Monteverde, Puntarenas. Luego de 10 años de escuchar muchas promesas de más de media docena de ministros y mandatarios, la montañosa y turística comunidad de Monteverde cifra sus esperanzas en un nuevo plan, que promete convertirla en un paradigma de la construcción de obra pública en el país.
Fiscalización de los vecinos, participación del Lanamme en la creación del cartel y cambios en el proceso de mantenimiento son parte del nuevo modelo que se aplicará en esa zona, a la que acuden 200.000 turistas al año para visitar la famosa Reserva Bosque Nuboso Monteverde y su rica flora y fauna.
Bajo esos criterios, está previsto que el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), saque en mayo a licitación el nuevo cartel –que es el instrumento donde se detallan los requerimientos del proyecto– para el asfaltado de los 17 kilómetros entre Guacimal y Santa Elena, el pueblo principal.
La nueva contratación se dará luego de que en diciembre del año pasado, la administración rompió con la constructora Grupo Orosi debido al poco avance de la obra y a problemas de calidad de los materiales.
En año y medio, esa empresa solo logró completar un 22% de la obra prevista.
El nuevo cartel promete ser modelo, pues entre otros aspectos, incluye la participación activa de la comunidad y “blinda” la obra contra fallas en ejecución y calidad de materiales.
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¿Cómo? De acuerdo con el director del Conavi, Mario Rodríguez, la empresa que gane la licitación para completar el asfaltado, deberá encargarse del diseño, construcción y además, mantenimiento de la vía. Todo estará contemplado en el mismo costo.
Para el diseño y construcción, que constituyen la llamada “puesta a punto” tendrá un plazo de 18 meses. Luego de esa fase, deberá velar porque la carretera mantenga estándares óptimos de calidad en los siguientes 72 meses (seis años).
Esta última responsabilidad es a criterio de vecinos y empresarios consultados, una garantía, pues así se aseguran de que la empresa no entregue una mala obra, ya que ellos mismos deberán encargarse de las reparaciones, todo dentro de un mismo contrato y precio.
Con este proyecto, el Conavi también pretende dar cumplimiento a una orden de la Contraloría General de la República (CGR).
En octubre del año pasado, ese órgano emitió un informe en el que, entre otras cosas, criticaba el modelo de conservación vial utilizado por Conavi.
La CGR señaló que el modelo de “precios unitarios” utilizado por la entidad no establece incentivos para que los contratistas sean eficientes al ejecutar las obras, pues se paga por cada actividad que se ejecute y no por el resultado.
Por esa razón, solicitó a la Administración iniciar un plan piloto en el que se use la modalidad de estándares de servicio, en el que más bien se le exige al contratista que da mantenimiento a un tramo de vía, que lo conserve dentro los parámetros que se establezcan en el contrato, durante el tiempo que dure el acuerdo.
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El ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez Mata, aceptó que ese modelo utilizado en otros países, llega con más de 20 años de atraso a Costa Rica.
“Se pasa de pagar por lo que el contratista hace, es decir si pone mezcla o corta zacate, a otro modelo, que es pagarle por mantener constantemente la calidad establecida a inicio del contrato. Es una modalidad que se ha hecho común en el mundo desde hace 25 años”, dijo el ministro.
Otra de las novedades es que el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) participó directamente en la elaboración del borrador del cartel, el cual además se puso a disposición de la comunidad para que hagan observaciones antes de ser publicado para que las constructoras interesadas presenten sus ofertas.
“Por ser nuevo, estamos requiriendo hacerlo lo más público posible desde el principio, para que desde ahora lo empiecen a ver y en una condición de favorecer a la comunidad. Que no sea que cuando ya sacamos la licitación, nos objeten (...) queremos que lo estudien y nos hagan llegar observaciones”, explicó el director del Conavi.
La intención del Gobierno es que para octubre de este año, una empresa comience a trabajar.
La constructora que gane la licitación, tendrá una tarea adicional a las tres asociadas directamente con los trabajos en la carretera.
En este caso, el contratista deberá capacitar a un grupo de vecinos para que se conviertan en fiscalizadores del mantenimiento de la vía.
José Luis Vargas, presidente de la Comisión pro carretera, contó que tras recibir el borrador, realizaron una serie de observaciones, a fin de asegurarse de que la historia que han visto una y otra vez, no se repita.
