jerarca y se le enviaron mensajes, pero no contestó. Él asumió el cargo el 1.° de mayo aunque durante los últimos ocho años ejerció como regidor.
Murillo agregó que el alcalde les informó en la cita de octubre que “se iba a reunir con algunos empresarios uno a uno” y que instalaría una mesa de trabajo con la Cámara Costarricense de la Construcción para “ponerse de acuerdo” y “avanzar en este tema”. Sin embargo, esa promesa no se ha concretado.
“Aquí lo más importante es avanzar, que los proyectos no se paren, que el desarrollo del país no se pare y el empleo no se frene”, enfatizó el director ejecutivo de la Cámara de la Construcción.
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El arquitecto Royee Álvarez Cartín, gerente de Gestión Municipal y Desarrollo Urbano, informó de que la Comisión no se reúne desde el 21 de marzo de 2024. “Posterior a ello, la Alcaldía no ha realizado convocatoria alguna a la Comisión”, afirmó el funcionario por medio de un correo electrónico.
Álvarez mencionó que en la actualidad hay cuatro proyectos listos para ser analizados en la Comisión y otros 15 de los que se tiene conocimiento, pero el anteproyecto está en elaboración. No obstante, de acuerdo con las estimaciones de la Cámara, la inactividad de la Comisión afecta, hasta ahora, 25 desarrollos inmobiliarios que están en distintos niveles de avance.
CFIA preocupado por desarrollos varados
El Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) también mostró su preocupación por la paralización de la Comisión de Regeneración y Repoblamiento de San José.
Guillermo Carazo Ramírez, director ejecutivo del CFIA, expresó que es “preocupante” que no se convoque a la Comisión desde que Diego Miranda asumió la Alcaldía el 1.° de mayo. Añadió que, desde el 16 de agosto, envió un oficio solicitando una reunión al alcalde para hablar sobre este tema, pero no recibió respuesta.
“Queremos ver por qué no se convoca esta Comisión de Repoblamiento, porque ya llevamos casi seis meses desde que entró la nueva alcaldía y la Comisión no solo no se ha reunido, sino que ni siquiera se ha convocado”, comentó Carazo.
Añadió que lo usual era que la Comisión se reuniera entre tres y cuatro veces al año y en cada sesión se aprobaban entre tres y cuatro proyectos. “A mí me han llamado por lo menos dos desarrolladores, que me debo reservar sus nombres, para saber si nos han convocado, nos dicen: ‘¿Ya te convocaron? ¿Qué dicen? ¿Cuándo van a convocar?’, y yo tengo que decirles que no se sabe”, comentó Carazo.
Varios empresarios que conversaron con este diario a cambio de no revelar sus identidades por temor a represalias expresaron que la decisión del alcalde de no convocar la comisión para evaluar los proyectos no solo afecta las inversiones, la creación de empleo y la reactivación económica, sino que encarece la vivienda para clase media.
Por ejemplo, uno de los empresarios manifestó que tenían planeado un proyecto de 17 pisos, pero si superaban los filtros de la Comisión podrían crecer a 22 plantas, lo cual implica la construcción de 64 apartamentos más. “Al poder construir más unidades habitacionales, los costos bajan y, por lo tanto, el costo de las viviendas también, pues el valor del terreno, de los materiales, de la mano de obra y otros se distribuye entre más número de apartamentos”, comentó.
Otro de los empresarios consultados aseguró que ellos decidieron congelar sus intenciones de inversión en la capital pese a que, en los últimos años, construyeron hasta dos edificios por año. “No es viable comprar terrenos con precios altos y no poder desarrollarlos con una altura o densificación alta, eso nos está haciendo buscar otras opciones en lugares como Escazú y Curridabat”, dijo.
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Por su parte, Randall Murillo, aseveró que, además de frenar inversiones millonarias y la creación de empleos, se deben valorar los aportes de la densificación sobre la ciudad.
Para Murillo, el mejor ejemplo de eso es Rohrmoser, que en los últimos años vio crecer el número de restaurantes, tiendas de conveniencia, cafeterías y otros. “Hace 25 años, caminar por Rohrmoser de noche era otra cosa, inseguro. Ahora se ve la gente saliendo a comer, paseando el perro y haciendo ejercicio”, concluyó.
Desde su creación, la Comisión ha aprobado 41 edificios y rechazado seis, según datos oficiales.