El MOPT promovió la aprobación legislativa del crédito para la ampliación de la vía a Limón confiado en “el honor, tan asentado en la cultura china”.
En una carta, enviada al Congreso el 23 de febrero, el ministro de Transportes, Carlos Segnini, garantizó que los chinos no harían cambios en las condiciones de implementación de ese proyecto– a pesar del incumplimiento tico en los plazos acordados– debido al “honor” que, según él, los caracteriza.
“(...) el honor, tan asentado en la cultura china, impediría que hagan algo que los haga verse como quienes quieren aprovecharse abusivamente, manteniendo las condiciones originales durante las negociaciones, pese al vencimiento del plazo, y cambiarlas una vez obtenida la aprobación legislativa”, redactó.
Dos días después de que el ministro envió esa misiva, la Asamblea Legislativa aprobó el crédito chino por $395 millones, para la ruta a Limón (32). Del total, $295 millones provienen del Banco de Exportaciones e Importaciones de China (Eximbank) y otros $100 millones los aportó su Gobierno.
Sin embargo, el futuro de las condiciones de implementación del proyecto, diseño, rehabilitación y extensión de la ruta a Limón dependen, desde el 3 de junio del 2014, de la buena voluntad del Gobierno de ese país asiático.
Ese día venció el plazo para mantener los términos originales, porque se cumplió un año desde la firma del convenio marco entre Costa Rica y China –para el préstamo–, y del contrato comercial entre el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) y la constructora estatal China Harbour Engineering Company (CHEC).
Según la cláusula 9.3 de los dos convenios de préstamo, en caso de que estos no entraran a regir un año después de la firma de las partes (2013), “el prestamista tendrá el derecho de reevaluar las condiciones para la implementación del proyecto, para determinar si se continúa, o no, con la ejecución del presente convenio”.
El ministro se basó en el diccionario de la Real Academia Española para asegurar que esos posibles cambios en las condiciones de “implementación” se limitarían a asuntos operativos– como plazos– y no afectarían el precio “a suma alzada”, pactado al inicio entre Costa Rica y China.
Segnini respaldó su confianza en la contraparte, en que aunque en el 2014 él visitó China y negoció con los altos jerarcas de Eximbank (luego de que caducara el plazo para la estabilidad de términos), la opción de reevaluar las condiciones del proyecto “no se mencionó por parte de ellos”.
En la misiva, Segnini aseguró que “no le parece ingenuo” apostar a que en el Eximbank no traerán a colación la cláusula 9.3 de los convenios, “pues el interés del Gobierno chino no se limita a este Contrato, sino a una relación más amplia y duradera con los países de la Región”.
Tras el incumplimiento del plazo por parte de Costa Rica, ¿tendrá China una carta poderosa a su favor, para las negociaciones por venir? La Nación envió la consulta al ministro y lo llamó varias veces, mas no dio respuesta.
Insuficiente. La carta de Segnini no evitó que, dos días después y justo antes de votar por el empréstito en segundo debate, los diputados le exigieran responder dudas persistentes sobre la seguridad jurídica de este país, una vez que estuviese ligado a China.
Entonces, el jerarca recurrió a otra misiva, en la que les insistió en que aprobaran el crédito pues él reparará y aclarará, con los chinos, dudas como el anteproyecto.
Ese prediseño se lo entregó CHEC al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) en diciembre y, desde entonces, ha sido criticado por Segnini mismo y por el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos y el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme).
Ellos exigen que este debe ser adaptado a la normativa nacional y centroamericana; señalan errores en la definición del ancho de vía y las intersecciones, y en que no define cuáles serán los terrenos por expropiar ni dónde se ubican los servicios públicos.
Por esto, aún no se sabe cuánto podría encarecerse la obra y de dónde provendrá el dinero faltante. El convenio obliga a Costa Rica a dar una contrapartida de $70 millones, y a costear expropiaciones y reubicación de servicios.
Puntos clave. El contrato comercial entre la constructora china CHEC y Conavi pretende ampliar a cuatro carriles un tramo de 107 km entre el cruce a Río Frío y la ciudad de Limón. El crédito con el Gobierno chino para levantar la obra se aprobó el lunes –con 46 votos a favor y seis en contra– y no es un crédito común: está ligado al contrato comercial con CHEC. Empero, luego de votar, la mayoría de congresistas admitió que desconoce ese acuerdo.
-Octubre del 2011: El Gobierno anuncia que negocia un crédito blando con China para ampliar la carretera a Limón, en lugar de una donación. Esas conversaciones duraron alrededor de año y medio.
-Junio del 2013: Durante la visita del presidente chino, Xi Jinping, la entonces mandataria Laura Chinchilla, firma un convenio marco para préstamo de $395 millones, ligado a la firma CHEC.
-Diciembre del 2013: El órgano contralor advirtió de que el contrato comercial y el de préstamo tienen riesgos importantes, los cuales deben ser resueltos antes de la aprobación del proyecto de ley.
-Febrero del 2015: Aunque dudan sobre el proyecto e ignoran el contrato, diputados aprueban el préstamo chino. El mandatario Luis Guillermo Solís los llamó a a correr el riesgo de hacerlo.