“Lo que se buscó con las propuestas nuestras es asegurarnos que el cartel se blinde mejor con respecto a los problemas que ya hemos visto en contrataciones anteriores
“Monteverde es uno de los ejemplos más críticos de lo que ha sido la deficiencia en contratación pública (...) Nos enfocamos en asegurar que el filtro fuera más estricto, que el cartel estuviese muy bien cubierto en todos los aspectos de responsabilidad para la empresa constructora, para los sistemas de fiscalización de cumplimiento del contrato”, declaró.
Vargas destacó que para la comunidad, esta oportunidad de tener voz en la fiscalización, es “algo único”.
Mientras la carretera se hace, la comunidad se prepara para los retos que vendrán para Monteverde al tener la carretera asfaltada, con ese objetivo tienen varios meses de reunirse y alistarse, relató Milena Ramírez, viceintendenta del Concejo Municipal de Distrito de Monteverde.
Esa preparación, dijo, incluye temas de seguridad, pues son conscientes que el hecho de contar con una vía rápida de acceso y salida podría significar un aumento en la delincuencia.
Además, el Concejo trabaja en el mantenimiento de las vías cantonales a fin de buscar rutas alternas que lleven a los sitios turísticos sin pasar por el centro de Santa Elena. También, en coordinación con la Cámara de Turismo de Monteverde, planean la construcción de un parque público.
Ramírez dijo que además del fomento en el turismo, la vía es una necesidad básica, incluso en temas de salud.
“Aquí usted se enferma y ni siquiera tenemos una clínica, lo que hay es un Ebáis que no está abierto las 24 horas; en una emergencia hay que desplazarse hasta dos horas por ese camino”, agregó.
Sector turismo espera carretera pero teme efectos
La posibilidad de tener una carretera genera muchas expectativas, sobre todo a los empresarios turísticos, pero también despierta temores considerar que podría aumentar masivamente el número de visitantes.
Por una parte, están aquellos que realizaron inversiones con una proyección de aumentar hasta en 30% la visitación.
Por el momento esas inversiones no han sido recuperadas debido al atraso en la obra, situación que resiente el sector, como expresó Danny Ramírez, miembro de la Cámara de Turismo de Monteverde.
Con él coincide José Cruz, propietario de Don Juan Tours y Nery Gómez quien lidera una cooperativa de artesanas.
“En nuestro caso teníamos una expectativa de un aumento de alrededor de un 30%, como no se terminó la construcción ese aumento no se da, ya con antelación habíamos hecho inversiones muy importantes y que ahora hay que pagar”, aseguró Cruz.
Según dijo, la falta de carretera afecta principalmente la visitación de turistas nacionales, quienes suelen poner el acceso como uno de los requisitos más importantes al elegir destinos.
Gómez añadió que en el caso de los miembros de la cooperativa también habían aumentado la producción con miras a tener mayor número de clientes.
De ese mismo lado están aquellos que quieren combatir las afecciones respiratorias de quienes tansitan por la vía de lastre o viven cerca de la carretera.
Ese es el caso de Ana María Valenzuela, quien vive a un lado del empolvado camino. En su casa ellos prestan servicio de guía y organización a los turistas.
Valenzuela, madre de dos niñas de uno y tres años, dijo admite que es difícil mantener la limpieza en casa al tiempo que su salud sufre por el polvo. Anualmente, además, invierten cientos de miles de colones en el mantenimiento de su vehículo.
Destino frágil
Por otra parte, están aquellos como Alexis Chavarría, propietario del hotel Bell Bird, que no ve con buenos ojos el asfaltado de la ruta.
Chavarría considera que el pueblo de Santa Elena no está preparado para un incremento de vehículos, además teme por un aumento en los robos.
Asimismo, considera que el atractivo de Monteverde radica en el contacto con la naturaleza que podría afectarse si se abre a la visitación masiva.
“Prefiero una gotita de agua que no un chorro desenfrenado, que esa gotita nos dure pensando en lo que Monteverde ofrece”, dijo.
El representante de la Cámara de Turismo, afirmó que si bien el ecosistema de Monteverde es frágil, los empresarios deben buscar dar valor a los servicios y diversificar las atracciones.
“Monteverde es una región muy amplia, en la Cámara de Turismo hemos venido gestando algunos procesos para que el turismo vaya a comunidades aledañas (...) aquí hay mucha agricultura, ganadería, zonas conservadas privadas” explicó.
Según dijo, se trata de respetar las cargas y seguir privilegiando a turistas que amen y cuiden el ambiente.