Con apenas un lote de obras impostergables a punto de finalizar, uno más adjudicado y otros dos con financiamiento aprobado, el Fideicomiso Ruta Uno, aún sigue en la cuerda floja.
El ministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador Jiménez, aseguró que “todo lo que viene de camino va a seguir”, en lo referente a esta etapa preoperativa en la que se construyen las llamadas OBIS, dentro de las que se incluyen ampliaciones de puentes, intercambios y mejoras a lo largo de la ruta entre San José y San Ramón.
Sin embargo, sobre el plan para dar continuidad al proyecto integral, el jerarca confirmó que ya tuvo acercamientos con el gerente del Banco de Costa Rica para negociar el finiquito del contrato.
Amador no descartó que el nuevo proceso contemple una figura similar o alguna otra vía (en este caso podría ser una nueva concesión o un contrato de diseño, construcción y mantenimiento mediante una alianza público privada). Tampoco dio detalles sobre los pasos que seguirán para dar continuidad a las obras encaminadas.
Lo que sí indicó es que el futuro del proyecto se definirá en los próximos 10 días, a fin de no atrasar más la ampliación por la que el país ha esperado más de 20 años.
“Yo no quiero terminar algo y tener que esperar un año, un año y medio a que empiece otro fideicomiso u otro proceso. Ya hemos esperado mucho por la Ruta 1, en exceso, ya eso debería estar y lo que queremos es que haya una transición adecuada, de la cual no haya interrupción de lo que se viene haciendo y que terminen todas las etapas que ya vienen de caminos”, indicó.
En camino
De acuerdo con el Fideicomiso, actualmente las obras del lote 1 se han puesto en servicio las ampliaciones de los puentes sobre los ríos Ciruelas, Alajuela y Segundo.
Recientemente finalizó la construcción de las aceras que impedían la apertura del conector Barreal-Castella, aunque según la unidad ejecutora están a la espera de un ajuste en las fases de los semáforos por parte del MOPT.
Adicional a esto, aún falta completar las obras en la parte inferior del paso a desnivel frente a la Firestone.
Todas estas obras tienen un costo de $23 millones
En tanto, las obras del lote 2A que fueron adjudicadas al consorcio H Solís-TPF ingeniería están a la espera de aprobación de diseños y contemplan la ampliación del intercambio en las cercanías al Monumento al Agua y el puente sobre el río Torres.
En un segundo sub-bloque se incluye el mejoramiento a las estaciones de peaje Alajuela y Naranjo. Estas obras no han sido licitadas.
El lote 3, que corresponde al nuevo intercambio en El Coyol se encuentra en recepción de ofertas.
En tanto, para el lote 4 donde se incluyó la mejora en el puente Juan Pablo II, así como los intercambios de Grecia, Naranjo y San Ramón, el BCR está a la espera de que el Conavi defina el mecanismo que se utilizará para estos proyectos, ya que los mismos cuentan con un financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo por $50 millones, que aprobado por la Asamblea Legislativa.
La directora del Fideicomiso, Hadda Muñoz, dijo a La Nación que romper el contrato implicaría para el Estado no solo indemnizar al Banco de Costa Rica, sino también a las empresas constructoras, pues según Muñoz los contratos fueron firmados entre el Fideicomiso y las compañías, por lo que no son transferibles.
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La decisión de poner fin a ese acuerdo fue anunciada por el jerarca del MOPT la semana antepasada y se sustenta según él, en el alto costo de esa estructura.
De acuerdo con la información de Ruta 1, los costos administrativos corresponden a un monto mensual fijo de $147.438. Además el BCR cobra un monto mensual de $31.069 por servicios de fiducia.
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Según los estudios de factibilidad elaborados por la unidad ejecutora, para completar la ampliación de los 60 km de carretera se requería una inversión de $740 millones, de los cuales $110 millones serían considerados como aporte estatal, pues es lo que se está invirtiendo en las llamadas obras impostergables.
Esa inversión sería financiada mediante peajes, los cuales se estiman costaría al menos ¢3.600 ida y vuelta.