Luis Amador Jiménez regresó a Costa Rica la noche de este miércoles 13 de marzo, poco más de un día después de ser destituido como ministro de Obras Públicas y Transportes.
Llegó procedente de Montreal (Canadá) en el vuelo TS 196 de la aerolínea Air Transat, que aterrizó a las 10:40 p. m. en el aeropuerto internacional Juan Santamaría.
La información fue confirmada por la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) que, además, indicó que Amador Jiménez había salido del país el domingo anterior.
Este martes 12 de marzo, en una sorpresiva conferencia convocada para las 2 p. m., el presidente de la República, Rodrigo Chaves, anunció la salida de Amador y del director general de Aviación Civil, Fernando Naranjo.
La decisión fue conocida por ambos funcionarios mientras estaban en Canadá, donde participaban en la Feria de Innovación de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) “Aviación digital: el futuro es ahora”, en representación del gobierno.
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Chaves aseguró el martes que le comunicó su decisión, vía telefónica, a su exhombre de confianza en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) antes de hacer pública la separación.
Según las justificaciones del mandatario, destituyó a Amador por un concurso que habría sido diseñado a la medida de constructora MECO. Se trata de una adjudicación por ¢21.800 millones para reparar la pista del aeropuerto Daniel Oduber, en Liberia.
Por los mismos hechos, separó a Naranjo Elizondo como director de Aviación Civil.
El presidente afirmó que ambos funcionarios enviaron los términos de referencia del contrato a la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) que debía adjudicar las obras.
Las condiciones, aseveró Chaves, se ajustaban a la medida de la constructora Meco, una de las tres empresas que presentaron ofertas.
Un requisito de experiencia introducido en los términos de referencia inclinó la balanza a favor de MECO, pese a una cotización ¢900 millones más cara. Según Chaves, el requisito de haber colocado pistas de aterrizaje de más de 20.000 metros cuadrados era “un traje a la medida” para esa empresa.
Por eso, Chaves no dudó en señalar a Amador y Naranjo como responsables y atribuyó a la adjudicación de la obra un daño directo de $2 millones “al pueblo de Costa Rica”.