La ruta 27 (San José-Caldera), con casi 11 años en operación, sufre un deterioro acelerado, según concluye el último informe del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica. ((Lanamme -UCR)
Han aumentado los tramos con superficie de ruedo irregular, la calzada presenta características deslizantes o muy deslizantes que dificultan el frenado de los vehículos y persiste la inestabilidad de los taludes en 22 puntos de la ruta.
De acuerdo con Roy Barrantes, coordinador de la Unidad de Gestión y Evaluación de la Red Vial del Lanamme, los problemas en taludes son un mal crónico de la ruta 27, inaugurada en enero de 2010 y concesionada por un plazo de 25,5 años.
El informe advierte de que si la empresa concesionaria Globalvia no realiza trabajos para estabilizar los taludes serán más frecuentes los deslizamientos o derrumbes en la carretera.
El último se registró el martes 10 de noviembre, en el kilómetro 41.
"Son muchos los problemas que afectan esta ruta. La mayor parte de ellos se encuentran en la zona montañosa (...) Históricamente se han venido presentando problemas desde la misma apertura de la ruta, en el año 2010.
“Estos sitios han sido evaluados por el LanammeUCR en varios informes de años anteriores. De no aplicarse las recomendaciones, es de esperar que presenten problemas con los fenómenos extraordinarios de lluvias que cada vez más, afectan el territorio”, señala la evaluación 2019-2020, publicada este lunes 16 de noviembre.
Barrantes afirmó que, en lugar de arreglar los problemas con los taludes, el concesionario se ha dedicado a administrar los riesgos de derrumbes o deslizamientos.
“Se podría decir que ellos han hecho una administración de riesgo que, a nuestro criterio, no ha solucionado esas condiciones, se podría decir que ese sí es un mal crónico”, dijo el experto.
Uno de los puntos más críticos es el kilómetro 44, entre Atenas y Orotina. Allí, una gran grieta atraviesa la carretera y gana terreno cada día.
Para remediar el problema, Globalvia ha colocado asfalto para nivelar la vía, pero esa aplicación es solo un paliativo, no soluciona los problemas geológicos en ese lugar.
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En los kilómetros 37 y 38 también hay taludes que representan una amenaza para los miles de conductores que transitan ese camino.
Por ejemplo, en el kilómetro 37, el Lanamme afirma en su análisis lo siguiente:
“En la condición actual, este talud continúa representando un riesgo para los usuarios por caída de suelo y rocas en la carretera, se debe tomar en cuenta la cercanía del talud con la carretera y la altura importante que tiene”.
Otro problemas
Para Lanamme, la capacidad funcional de la carretera, es decir, el confort a la hora de transitarla, no es el idóneo.
En ese apartado, el Laboratorio sostiene que solo el 42% de la longitud de la carretera tiene una capacidad funcional bueno, el 58% restante está en condición regular.
También registran exudaciones en la superficie de ruedo; esta es una capa delgada del ligante, utilizado para hacer la mezcla asfáltica, que se refleja sobre el pavimento y provoca riesgos de derrape y dificultades para frenar.
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Otras áreas tienen porcentajes de bacheo, lo cual no es permitido dentro del contrato de concesión; el ejemplo más claro es la radial a Coyol, que tiene 15% del área bacheada.
“Es normal un proceso de deterioro general, a nosotros lo que nos preocupa es la aceleración de ese deterioro (...) Algunos tramos si no se atienden de manera más profunda, en un plazo de cinco años, tendríamos tramos con un deterioro considerable”, expresó Barrantes.
La Nación intentó conocer la posición de Globalvia con respecto al informe, pero aseguró que no conoce el documento, por lo que no se referirá al tema.
Preocupado
Rodolfo Méndez Mata, ministro de Obras Públicas y Transportes, no ocultó su malestar por los hallazgos subrayados por Lanamme.
“El jueves pasado se nos presentó al Consejo Nacional de Concesiones el informe de Lanamme y vamos a tomar con muchísima seriedad este informe que es muy claro, muy categórico y preocupante”, dijo.
Enfatizó que pedirán cuentas al concesionario, pero no detallé cómo, para no adelantar criterio.
“Vamos a revisar el accionar del concesionario, ese es un aspecto necesario, que hay que revisar.
“Me resulta incomprensible que no se haya solucionado antes, ahora de nuevo se pone en evidencia, hay que oír a las partes, no quiero adelantar criterio”, concluyó.
La semana anterior, también el secretario nacional de Concesiones, José Manuel Sáenz advirtió que ya no era posible" seuir con esta historia todos los años" en relación con los derrumbes en la vía por la inestabilidad de los taludes.
“Lo que quedamos con el concesionario es 'sentémonos en serio, porque han pasado 10 años, sentémonos en serio, uno por uno, a ver qué es lo que hay que hacer”, dijo.